Capitulo 3

Pov Ivan

Me voy alejando de mi casa y decido ir caminando hasta una parada de bus que me lleve cerca de  Glorieta de Ruíz Jiménez. A los minutos el bus llega y me subo a él y decido ir al fondo del todo para pasar desapercibido. A los minutos ya estoy cerca de la Glorieta de Ruíz Jiménez. Bajo del autobús y voy por las calles de Madrid dando un paseo dirigiéndome a mi destino. A lo lejos ya veo la fuente que hay en el centro, me dirijo hacia unos edificios de adoquín rojo y busco el portal Nº21 4º B, llamo al telefonillo.

—¿Hola?   —pregunta una voz.

—¿Tiffany? —pregunté yo.

—¿Ivan? —pregunta ella.

—¡Hola, renacuaja!.

—Vale, si eres tú —responde ella.

—¿Me abres?

—Si, enseguida.

—Hazme un favor no le digas a Javi que estoy aquí, quiero sorprenderle...

—No hay problema.

Y a continuación se abre el portal y voy hacia el ascensor espero a que llegue y cuando lo hace entro y marco el cuarto piso. Cuando las puertas del ascensor se vuelven a abrir, voy hacia la puerta que tiene la letra “B” y le doy al timbre.

Desde dentro se oye a Tiffany hablando con Javi.

—¿Qué quieres ahora Tiffany? —pregunta Javi.

—Solo ve a abrir la puerta de una vez es para ti —responde Tiffany

—¿Pero quién es?¿O qué es? —pregunta Javi extrañado.

«A este paso me hago viejo aquí esperando»

«Ya te digo»

—No lo sé, ¿qué tal si abres la dichosa puerta y lo compruebas?

—Vale, vale qué prisas.

Por fín veo que ya se abre la puerta

«¡Aleluya!»

«¡Viva!»

—Bueno, y quién es la persona que está en la… —y Javi se queda callado.

—¡Hola Javi! —le respondo...

Pero Javi no reacciona y Tiffany se acerca a ver qué ocurre.

— ¿Pero qué...? Oh no, ¡Ivan lo has roto! —exclama Tiffany

—¿Qué? Pero si no he hecho nada solo lo he saludado y…

De repente Javi me estrecha un gran abrazo.

—¡Ivan! —grita cerca de mi oído.

—Bueno os dejo —dice Tiffany y se va a su cuarto.

Después de que Javi termine de abrazarme me da paso para entrar a su casa y de ahí al salón.

—¡Qué sorpresa más cool! —exclama Javi.

—Ya te digo un poco más y me quedo sin mi mejor amigo —le respondo entre risas.

A Javi, le conozco desde primaria y por suerte, nuestro “estatus social” no ha sido problema para que seamos amigos, es una persona con la que siempre puedo contar, mi mejor amigo... Su familia es de África, aunque él nació aquí en Madrid junto con su hermana Tiffany.

—Bueno, ¿y a que se debe esta visita? —me pregunta

—He conseguido hoy algo de tiempo libre y pues he aprovechado para verte un año es muuuucho tiempo. ¿Han cambiado mucho las cosas?

—No, la verdad todo está bien.

—Bueno, me alegro de verte por fin Javi.

—Yo también Ivan... yo también...

—La verdad no esperaba encontrarte en casa ¿no deberías estar en el instituto?

—Si, pero había cosas que hacer en casa y Tiffany está un poco acatarrada estos días y mi madre no se fía de dejarla sola, ya sabes como es.

—Hay pobre, y está mejor ¿no? vamos es lo que parecía.

—Bueno, tose de vez en cuando, pero hay veces que tose tanto que no puede respirar, pero seguro se le pasa. Y si no la llevaremos al médico a ver que dice.

—Pues, igual mejor te dejo o ¿echamos una partida a la WII? Te dejare ganar alguna vez —y me rio en su cara.

—¡Oye! — se queja Javi.

—Es la verdad —respondo.

—¡No es cierto! —se queja otra vez Javi

—Sí que lo es y lo sabes. —contraataco yo.

Después de esta tonta discusión, Javi enciende la Wii y jugamos a uno de deportes. Como siempre gano yo y alguna vez le dejé ganar a Javi.

...

—Será mejor que me vaya yendo Javi.

—Vale, tio.

—Venga, adios espero que tu hermana se recupere pronto. ¡Nos vemos el lunes!

—¡Adiós! —se despide Javi.

