Recuerdo que fue durante la ceremonia de entrada a la secundaria, en uno de los grupos de segundo destacaba un chavo que por lo que se apreciaba desde la distancia donde yo me encontraba era muy guapo aunque se veía mayor a todos los demás de su grupo, pero muy inalcanzable para mí. Mi autoestima no estaba muy bien plantada así que nunca me imaginé ni siquiera acercándome a él.
Pero él se atrevió a llegar a mí para cambiar las cosas, esa época libertina y alcohólica fue sustituida por él. Recordarlo me da nostalgia; como a los tres meses de haber iniciado clases yo me encontraba en clase de química con la profesora Yazmin- cabe aclarar que no era mi profesora favorita- ni yo su mejor alumna, por lo tanto me costaba mucho trabajo que me diera permiso de salir del salón bajo ninguna circunstancia.
Y para mi mala fortuna ese día estaba lloviendo, había tomado mucha agua en el receso y a causa de eso me andaba mucho de la pis, le solicite el permiso para ir al sanitario 3 veces y las mismas que me lo negó, así que me salí aun sin la autorización.
Corriendo más de lo que estaba acostumbrada me dirigía al baño pero un suelo mojado y un chico muy guapo caminando distraído de frente a mí, no fueron la mejor combinación aunque pensándolo mejor posiblemente sí. Al querer frenar para no chocar con aquel chico derrape y fui a dar de nalgas al suelo quedando en automático estática por la preocupación, de que al moverme pudiera causar que mi vejiga no resistiera más.
Aguantándose la risa e intentando ser educado el chico expreso su preocupación:
Estas bien?- pregunto-Te puedo ayudar?- El que se estuviera aguantando la risa me hizo sentir apenada y a la vez muy enfadada.
Si, gracias estoy bien.- Respondí recelosa ya que para mí baja autoestima y confianza en los demás él se estaba burlando de mí.
En verdad? Déjame que te ayude- dijo inclinándose para extenderme su mano libre y ayudarme a levantar.
No, déjame yo sola puedo, tú sigue tu camino para que te puedas reír a gusto yo me levanto en un momento.
Él, ante mi actitud se quedó con cara de póker sin saber el porqué de mi reacción, aunque no negando lo de sus ganas de reírse de mi caída, admitámoslo de no haber sido él la persona con la que me hubiese topado hasta yo me habría reído.
Aun con mi actitud grosera no se dio por vencido e insistió con ayudarme a levantar.
Ven en verdad dame la mano te ayudo, no seas terca que se te están mojando las pompis y te vas a enfermar. A todo esto, a dónde ibas?, parecía que llevabas prisa.
A ningún lado ya vete yo sola puedo- respondí.
A decir verdad, no sé por qué le conteste tan feo en aquella ocasión, bueno a lo mejor estaba ocupando esa actitud como una barrera defensiva. Ya que según yo solamente le servía a chavos, así como motivo de risa, y no lo pensaba permitir.
Nada más levántate entonces, si me voy dejándote en el suelo me sentiré mal y donde quedara mi educación- respondió molesto a casusa de mis malos modos- anda ya levántate por favor Bustamante.
En ese momento me descoloque ya que hasta donde yo recordaba nunca le había dado mi nombre y mucho menos pensé que me conociera.
Está bien ya me levanto pero ayúdame- le extendí la mano, si, lo sé, yo y mi hermosa inestabilidad. Ya parecía hasta bipolar.
Pero me agrado mucho que él ni se inmuto ante mi cambio de parecer, aunque si obtuve de regalo una sonrisa de suficiencia, Dios no era justo, como me ponía enfrente al chico más guapo que había visto en mi vida, pero que estaba muy segura nunca se fijaría en mí. De repente sentí su mano en el hombro.
¿Si me dejarás ayudarte?, o ese es tu nuevo lugar favorito en la escuela-dijo burlonamente- No, ya enserio dame tu mano te ayudo, exactamente no sé a dónde te dirigías, pero parecía que llevabas mucha prisa.
Está bien ya deja de burlarte y ayúdame-dije indignada ante su burla-pero rápido por favor que aquí va a ocurrir un accidente.
Me quede muda al percatarme de lo que salió de mi boca, prácticamente le había dejado claro que me andaba del baño y que todo podía resultar en un accidente monumental si no me daba prisa. Y si por alguna razón él cumplía con la creencia de que si es guapo está peleado con ser inteligente, se terminaría dando cuenta cuando cruzara el pateo a toda la velocidad que tengo en dirección a los baños.
