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Algunos pocos meses después había pasado y los amantes seguían viéndose a escondidas. La mujer había conseguido trabajo y se veían poco por sus horarios laborales.

Los casados se dividían los gastos de la casa y cada de vez en cuando salían a comer fuera o ir a reuniones con amigos. También ella iba sola a reuniones con sus amigos.

Samay veía poco a Koichi y estaba cuestionando se si debía seguir con esto, sabe que está mal pero... También sabe que el casarse fue un error, no debió haber aceptado para empezar. Le gustaba la atención que él le daba al inicio, todo que ella sentía que quería lo obtenía de él, de su ahora esposo.

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En su habitación, en su cama, con audífonos puestos y su celular al costado de él, mirando hacia el techo con el pensamiento en otro lado.

Koichi: Creo que... Lo mejor será terminar mi relación con ella, para empezar... No debí haberle dicho eso y menos hacerle pasar por algo así, está casada, es una mujer casada ya. Ahhh, esto es muy frustrante. Ella... ¿Querrá divorciarse? Pero que estoy diciendo, ella se casó con él por algo... Algo que lo más probable yo no llegue a la altura. Sí, lo mejor será que termine con ella.

Algunos días habían pasado y Koichi no pudo reunirse con ella ya que ambos estaban muy ocupados.

Los días se fueron alargando en los que solo se comunicaban por mensaje de texto.

Un día, siendo invierno, para ser exactos 20 de julio es que logran reunirse los amantes en un parque siendo ya el atardecer.

Koichi: Lamento tardar. -se sienta junto a ella-

Samay: No pasa nada, tampoco es que haya esperado mucho.

Koichi: Que bueno. -le sonríe- Debo decirte algo.

Samay: Yo también. ¿Quién lo dice primero?

Koichi: Mejor tú.

Samay: Está bien. Verás... -no sabía cómo decirle exactamente así que lo suelta- Estoy... Estoy embarazada. -lo mira expectante-

Él se queda muy sorprendido ante tal noticia pero ella al decirle...

Koichi: ¿Mío? -ella asiente- Pero... ¿Qué hay de tu esposo? -dijo un poco nervioso-

Samay: No he tenido mucho contacto con él pero sí contigo y sabes, estaba pensando en divorciarme, él aún no lo sabe. Quería que lo supieras, así que ahora dime tú, ¿qué querías decirme?

Koichi: La verdad... Es que... No quiero seguir con esto, lo mejor será que te quedes con tu esposo y ese bebé... Deberías tenerlo con él.

Samay: ¿Qué? -desanimada- Pero es tu hijo, es a ti a quien quiero realmente y sé que no debí haberme casado sin estar realmente segura. Podemos estar juntos.

Koichi: ¿Qué tengo yo? Él es más atento que yo contigo, soy un poco descuidado, y dudo mucho que pueda llevarte comida a la cama. Tú mereces que te traten super bien.

Samay: Puedes hacer eso, puedes aprender a hacerlo, te gusta aprender y no te limitas. -decía esperando a que acepte-

Koichi: Lo siento, lo mejor será que te quedes con tu esposo, hazle creer que es su hijo. Serás muy feliz.

Samay: No... -dijo triste- No puedes decirme esto. -dijo bajando la cabeza, tenía ganas de llorar- Koichi... -se levanta y él la observa- Me gustaría que nuestro bebé creciera junto a sus padres, te vea a ti. Puedo decirle a mi esposo lo que he estado haciendo.

Eso sorprendió al hombre de cabellos negros quien se levantó el hizo que ella lo viera y pudo ver lo triste que está y que había derramado lágrimas pero ella hacía un gran esfuerzo por contener las.

Koichi: No puedes hacer eso, no puedes decirle, ¿qué tal si al estar enojado te hace algo? No quiero eso para ti. Samay, debes quedarte con él, tú querías una familia y la vas a obtener pero yo no soy el indicado para esto, realmente lamento haberte decepcionado. Sabes, me habría gustado haberte dicho mis sentimientos hace unos años pero no puedo volver el tiempo atrás, quiero que seas feliz, aunque sea con Edu, lo escogiste como tu esposo después de todo, sé que él cuidará de nuestro bebé.

Le da un beso tierno pero corto como despedida, la mira unos instantes para luego limpiar las lágrimas de ella que van cayendo ya que ella no quiso detenerlas más. Se va mientras ella lo observa triste.

Ella estaba más que dispuesta a decirle a su esposo lo que había hecho, enfrentaría las consecuencias de lo que hizo pero se dio cuenta que él... Koichi no quería asumirlo como habían quedado antes.

La mujer volvió a su casa después de unas horas para así volver a casa de lo más normal posible y que no se notara que había llorado.

Entra a su casa y ve a su esposo viendo la tv y le pregunta qué porque había demorado tanto en llegar.

Samay: Fui a despedir a una amiga que se iría al extranjero, la voy a extrañar. -Sus lágrimas empezaron a salir y su esposo se levantó para consolarla-

Ella sentía que su esposo era demasiado bueno como para merecerlo, se sentía mal pero debía guardar el secreto.

Ambos fueron a sentarse y ella le dió la noticia de que está embarazada haciendo que él se sorprenda y se si sintiera feliz.

Edu: Soy muy feliz por esto. -la abraza- Me gustaría que sea un niño aunque no me molestaría que sea niña ya que ella sería la consentida de la casa. -ella se limitó a sonreír pero seguía triste- Lamento lo de tu amiga pero también hay que estar felices, seremos padres dentro de poco.

Samay: Tienes razón, una gran amiga se va de viaje y quién sabe cuándo la volveré a ver. Ahora, tendré un bebé que está pronto a venir.

Edu: Así es.

Él seguía feliz pero ella no, ella seguía triste pero debía sonreír.

Samay sabía que al decirle la verdad él se molestaría pero duda mucho que se desquite con ella por tal mentira ya que ella ve en él un hombre bueno y dedicado.

Los días pasado e incluso los meses y su barriga iba creciendo y así poco a poco sentía el movimiento de su bebé dentro de su barriga. También había fotos de cada mes para así tener un lindo recuerdo, ella guardaba todo en una memoria de gran capacidad para soportar vídeos ya que esos archivos son los que suele pesar por el tiempo de duración.

Llegó el día del alumbramiento y ya se encontraba en el hospital junto a su esposo ya que la noche anterior tuvo complicaciones. Su bebé nació cerca del amanecer del día sábado.

Su nombre es Alid. Ella había decidido llamarlo así ya que le gusta mucho ese nombre pero sobre todo, lo hizo por él.

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