Salgo de la casa de Javi y me dirijo hacia mi nuevo destino, el cementerio. Tomo el metro y en menos de treinta minutos he llegado al Cementerio de la Almudena. Cruzo la entrada y voy hacia las tumbas buscando la de mi madre, hasta que al fin doy con ella... En la lápida hay diversas flores y en ella se lee:

...«Aquí yace Lucía García una gran esposa, madre, famosa actriz y una gran mujer. Descansa en paz....

...1982 - 2020»...

Me siento cerca de la lápida y le empiezo hablar a mi madre:

—Hola mamá, ¿Qué tal todo allí arriba?... seguro que estás muy bien allí con el resto de la familia. Ya volví de estar en Londres, me lo pase muy bien con el primo Frank y la tía. Cuando he vuelto, papá ni me ha recibido... —suspiro. —No se que hacer para que al menos me hable… y…  —dejo de hablar porque me pongo a llorar ahí solo...

«Mierda, deja de llorar»

«Sabes que no pasa nada, además nadie te está viendo»

Y lloro ahí en silencio solo junto a mi madre...

...…...

No se cuanto tiempo llevo aquí... me despido de mi madre y salgo del cementerio. Antes de cruzar la puerta alguien me detiene, es un señor del personal.

—Perdone, ¿no será de casualidad Ivan García? —pregunta el señor.

—Si —le respondo.

—Perdona si me entrometo mucho pero ¿está bien? —pregunta él.

—Oh si no se preocupe solo, he venido a ver a mi madre hacía mucho ya.

—Oh sí Lucia García, una gran mujer.

—Sí que lo era, si... —respondo.

—¿Te apetece un vaso de leche con miel? Te garantizo que estarás mucho mejor.

—Se lo agradezco, pero no quiero molestarle...

—Tonterías. —me corta el —venga por aquí

Acepto la amabilidad del señor y voy con él, me lleva a una pequeña sala y me ofrece asiento en uno de los sillones.

—Perdona ya que usted sabe mi nombre ¿podría decirme el suyo? si no es molestia.

—Oh claro, se me olvido presentarme soy Jorge y bueno como puedes ver me encargo de este sitio...

—¿Podría decirme dónde está el baño?

—Si, claro en el pasillo de antes fondo a la derecha mientras tanto yo te preparo un vaso de leche con miel.

Asiento con la cabeza a Jorge y me voy al pasillo a buscar el baño y me observo en el espejo que hay.

«Dios tengo los ojos rojisimos y el pelo hecho un desastre y me duele la garganta como mil demonios»

«Normal has estado llorando un buen rato.»

Abro el grifo y me lavo la cara con agua fría para despejarme, me peino el pelo con el agua, como puedo y me seco la cara con la toalla que hay en el perchero al lado del lavabo. Salgo del baño y vuelvo a la sala de antes. Ahora que me fijo mejor hay una mesita pequeña y dos sillones una de cara al otro. En las paredes hay diversas fotografías de lugares de Madrid. Almagro, Aranjuez, Chinchón, El Escorial, La pradera de Sanisidro, La Civeles, Neptuno... Y en cada fotografía en una esquina está el nombre de la autora: Laura.

Jorge vuelve con una bandeja con una taza de café y un vaso leche, así como un tarro de miel y en un plato con pastas de mantequilla. Deja la bandeja en la mesita y se sienta en el otro sillón frente a mí. Tomo el vaso de leche y abro el bote de miel cojo una cucharada y la vierto en el vaso y le doy vueltas. Mientras se va deshaciendo la miel con la leche cojo una pasta de mantequilla. Jorge toma su café tranquilamente, y al final decide romper el silencio.

—Me fije que antes observabas las fotografías ¿te gustan? —preguntó.

—Si, la verdad que son preciosas... la fotógrafa Laura tiene un gran talento.

—¿De verdad lo crees?

—Por supuesto.

—Vaya estaría tan feliz de escuchar eso.

—¿La conoce? —pregunté

—Era mi sobrina. —responde él.

—¿Era…? —pregunté yo.

—Sí fue hace tiempo

—Oh cuánto lo siento —me disculpé torpemente. —No quería…

Jorge levanta la mano para que me detenga, —no te preocupes me ha gustado hablar de ella como si siguiera aún viva, bueno en realidad está en mis recuerdos y van a estaran siempre ahí. ¿No?

—Espero que no fuera tan duro.

