Capítulo 4

Iván McClare 

No entiendo porque Lucrecia no se convence de los hechos que están pasando en la empresa, jura que solo son calumnias, pero los números no mienten, cuando la discusión llegó al grado en el que estaba a punto de  faltarle el respeto a esa mujer, se escucho un tímido toque en la puerta, me calme, Lucrecia cree que gano, pero llegaré al fondo de la situación, y si en el camino me llego a enterar de que ella tiene la culpa,  o contribuyó en algo a esta situación, no tendré piedad de ella. 

Tome aire una vez más y permití entrar a quien sea que estuviera esperando.

En cuanto la puerta se abrió vi a esa hermosa joven,  hoy llevaba puesto el horrible overol, pero su cabello estaba sujeto en un recogido alto muy estirado que despejaba por completo su hermoso rostro,  sin una gota de maquillaje, ella era linda naturalmente. 

- Perdón señor,  solo quería saber si puedo hacer la limpieza, o puedo volver en otro momento si le molesta.- me dijo ella con su voz tan tímida,  y sonrojándose ligeramente. Me parecía encantadora.

- Adelante yo debo revisar algunos documentos más y me retiraré- obviamente no me retiraría,  solo quería una oportunidad para poder hablar con ella y conocerla. Me intrigaba muchas cosas de esta joven. 

Luego de verla desaparecer en el baño, espere con paciencia que hiciera su trabajo. La miraba mientras se movía por la oficina realizando el quehacer,  cuando vi que estaba terminando tome la decisión de preguntarle algunas cosas. 

- Cuántos años tiene usted señorita Valentina- mientras miraba fijamente sus ojos verdes,  que al parecer tenían motitas doradas, vi perfectamente cuando ella se tensó al escuchar mi pregunta. 

- Emm…  tengo 20 señor. - respondio,  vaya, creí que tendría unos años más,  eso me dejo algo pensativo, qué es lo que le paso a esta niña,  para haber sido madre tan joven, no se ve como una mujer rebelde,  pero bueno eso no lo sabría en estos momentos.  

- Y… ¿está casada? - hago una pausa para formular la siguiente pregunta,  es muy importante para mi, esta mujer me cautiva como ninguna otra. Y necesitaba saber todo de ella. 

- No señor, no estoy casada ni tengo novio - cuando respondió sentí que algo en mi interior se removía, decidí profundizar un poco en mi investigación sobre ella. .

- Y una pregunta mas y espero que no le moleste…- la mire esperando una confirmación,  cuando recibí un asentimiento de su parte procedí. - y el padre de su hija, usted fue madre bastante joven- espere su respuesta expectante, vi su incomodidad, la vi pensar,  y finalmente respondió.

- El no sabe que ella existe, y si,  fui madre a los 16. Yo espero que él jamás  me encuentre- cuando escuche su respuesta me sorprendí, era una niña, qué sacrificios tuvo que hacer,  para sacar a su hija adelante, pero cuando escuche en un susurro la última parte de su respuesta, todo mi cuerpo se puso en tensión, algo malo le había pasado y supe que en ese momento que ella se estaba escapando de alguien. 

Cuando termine de procesar esa pequeña parte de información, ya me encontraba solo en la oficina,  ella había desaparecido, pero de algo estaba seguro, él buscaría toda la información posible de esa joven,  y no dejaría que nada malo le pasara.

Hacía mucho tiempo que no se preocupaba por otra mujer que no sea mi madre,  después de lo pasado con Gisela, no quise volver a tener una relación y mucho menos interesarme por alguien.  Me mantenía apartado de todas esas mujeres que solo buscaban por mi dinero, solo tenía sexo casual, encuentros de una sola noche,  en donde ni siquiera intercambiaba nombres. Pero esta joven, con sus ojos verdes y una mirada tan vulnerable y a la vez tan fuerte, removió algo en mi interior.

Termine de revisar los documentos en mi escritorio, una vez en el elevador, busque entre mis contactos a mi mejor amigo y detective de la policía, necesitaba saber todo sobre esta mujer y sobre todo conocer de quien se escondía.

- Mauricio,  habla Iván,  necesito un favor.- espere su respuesta expectante.

- Hola Iván,  claro, a quién debo investigar.- sonreí Mauricio siempre iba al grano,  no se andaba con vueltas, es lo que me gustaba de él. 

- Una mujer- espere la clásica burla, pero esta vez no llegó. Y prosigui -su nombre es Valentina Simons, 20 años,  tiene una hija de 4 años aproximadamente. Quiero saber todo. Especialmente el padre de la niña. 

- Claro , en dos días a más tardar tendré la información.- sonreí siempre podía contar con él.  

- Muchas gracias, te veo en dos días.

Subí a mi auto y me dirigí a mi casa,  no podía sacar de mi cabeza esos ojos de gata,  me tenía hechizado. Cuando llegué, solo me di una ducha y fui directo a la cama,  toda la noche soñé con ella. Me estaba volviendo loco. 

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