"Queda ahora en tus manos Numa"
Esa reconfortante y apacible voz que antes acechaba mis sueños ahora era clara y precisa, pero el repentino dolor de cabeza me impidió seguir dentro del reino se los sueños.
El aromático aroma de madera de cedro quemada y la fria humedad en el aire conquistaron mi olfato que recordaban que lo vivido ayer no era parte de mi imaginación.
-Despertaste...- Comentó Eliah, quien estraba a la pequeña carpa de descanso dando grandes sancadas hasta posarse frente a la camilla en la cual me encontraba acostada.
-¿cuánto tiempo he dormido?- pregunté en el intento de recobrar postura y sentarme en aquella camilla con un par de colchas que apenas acogía bien el penetrante frío pero aquel hombre sin pensarlo me brindó su apoyo para retomar el equilibrio y sentarme con los pies en el suelo.
-Siete soles contando este. Me alegro de que recobraras la noción, de por sí me fue difícil regenerar tu cuerpo durante estos últimos soles.- dijo con una sonrisa apenada mientras se rascaba el cabello. Observe atenta mi cuerpo el cual ya no tenía ni el más mínimo rasguño; la pierna se encontraba sin fracturas al igual que el brazo dejando ver una tersa y delicada piel casi nívea y con esto un escalofrío me recorrió la espalda.
-¿Cómo te encuentras? - pregunté desviando la atención de aquel desconocido cuerpo que portaba y mirando ahora a Eliah quien me observaba sentado desde un banco de madera frente mío.
-Mucho mejor ahora que estás despierta. El boticario mencionó que independiente de la regeneración esté la posibilidad de alguna lesión colateral.- comentó con ambos brazos cruzados en su pecho y tomando una postura menos erguida y relajada.
Aún con dudas en la mente, no perdí la oportunidad que se me había concebido y hablé. - No tengo recuerdos de nada y por más que trato de recordar no aparece nada. - mentí. -¿Qué?- exclamó incrédulo ante mis palabras acomodándose de nuevo en el minúsculo asiento.
-Eso mismo, cuando desperté entre los escombros y me encontraste lo único que sabía era que mi cuerpo dolía y gracias a ti ahora sé que me llamo Leonor- Continúe. - pero antes de despertar tuve un sueño vago de ti y otro hombre.- expliqué con duda.
- No fue un sueño Leo, ese es Zion ha estado cuidando de nosotros por mucho tiempo, es nuestro padre.- mencionó con un brillo en los ojos al saber que no todo estaba perdido. La sorpresa me invadió al saber que aquel hombre con mirada afilada y cejas espesas tenía lazos sanguíneos conmigo.
Al final no hubo otra forma de recolectar información que seguir preguntando. Por lo que cuenta la gente que Velés el pequeño pueblo oculto entre las montañas del suroeste fue atacado por el reino de Nesta y gracias a Leonor la gente del pueblo pudo resguardarse en este campamento preparado antes por Zion en caso de emergencia. Por suerte del destino cuando Velés fue bombardeado ya no había nadie dentro de él, pero al ser la última en ir a verificar quede en medio del fuego cruzado.
-¿Y Zion?- pregunté dudosa de saber. - Fue llevado a Nesta, presiento que el bombardeo solo fue una cortina de humo para poder llevarse a Zion. - contestó sin chistar. Según los hechos nos encontrábamos huyendo de un par de soldados rezagados cuando pudieron derrotar a Zion y con ello llevárselo como prisionero.
A poco entendimiento en este mundo existe en manejo de maná. Dando origen a un poder natural que fluye a travez de el cuerpo de los pocos que pueden llegar a persivirlo, derivando distintos métodos de uso; pero también existe Umbra, el lado oscuro del maná que consume todo a su paso.
Gracias a la explicación de Eliah ambos teníamos algún tipo de "maldición" que nos ataba a una profecía llena de horror y desgracia y por la cual nos encontrábamos huyendo ya que Zion fue la persona en salvarnos de las personas que buscaban que la adivinación no se cumpliera. Como parte de la maldición Eliah se encuentra atado a la Nada Ignoto, un poder de fuerza devastadora vinculado con Umbra, al contrario de él yo me encontraba enlazada con Omnis, su opuesto. Un poder capaz de transmutar y transformar cualquier cosa a placer, pero sin el favor de la suerte ninguno de los dos tenía la capacidad de controlarlos a su esplendor.
-Ni siquiera te imaginas el esfuerzo que el viejo ha puesto para que sigamos con vida Leo.- mencionó con nostalgia en la voz sacandome de mis pensamientos. El haber perdido a aquel hombre dejaba ver que le afecta lo suficiente como para cuestionarse si hacer algo al respecto o no.
[...]
Con el paso de los días la confianza entre Eliah creció y con ello memorias de él conLeonor fueron llegando a mí en el transcurso de estos tres años. Los cuales utilizamos para aprender a controlar y manipular aquellos dones con los que nacimos.
-Está todo listo Leo.- exclamó Eliah desde los caballos de nieve acomodando las últimas bolsas que hacían falta por subir. El antes joven de cuerpo esbelto y extremidades largas ahora se posaba a lado del caballo con caso dos metros de estatura y un cuerpo musculoso y tonificado que impondría a cualquiera, me sonreía de oreja a oreja emocionado por lo que nos avecina.
-Tengan todo lo que van a llevar en los caballos, ellos cargaran lo necesario por ustedes.- habló el anciano del pueblo quien caminaba lentamente hasta nosotros con las manos metidas en sus bolsillos. Con el paso de los años, descubrí que las memorias tienen detonante y aquellos detonantes estaban vinculados a las personas más cercanas a Leonor y con esto tuve un propósito más por el cual ir a buscar a Zion.
-No se preocupe anciano, esté tranquilo. Nos veremos pronto.- respondió Eliah serio ante la presencia del sabio del pueblo. -Nos cuidaremos bien, no se preocupe mucho. Estaremos de regreso los tres.- dije mientras subía a mi caballo sin dejar de mirar al anciano, que dejaba ver en su rostro el temor por nuestra partida, <
-Muy bien, el viejo está en Nesta, al noroeste de Akka ¿donde iremos primero?- la voz de mi hermano se hizo presente mientras que avanzábamos.
-Escuché de un mercader que el príncipe heredero de Rahim irá a Akka en un par de meses. Puede ser nuestro pase para entrar por Tariq.- dijo mientras cabalgabamos entre la nieve.
-El camino será largo de aquí a Akka son aproximadamente siete meses.- contesté al recordar aquel libro de navegación terrestre que leí de los libros del anciano del pueblo. -y avanzaremos evitando lugares concurridos y caminos largos. Acortaremos el tiempo a cuatro meses.- mencioné mientras acomodaba el turbante que cubría mi rostro de la helada.
-No tengo objeciones Leo.- dijo Eliah mientras tomábamos camino a nuestro siguiente punto.
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Comments
Isabel Conde Lema
muy interesante 😃🤣
2024-04-02
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