Oh, Dios que pena! Fue lo que pensé en ese momento, pero la verdad ya no había marcha atrás, por la expresión en su rostro me percate que sí, el aparte de guapo era inteligente y si capto la dirección de mis palabras y a que accidente me refería.
Pues entonces apúrale, en buen plan si es tan urgente tu asunto y no te puedes mover te cargo para que no te arriesgues más- en automático y solo con unos ligeros movimientos de mi cabeza di la negativa a lo que podía convertirse en el acto más vergonzoso de mi vida-bueno la verdad no me importa, hare que llegues con tu dignidad intacta. Agárrate bien, sé que no es mucho el camino, pero no te vayas a caer - si, como se imaginaran le valió mi negativa y para ese momento ya estaba montada en la espalda del chico de los sueños de casi toda la escuela.
¡Bájame ya! Por favor bájame, ya llegamos no hagas que me avergüence más. ¿O qué? ¿Piensas meterme cargando hasta el cubículo del sanitario?, por favor me bajas? -no sé por qué pero de cierto forma me sentí en la necesidad de rogarle para que me bajara.
¿Está bien está bien ya no chilles-dijo con gesto burlón, de que le servía ser tan guapo si era tan grosero?, burlón y todo.
En el preciso momento en que puse los pies en el suelo salí disparada al interior de los baños, una vez en el interior ya fui capaz de aceptar que él tuvo razón y que de no ser por su ayuda no habría llegado al sanitario a tiempo, los pocos segundos que pase en su espalda me sirvieron para juntar la fuerza de retención en mi vejiga y así poder llegar a la taza del baño a sentarme.
Ya más relajada y habiendo hecho mis necesidades, me disponía a lavarme las manos cuando vi que ahí seguía él. La verdad no entendía el porqué de que me estuviera esperando, aunque tampoco quise creerme mucho al pensar que realmente era yo la razón de que siguiera ahí. Bueno eso hasta que se percató de mi presencia y ya con un gesto entre amable y curioso me volteo a ver y me sonrió.
Hasta que sales-me dijo-pensé que te quedarías a vivir ahí a dentro, no se supone que ya casi te ganaba. Bueno, no es por eso que te esperaba, más bien lo que espero es mi recompensa; fui un buen niño y te ayude a no tener un percance bastante vergonzoso así que creo me merezco algo- en ese momento mi quijada se calló al suelo y aún más cuando lo vi acercarse, no tenía ni la más remota idea de que podría querer de mí. A no ser que hubiese escuchado lo que se hablaba de mí en la escuela.
Q_ue_q_ue…que es lo que quieres -logre pronunciar y armándome más de valor continúe-yo no te pedí que me ayudaras, es más si mal no recuerdo más bien te dije que no, así que hazte para allá estas muy cerca, me quitas oxigeno -la verdad quería sonar ruda, pero siendo honesta mi voz temblaba montones, este chico alteraba muchísimo mis nervios.
Relájate, te vez tierna y adorable, pero resulta que si eres algo salvaje y agresiva. Haber cuéntame que te han hecho para que reacciones así de mal con quien se te acerca en buen plan- el sonaba muy sincero, pero como iba a abrirle mi corazón y mente a un completo desconocido (por muy guapo que estuviera)- está bien si no me quieres platicar eso, no insistiré, pero si quiero mi recompensa. Y en este momento te hare saber qué es lo que quiero -estática, así me quede en el momento en que su rostro estuvo a escasos 10cm de mi boca casi podía jurar que me pensaba besar, a como estaba reaccionando mi cuerpo no creo que hubiese hecho nada para evitarlo. Pero no lo hizo, en cambio desvió su boca hasta casi pegarla a mi oído y pronuncio lentamente - dime tu nombre.
Esperanza –conteste en automático, algo abrumada por el deseo que había surgido en mí.
¿Edad?
12años
Te vez más grande-ese pequeño comentario me hizo desaturdirme de su encanto y lo pude empujar
Quítate tengo que regresar a clases, si tu no quieres estudiar es tu problema, porque yo si- y después de eso me eche a correr de regreso a mi salón, ¡¡¡no sin antes voltear a verlo –gracias!! -grite- La educación, ante todo.
Toda la tarde después de ese encuentro transcurrió en un borrón, besos clases y el rumor de que se vio a un tal Ramiro muy cariñoso con una niña y que no entendían como ahora hubiese puesto los ojos en ese tipo de chica siendo que el año pasado estaba saliendo con Jaqueline. La verdad un rumor que ni me va ni me viene.
