Amantes

Los 3 habían acabado con éxito su carrera universitaria. Samay estaba lista pronto a casarse con el chico que conoció hace dos años atrás llamado Eduardo.

Para cuando la pareja se casó, su ahora esposo debía viajar ya que había entrado a una empresa 6 meses antes de casarse y que cuando volviera se irían ambos de viaje como luna de miel.

La mujer había quedado sola en su ahora departamento, dejó la casa donde vivía, también con que el contrato había terminado.

Unos días después, ella estaba a punto de salir, abre la puerta y se sorprende de verlo.

Samay: ¿Eh? No esperaba verte.

Koichi: ¿Tan mal soy para ti?

Samay: No digas eso, no creí que vendrías, es todo. ¿Qué tal se encuentra tu hermano?

Koichi: Está ahora bien, espero que siga así. Lamento no haber asistido a tu boda, sé que fue muy importante para ti y lo lamento. Solo que... No quiero alejarme de ti.

Samay: Tu hermano es primero, entiendo que no hayas venido a mi boda, fue sencillo pero lindo para mí. Y no es necesario que te alejes de mí, podemos seguir siendo amigos. Nada va a cambiar las cosas entre nosotros.

Koichi: No, nada va a ser igual, tenías novio y ahora estás casada. No quería esto, no hice nada para evitarlo, ahora sí que estás lejos de mí, nada será igual entre nosotros.

Dijo ya cansado de ese sentir.

Samay: ¿De qué estás hablando?

Koichi: De qué te quiero, te quiero mucho pero fui incapaz de decirte siquiera lo que siento por ti y ahora... Ahora estás con otro, comparten un lugar donde vivir, comparten una cama y... Tus sentimientos... Tus sentimientos están con él ahora pero yo... Sabía que debía habértelo dicho aquella vez en la playa o antes. Soy un idiota, dejé que te fueras sin siquiera habértelo dicho antes. Al menos... Si te hubiera dicho esto, quizá aún estarías con él o no y no me sentiría de esta manera.

Samay: ... Es muy tarde para decir estas cosas pero gracias de todas maneras. -dijo bajando la mirada-

Koichi: ¿Lo sabías? -dijo sorprendido-

Samay: Creo que también me gustas pero no lo sabía y que él fuera tan amable y atento conmigo hizo que estuviera encantada con él, me gusta... Sí, pero no como lo es cuando estoy contigo y creí que no era mutuo pero con él, con Edu... No sé qué pasó, quizá se deba a que quiero una familia y ser libre en ella. Sabes cómo es mi familia, ellos... -lo ve- Me fui de su casa, me alejé de ellos.

Koichi: Me alegra oír eso de ti, lamento hacértelo saber muy tarde. -la abraza- Pero, no quiero alejarme, podemos vernos.

Samay: Sabes que no podemos y es lo mejor para nosotros.

Koichi: No lo digo en ese sentido.

Ella lo mira unos instantes para luego entender y sorprenderse demasiado sin saber qué decir pero... Su corazón se aceleró y sin más lo besó, este correspondiendo de inmediato a ese beso.

Koichi: ¿Ibas a algún lado?

Samay: A comprar cosas para la semana.

Koichi: ¿Crees poder quedarte en mi casa unos días? -Él sabía que el esposo de su amiga se encuentra de viaje ya que ella le había dicho a través de un mensaje de texto-

Samay: Está bien. -sonríe y se lleva un poco de ropa para estar en casa de su ahora amante-

Llega a casa pero se siente diferente, ahora ella es una mujer casada con sentimientos difíciles de digerir pero estar en este momento con el chico que quiere y que su amor es correspondido pero no en la forma en que ella quería que fuese, aceptó eso y si sucede algo malo lo asumirá con responsabilidad.

Ambos se pasaron la tarde hablando, ya al anochecer es que empezó a cocinar y de paso a enseñarle a su amigo de cómo hacerlo.

Ya la cena lista es que se disponen a cenar muy amena.

Koichi: Gracias por aceptar esto y lamento los problemas que pueda causarte.

Samay: Está bien, no pasa nada. Asumiré esto si algo sucede. No seré la única aquí. -él le sonríe-

Después de cenar, él lavó los platos. Vieron una película y luego se fueron a lavar los dientes para irse a dormir aunque él no quería dormir quería algo más pero temía que su esposo vaya a darse cuenta de ese detalle y se lo hizo saber pero ella dijo que está bien, que no pasa nada y que ya dirá cualquier cosa.

Koichi: Esto que haces... Por mí, realmente lo aprecio. Te quiero.

La besa y de paso que va acariciándola, sintiendo cada parte de ella, a lo que ella también, van juntándose, sintiéndose, siendo solo ellos esa noche.

Al día siguiente ella se despierta y no lo ve a su costado así que sonríe con lo que pasó anoche, se levanta y va al baño. Al salir es que se pone una bata de él y sale dirigiéndose hacia el comedor y lo ve saliendo de la cocina muy feliz, a lo cual ella siente curiosidad.

Koichi: No preparé el desayuno pero lo compré y ordené para ti, justamente iba a despertarte pero me alegra que estés aquí, ve a sentarte que llevaré el desayuno a la mesa.

Ella hace caso y él se va a la cocina y lleva el desayuno ya servido para ambos y ella feliz por este gesto de él, aunque ya lo conocía pero esta vez es diferente.

Ambos saben que lo que están haciendo está realmente mal pero lo sobrellevarán de alguna manera.

Los días en los que ella se quedó con él fue muy lindo, más bien parecían ellos una pareja ya oficial.

Tocó que ella vuelva al depa y así lo hizo, lo hizo un día antes de que su esposo regresara y limpió el depa.

Al día siguiente él llega casado y ella lo recibe muy animada.

Edu: El viaje fue cansado pero sensacional, pudimos cerrar todo y fue beneficioso para nosotros, ¿y que crees? Nos dieron un pequeño aumento. -se encuentra sentado en el sillón-

Samay: ¡Eso es maravilloso!

Edu: Claro que salimos a beber a algún bar y de paso ir a otro lugar pero obviamente yo no fui, me regresé al hotel ya que estoy casado y ansioso para por fin intimar con mi esposa.

Samay: Claro... -apenas sonrió-

Edu: Si no quieres está bien, puedo esperar. Sabes, me gustaría saber a qué lugar te gustaría ir de viaje, en dos semanas me darán libre y podremos disfrutar nosotros.

Samay: (Es verdad... Había olvidado el viaje) A donde tú quieras.

Edu: Quiero que lo escojamos los dos, no es agradable solo yo. Eres mi esposa, compartimos cosas juntos y lo haremos en el futuro así que cada cosa que hagamos lo hagamos los dos.

Samay: Está bien, entonces muéstrame algunos lugares y escogeré, ¿qué te parece?

Edu: Está bien.

Al día siguiente él tuvo el día libre al igual que los que se fueron de viaje. Estuvo viendo en su laptop algunos lugares que podrían interesarle a su esposa para luego mostrarle y finalmente ella escogió un lugar turístico con playa y palmeras. Estuvieron allí solo 5 días en los cuales ambos la pasaron bien y la pareja de esposos tuvieron su momento allí.

Volvieron muy cansados pero felices del viaje. Ella le dijo una mentira ya que él se dio cuenta de un detalle del cual su esposa no llevaba ahí abajo. Samay dijo que fue a una fiesta y que se divirtió mucho y también quería sentir esa sensación, él la aceptó pues también se había divertido antes de conocerla.

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