Lazos

Todos sabemos que cada principio tiene un final, comenzamos lazos sabiendo y aceptando eso, pero el problema no es ese. Si no lidiar con el dolor que implica cada fin.

- Hija, come tu desayuno. Se hace tarde para el colegio.

- Si abuela, está distraída. Todavía tengo sueño.

- Esta bien mi niña, lo entiendo. Pero apresura que hoy los llevaré yo, pero a la salida irá su padre...

- ¿Qué? ¿Porqué? No, no quiero. Por favor abuela.

- Hija, yo no puedo hacer nada. Ya he intentado hablar con ella y sabes como es.

Mi "Vida en la secundaria" ya estaba siendo lo suficientemente mala desde que comenzó, si bien ya ha pasado un mes no parece que sea algo que mejore pronto.

Pero ahora es peor con este hombre yéndome a buscar a mi hermano y a mi a la escuela.

A menudo escucho palabras como "La familia siempre debe ser unida, no importa lo que pase" "Es tu papá, debes amarlo" y muchas cosas iguales que me causan repulso.

Por supuesto, es mi padre, me duele no poder tener una buena relación o al menos una conversación casual.

Pero a él solamente le "importamos" cuándo pelea con mi madre, o ni eso.

- Mamá, no quiero, por favor. -Conteniendo mis lágrimas.

Cuándo se trata de mi papá, siempre es un tema sensible, es una mezcla de emociones que no puedo explicar.

- Lo siento hija, ya lo hemos acordado.

- Por favor...

Definitivamente quería decir más, hablar como corresponde y no llorar como una niña. Pero cada vez me dolía más el nudo que se formaba en mi garganta.

- Abuela

- No metas a tu abuela en esto, no te estoy preguntando si querés o no. Así que ve a buscar tu mochila y ve al colegio con tu hermano y abuela.

- No puedes hablarle así a mi nieta, No te lo permito -Completamente enojada- Sabes muy bien que tiene motivos de sobra para estar así.

-No me pondré a discutir a esta hora, ella es mi hija y hará lo que sus padres digan.

Fue lo último que dijo antes de retirarse del comedor.

- Perdón abuela - Es lo único que sale de mi garganta antes de comenzar a llorar y abrazarla- No quiero causarte problemas ni a ti ni a ella, pero ya no aguanto.

- Pilar, basta. Se nos hace tarde, mira cuándo él pase a buscarnos nos limitaremos a hablar lo justo y necesario para volver rápido a casa. Tranquila.

A pesar de que soy la hermana mayor y a fuerzas tuve que madurar a pesar de mi corta edad a menudo suelo explotar y termino llorando en un intento de desahogo. Más aún si se trata de mi papá.

Pero Mateo sabe mantenerse tranquilo y consolarme a su modo. Es algo que agradezco enormemente.

Así que pese a su tono frío se que el quiere eso, calmarme. Y logra alivianar mi dolor.

- Tienes razón- Limpie mis lágrimas he intente sonreír- Vamos abue.

Mi abuela que me tenía abrazada me dio un beso en la frente y rápidamente nos dirigimos a la escuela.

Solamente espero no tener mis ojos hinchados.

Las primeras dos horas de clase fueron eternas. Pero por fin llegó el receso.

- Pilar ¿Qué te pasó?

- ¿Hmm? - Respondí sin dejar de acomodar mis cosas antes de salir del aula - No entiendo Emma.

- No te hagas -Cruza los brazos- vi hoy como llegaste, las tres nos dimos cuenta.

Cierto, ahora somos cuatros.

- Nada -Respondí con algo de dudas- Dormí mal y me picaban los ojos, me resfregue durante el camino y por eso estaban así.

Honestamente moría por contarles a mis amigas, Emma y Valen, sobre lo que me pasaba, pero luz. Ella no era mi amiga, ni estaba cerca de serlo, me era imposible sentirme cómoda cuándo ella estaba.

Así que Valen se percató rápidamente de esto.

- Espero que entonces trates de dormir mejor ¿Ok? -Sonrisa pícarona- Vamos, me muero por salir de este aula y convertir mi receso de quince minutos a media hora.

- La última vez nos regañaron por tu culpa -Murmure.

- Jajaja pero aún así no escuché quejarte mientras estábamos en el patio.

- Ya que todo está bien. Vamos. Los chicos nos esperan.

- ¿Que chicos? -Le preguntó Emma

- Julián y sus amigos, quedamos en disfrutar el receso justos.

- Entonces por eso se estaban enviando tantos papelitos en clases- Emma sonrió incómoda.

- ¡Ah! yo no puedo, quedé en acompañar a mi compañera de banco.

