¿Nueva amistad?

Basta papá, la vas a matar -Lanzándome sobre las piernas de mi padre- ¡Por favor!

- Luego me encargaré de ti mocosa. Sal - Empujándome contra la pared-

- Pe-pedro -Sin parar de toser- golpéame a mí. Mis hijos no

- Son mis hijos también y haré lo que sea necesario para que se comporten.

Mis costillas me dolían, estaba acostumbrada a el dolor, a los moretones a ver heridas sobre mi cuerpo. Pero este dolor no se asemejaba a nada de eso, era mucho más fuerte y no se trataba solamente de mis costillas.

Quería levantarme y proteger a mi madre, ella estaba tirada en el piso cubriendo a Mateo mientras mi papá la pateaba.

- ¡Noooo! ¡Basta! - Intentando reunir toda la fuerza que me quedaba, pude arrastrarme. Hasta la mesa que estaba en el piso a su lado logré agarrar un pedazo de vidrio, no sabia si pertenecía a los vasos o los platos, pero no me importaba- No permitiré que nos vuelvas a lastimar.

No sé de dónde saqué tanta fuerza y valentía en ese momento.

Pero lo logré, logré pararme y correr hacia él.

Lo último que recuerdo de esa noche es el dolor que causaba el vidrio en mi mano.

¿Era por la cortada o por lo que hice?

- ¿Bebé, estás bien?, te noto un poco pálida. -Preguntó mi abuelo mientras se acercaba para poner mi mano en mi cabeza.

Mi abuelo, mi querido abuelo, si alguien me pregunta como se llama o quien es mi padre, sin duda alguna diría que es él. Robert, mi abuelo.

Él y mi abuela nos abrieron la puerta de su hogar, nuestro hogar, después de aquél día. 

Ya han pasado tres años desde entonces.

- Si abuelo -Sonreí- solamente estaba pensando. Hoy por fin es viernes, ha sido una semana larga. Y muero por descansar.

- Bebé del abuelo, debes descansar mas, deja de exigirte tanto. Quiero que me prometas que descansarás más

- Claro que si abuelo.

- Bien, entonces entra. Vendré a buscarte a la salida.

Nos despedimos con un fuerte abrazo y respire hondo antes de entrar al colegio.

Lo primero que ven mis ojos es a Julián y Luz hablando, pasándolo bien imagino. Junto a ellos estaban mis amigas.

Noté que mi intento de fingir no verlas falló justo cuándo iba a entrar al aula. En ese momento sentí una irritante vos llamándome.

- ¡Piliiii! ¡Acá estamos!

Sin más opción sonreí, decidí acercarme fingiendo que no los había visto.

- Hola chicos, pensé que estaban en el aula. -Comenté con mis ojos en búsqueda de alguna oportunidad para irme.

- Seguro Cariño, es difícil ver cuándo no se es muy alta - Luz soltó una pequeña carcajada.

- Si, cuándo los árboles son viejos y grandes a menudo quieren tapar el sol, pero este siempre logra pasar. -Repondí.

- Vamos vecina, fue una broma. Luz no lo dijo con mala intención ¿Qué pasa con ese humor?

- Julián tiene razón Pilar, no sé que te qué pasa últimamente. Siempre andas de mal humor y con cara larga.

¿En serio? ¿Cómo es que nadie se da cuenta de lo pasiva agresiva que es Luz conmigo?

Desde que nos conocimos me ha estado molestando, cada vez que intentaba platicar con Emma sobre lo que me pasaba ella aparecía, cuándo Julián se acercaba a mí ella aparecía también y hacia chistes mal intencionados hacia mí.

Cada vez que intentaba responder algo en clase ella lo hacia primero, no puede ser que todo eso sea casualidad o idea mía. Y si mal no recuerdo, Vivían mencionó algo sobre el modo en el que ella me miraba.

- Vamos déjenla, es temprano y aparte. A nadie le gusta que se metan con la estatura de cada uno. ¿Verdad Luz? ser muy alta a nuestra edad también debe ser feo. -Dijo Valen.

- ¡Ay! Disculpame Pili -Dijo Luz mientras ponía un mechón de mi cabello detrás de mi oreja- Fue solo una broma. Y Valen tiene razón, ser muy alta también es problemático.

- Seguro... -Y como si la vida se hubiera apiadado de mí, a lo lejos vi a Vivian- disculpen chicos, voy a saludar a Vivian.

Mientras me apuraba para correr y alejarme de ellos. Logré escuchar un pequeño murmuro de Emma.

- Vivían me cae fatal.

Pero decidí ignorarlo, a mi me cae fatal Luz y así estamos.

- Vivían ¿Cómo estás?

- ¿De quién estás escapando, pequeña?, respira un poco.

- Ya sabes -Miré hacia donde estaban los chicos- ¿Vamos al aula?

- Las personas como ellas solo quieren atención -Vivían pone su brazo sobre mi hombro- Dime Vivi de ahora en adelante.

Escuchar eso último realmente me hizo feliz, ¿Seremos amigas de ahora en adelante?

- Entonces alumnos, la consigna para el trabajo de literatura es ese. Deberán trabajar en conjunto con su compañero de bancos y presentarlo durante la clase del Lunes. Si tienen alguna pregunta pueden hacerla.

Trabajar con Vivían sonaba fantástico, aunque solamente me preocupaba como íbamos a hacerlo, ir a su casa o que ella venga a la mía no era una opción.

Mi madre es muy estricta, apenas pude invitar a Emma después de seis años de amistad.

Dudo que acepte que lleve a alguien más.

- Pipi

- ¿Pipi? -Miré a Viví con curiosidad.

- Suena lindo, ¿No? -Sonrió- ¿Te gustaría venir a mi casa mañana para hacer el trabajo?

- Me gustaría, pero no sé si mi madre me dejará.

- Bueno, espera -Tomó su birome y arrancó un pedazo de papel de la última hoja de su carpeta- ten, este es mi número, llamame y le diré a mi mamá que hable con ella para que esté tranquila. ¿Te parece?

- Claro, gracias Viví.

- Pequeña, no te preocupes.

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