Capítulo uno «inicio»

«♪»

Caminaba por el parque moviendo su mano sobre el pantalón color azul marino del uniforme, cuando le pidió ayuda a su amigo para conseguir un trabajo, el que fuera, jamás pensó que realmente tomaría su palabra de forma literal.

«— ¡Trabajaré de lo que sea!, pero en serio necesito el dinero. —Exclamó en un grito el más bajo.

— ¿Lo que mar?—Respondió uno de los chicos del círculo.

— Sé lo que piensas, asqueroso... —Replicó asqueado, nuevamente, el mayor de los presentes.

— Nada de eso, YoonGi.Hay un tio mio que necesita ayuda...

— ¡Ay por Dios!—carcajeó el tercero que no había hablado con anterioridad.

— ¡HoSeok!¡Eres igual de asqueroso que NamJoon!—gritoneó de nueva maner el mayor.

— Tranquilo, YoonGi, está en un parque.»

Para alguien de veinte años cuidar un lugar no parecía mala opción, pero evidentemente era aburrido, a tal grado que ver a familias pelear en el parque se volvía lo más divertido que podía encontrar los fines de semana —aunque también estaban los accidentes de niños cayendo de los columpios o de las resbaladillas, algo a lo que el podía pararse y aplaudir como si de un espectáculo se tratase, bueno... no es como si odiara a los niños, pero ver gritonear a un niño cuyo/mamá le ignora papá siempre esta entretenido.

No podría quedarse quieto, porque en cualquier instante le necesitarían y si el tío de NamJoon le llegaría ver en una banca durmiendo sería probable que lo despidiera, y ese disco nuevo no se pagaría solo —tampoco su comida.

Sus pasos se vieron acompañados por el crujir de las hojas, sus pies armonizados por la ventisca de otoño, sus ojos se paseaban de los troncos al pasto y del pasto a los arbustos y de los arbustos al piso y del piso a aquel perro que iba corriendo y de aquel perro a una bufanda...

¿una bufanda?

Se acerca presuroso, viendo la tela balancearse conforme el aire susurraba entre las hojas.Quizás alguien la había perdido, o simplemente voló, aunque el aire no era tan fuerte para llevarse una tela y colgarla así... ¿qué más podría ser?Presionó la bufanda entre sus dedos, y la jaló, llevándose c onsigo algunas pequeñas hojas que estaban a punto de caer.

Miró la tela, roja, entrelazada con algunos hilos negros formando figuras en las bases, parecían pequeños copos o pequeñas flores, se sintió gruesa, de buena calidad, se preocupó porque realmente alguien la buscara por lo que la llevó a la pequeña caseta solitaria, donde se pedían informes y estaban los objetos perdidos, pues probablemente alguien reclamaría dicha bufanda.

***

"espero que sea de su agrasdo esta historia  y me dejen en sus comentarios si tienen alguna pregunta o si cometo algun error"

voy a estar publicando otras historias, que he tenido guardadas, espero sea de su agrado, claro que no aseguro subir seguido los capitulos, ya que mi computadora aun tiene un poquiito de fallas y me costo mucho arreglarlo

recuerden cuidarse mucho y tomar mucha agua. bye bye

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