Maldita sea, si hay algo en lo que no soy buena es en mentir o inventar excusas y si hay alguien que sabe leerme a la perfección son mis dos amigas.

Pude observar que Emma estaba a punto de decir algo. Pero Valen se adelantó, salvandome nuevamente.

- Está bien, bebé, si ya te comprometiste ve, de igual manera son invitada a unirse en cualquier momento.

Después de eso Valen se apuró a llevarse a las chicas. Pero Luz no se pudo ir sin hacer un aporte.

- Bueno, entonces Pili. Le diré a Juli que estas bien, no quiero que se preocupe... innecesariamente.

Fingiendo que no me interesó su comentario volví a sentarme en mi asiento.

Por supuesto era mentira, sentía que la ira brotaba por cada poro.

El aula estaba vacía, mi compañera Vivían, si bien no somos amigas, durante este mes hemos tenido algunas pequeñas conversaciones casuales durante pequeños momento de la clase, ella tiene 15 años, repitió 3 veces el año, aunque por respeto no he preguntado el motivo.

Aunque no sé en donde se mete durante el recreo. Nunca la he visto en el patio. Quizás vuelve a ingresar al aula después de que todos salen.

Y como si hubiera escuchado mi llamado, ingresa al aula.

-Ey ¿Sola? ¿Y tus amigas? -Preguntó curiosa

-Se iban con los populares. No estoy de ánimos.

Ella soltó una pequeña carcajada y se sentó a mi lado.

- Déjame adivinar- Poniendo su codo sobre la mesa para apoyar su cabeza- Es por esa chica nueva.

Guarde silencio.

-Si, he notado como te mira. Ya sabes, las pequeñas niñas mimadas son así. No le des más atención de la que merece.

- Lo sé- Soltando un gran suspiro- ¿Sabes? este mes, no ha sido para nada bueno.

- Apenas comienza el año escolar, puede mejorar -Sonrió

El receso fue más corto de lo que imaginé, o debido a lo entretenida que estaba con Vivían me dio esa impresión.

Ella es más divertida de lo que aparentaba. Inicialmente me daba miedo y vergüenza hablarle debido a que siempre se ve muy seria y se nota que es la mayor del aula.

Pero poco a poco se fue dando. No hubo necesidad de forzar nada.

Quizás podamos llegar a ser muy buenas amigas.

Las primeras dos horas sentí que fueron eternas, sin embargo no quería que las clases terminaran. No quería ver a mi papá, pero parece que aveces la vida conspira en mi contra y las siguientes clases terminaron rápido.

Saludando a las chicas me apresuré a salir del aula.

No quería que nadie viera a mi papá, quería irme rápido. Llegar a mi casa y listo. No pedía más.

-Hola Hija, vamos. Te estábamos esperando, Teo salió antes.

-Si vamos. -Respondí de manera automática.

El camino de pocas cuadras resultó siendo un mini paseo al parque. Pero ya sabía a donde apuntaba todo este supuesto buen trato y momento familiar. Seguro quiere preguntar y obtener información sobre mi mamá, como siempre.

- ¿Cómo les va en la escuela?, perdón hijos. Estos días no he podido acompañarlos.

Ambos respondimos que nos ha ido bien, sin ganas de seguir la conversación.

- ¿Y su mamá?

Lo sabía.

- ¿Qué tiene? -Preguntó Mateo

- ¿Está con alguien? ¿Qué hace cuándo no nos vemos?

- ¿En serio?

Mateo es por lo general alguien frio y distante pero con mi papá lo es mucho más. Sobretodo cuando nos quiere involucrar y usar para acercarse a mi mamá.

- Ella no tiene vida propia, porque sabe que le harás un lío -Se que no debería responder de manera desafiante, se que debí seguir el consejo de mi hermano, pero me cuesta tanto. Es tanta la impotencia que tengo- ¿Podemos volver? Quedamos con mi hermano en acompañar a mi abuela a hacer los mandados.

Podía verlo, veía la ira en la mirada de mi papá, estoy segura que si no estuviéramos en un lugar público seguro me hubiera golpeado hasta desmayarme o peor.

Soy consiente de que esto traerá consecuencias, me da miedo de silo pensarlo.

Intento actuar como una adulta, ¡pero maldición!, no lo soy. Sigo siendo una niña y en este momento soy una niña asustada alejada de la protección de sus abuelos.

- Estoy cambiando hijos, ya no soy el mismo.

Sin dar una respuesta nos levantamos del banco en el que estábamos y comenzamos a caminar. El camino fue largo y silencioso. Como debió serlo desde el inicio.

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