—Sigo asimilandolo —hace una pausa y suspira —aunque fue muy duro.

—Le entiendo.

Me termino el vaso con leche con miel, la verdad que me ha sentado bien ya no me duele tanto la garganta como antes. Cojo otra pasta de mantequilla y me la como por el camino mientras me despido de Jorge.

—Adiós, Jorge gracias por el manjar

—Ningún problema muchacho pásate por aquí siempre que puedas es bueno tener compañía de vez en cuando.

—Claro —asiento, me pongo las gafas de sol y salgo de la sala.

Me alejo del cementerio y tomo el metro y voy a la Puerta del Sol N⁰8 a la Mayorquina. Solía ir allí con mi madre cuando era más pequeño, la verdad es que la familia Rubio es muy risueña. No se si los dueños se acordaran de mí... bueno, no pierdo nada yendo allí.

...…...

Llegue a La Menorquina y tomo asiento, veo que ya apenas hay gente parece que van a cerrar he venido en mal momento. Me distraigo observando el sitio hay bastantes mesas, una barra y en ella hay diversas pastas,pan, pinchos y bocadillos. Sacó la cartera de mi bolsillo y miro a ver cuánto dinero llevo encima, me apetece un pincho de tortilla antes de…

«Mierda»

«Ole, genio»

«Me traigo la tarjeta del metro pero olvido el dinero en la maleta. ¿en serio?»

«Al parecer si»

—Buenos días bienvenido a Menorquina, ¿Qué se le ofrece? —me preguntan

No me percate de que había alguien, asi que como un tonto, pego un bote en la silla del susto. Ante a mi, tengo a una chica de mi edad, creo, su cabello es claro de un tono rojo, lo lleva suelto le llega hasta más de la cintura, sus ojos son marrones, su nariz es pequeña y redonda y en ella hay miles de pecas que se extiende hasta sus mofletes, sus labios son finos rosados, su piel es blanquecina, es un poco baja de altura, lleva unos vaqueros, un jersey de F.R.I.E.N.D.S y unas deportivas blancas.

—Hola, vera… no quiero molestar se me ha olvidado la cartera, bueno mejor dicho, el dinero así que igual mejor me voy disculpen las molestias. —me levanto y me dirijo a la salida.

—¡Eh!

Antes de salir me sujetan del brazo.

—Espera un momento. —dice la camarera.

Me doy la vuelta y tengo razón, es un poco baja de altura y tiene que elevar un poco la cabeza para hablarme.

—¿Qué? —preguntó.

—Siéntate en la mesa a ver si te puedo traer algo.

—Ya te he dicho que no llevo dinero encima.

—No pasa nada, por esta vez invita la casa espera ahí sentado —me señala la mesa de antes.

—Eres muy amable pero…

Antes de que termine de hablar me vuelve a sentar en la silla como si nada y se marcha a la cocina. Ahora que me fijo detenidamente esos vaqueros le hacen un culo que…

«wow ¿de dónde ha salido eso estaba, qué diantres estaba…?»

«Estabas alagando su trasero, y no te equivocas»

«Pe-pero que... »

«Oye no eres tan santo, que tu pasado tiene su historial ¿eh?»

«Soy consciente, gracias»

Decido acercarme a escuchar qué están diciendo en la cocina. Y ella está explicando...

—...necesita compañía puedo llevarle ¿unos pinchos de tortilla?

—¿Como? pero..

Su padre estaba sorprendido y perplejo.

«¿Y te extraña?»

«No,la verdad no»

Dejo atrás la cocina y me dirijo a la salida y reviso mi móvil, me había llegado un mensaje de Albert.

Albert:

Ivan, ¿te voy a buscar ya? Estoy cerca del centro de la ciudad.

^^^Ivan:^^^

^^^Si, estoy en la Puerta del Sol N⁰8. ^^^

Albert:

De acuerdo.

Mientras espero a Albert vuelvo la vista al escaparate, veo a la chica de antes con una bandeja con algo de comer y bebida. Observo la tristeza en su mirada, ahora que me fijo mejor parece estar muy sola.

«¿Por qué?»

Sus padres se acercan y le dan un abrazo pero ella, no parece estar en compañía está como muy sola, entonces mira hacia mi dirección.

«Mierda.»

Se queda ahí perpleja observando y yo a ella no se como pero el ambiente se siente muy agradable… Entonces Albert llega con el coche y pita. Hecho un último vistazo a aquella chica y entró al coche.

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