O eso pensé hasta que llegó la hora de la salida y el mismo chico guapo de más temprano se me acerco corriendo, cuando estuvo a pocos metros ahora si grito mi nombre.
Esperanza, espérame -yo por mi parte me hice la que no escuchaba nada.
Bustamante, si te llamas Esperanza verdad? ¿No es a ti a la que le está gritando Ramiro?, yo que tu no me daría mi taco y mucho menos con ese tipo de chicos -eso me dijo una compañera del salón, creo que se llama Pamela.
Y en ese momento me cayó el veinte la niña que vieron con Ramiro era yo, gracias a esa conclusión y a esos rumores ahora ya sabía el nombre de aquel chico.
¿Esperanza porque me ignoras? Ternuritaaa.-dijo, y eso me hizo parar en seco.
¿Como me dijiste? -ahora la que se estaba acercando a paso veloz era yo, me molestaba de sobremanera que me dijeran cosas tiernas o adorables - tengo un nombre y te lo sabes. Si no te hago caso es porque no me interesa relacionarme contigo, solo unos minutos hablando contigo y ya estoy en rumores, sabes otra cosa que me molesta y me cae en el hígado. - la verdad tenía una cara de asombro, estaba como atónito y sacado de onda.
¿Qué es? -respondió aun con todo lo que reflejaba su rostro su voz sonó impasible.
Odio en sobremanera que me comparen, aún más que lo estén haciendo solo por verme cruzar unas cuantas palabras contigo, hazme un favor. Ve y molesta a Jaqueline, creo que a todos en la escuela les gusta ella para ti.
Ok, sé que ese comentario no quedaba, pero en verdad en ese momento estaba bastante sulfurada para pensar en lo que decía. Yo no tenía ni la más remota idea de cómo y por qué habían terminado, si el la lastimo a ella o a la inversa. Aunque tampoco tiene por qué importarme.
Está bien, ese fue un golpe bajo. Pero la verdad a mí me vale lo que le guste a toda la escuela, si a mí ella ya no me gusta y ahora quiero conocer a otra chica, es muy mi problema. ¿Ok? -eso sí daba miedo, era un tono decidido, pero por primera vez autoritario y agresivo, creo que eso de Jaqueline era un punto medio sensible.
Ok, pero eso no es bueno si a la otra chica no le gusta estar involucrada en habladurías
Hay Esperanza siendo sincero no me interesan las habladurías, de lo contrario ahorita no me estaría involucrando con ciertas personas. Entiéndelo si a mí me causa curiosidad o si me propongo conocer a la gente me vale que el mundo ruede o que la escuela arda, yo los voy a conocer -para ser sincera ese discurso me impacto y me dejo sin palabras momentáneamente.
Pero… que puede causarte curiosidad acerca de mí, niña promedio, obviamente más chica que tú, gordita, calificaciones normales pegándole a malas. Entonces no entiendo que puedo tener de especial.
Ahí si tienes un punto a tu favor, lo que se puede notar a simple vista es todo lo que describiste. Pero yo quiero ver más al fondo -en voz baja pronuncio lo siguiente- quiero conocer el porqué de tu mirada inquieta, de tus hermosos ojos tristes, de tu actitud defensiva, quiero saber por qué huyes de mi si es raro que alguien lo haga. Eso quiero, ¿y sabes una cosa? -no me dio tiempo a responder, ya que el solo, lo hizo- que lo voy a conseguir.
Pues suerte en tu investigación, aunque no creo que averigües mucho, bye. -después de eso por fin me permitió alejarme. En verdad que hablar con él era algo hipnótico y no solo por lo guapo sino por todo en general, su físico, su voz, sus palabras, su esencia y algo que no sabía describir en sus ojos; parecía tener más dolor que el que yo guardaba en mí.
Esa noche se me hizo eterna, anhelaba la llegada del día siguiente; queriéndome hacer la occisa que según no sabía porque quería con tantas ansias que la noche durara minutos y mi mañana fueran solo 2hrs. En verdad que quería la llegada de mis clases, estar en la secundaria, y ya siendo súper sincera conmigo quería ver al hermoso chico que pedía una oportunidad para descifrarme.
Por fin después de lo que pareció una eternidad, ya era un día nuevo realice mis actividades normales, mi quehacer bañarme y hacerme mensa en el sillón viendo programas tontos. Aunque como ya es mi costumbre me gano el tiempo y llego antes mi abuelo por mí.
Aunque parecía que iba a llegar tarde, no fue así y llegue con el tiempo suficiente como para fumarme mi cigarro semanal (Ramiro me estresaba y mis padres aún más).
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