Te extraño

Todos los invitados comenzaron a llegar, saludaron a Jonas y lo felicitaron por su cumpleaños, ese tipo de eventos a Jonas siempre le habían parecido molesto, pero ese día en especial se sentía feliz ya que Nirella estaba junto a él,  ambos tenían trece años, solo debía esperar siete años mas para así poder casarse. Jonas deseaba que el tiempo transcurriera rápido, pero a la vez que quería que fuera lento, deseaba continuar conociendo más a la pequeña Nirella de la cual no conocía prácticamente nada.

Nirella estaba de pie juntó a él con una clara expresión de aburrimiento, él tomó su mano y le pregunto.

__ ¿Estás cansada?

__ No, es solo que esto es aburrido, por eso odio este tipo de eventos, bueno pero no odió haber asistido a tu cumpleaños es solo que...

__ No te preocupes, se a que te refieres, a mi también me parece aburrido, ¿Quieres que nos escapemos un rato hasta que el baile de inicio?

__ Pero eres el anfitrión, todos han venido para felicitarte.

__ Ni han venido a felicitarme, solo han venido para intentar hacer conexiones con el príncipe heredero.

__ Yo venido porque es tu cumpleaños, no porque seas el príncipe heredero. Dijo Nirella mientras inclinaba su rostro.

Jonas apretó su mano y le dijo.

__ Lo sé, por eso eres la única que persona con la que quiero estár en estos momentos.

Jonas arrastró a Nirella con él. Tomó un plato lleno de fruta y ambos salieron al balcón, se sentaron en una esquina para resguardarse del frío y mientras comían Nirella le pregunto.

__ ¿Como sabremos cuando el baile vaya a dar inicio?

__ Hum... No lo sé, pero entraremos dentro de un rato, nosotros abriremos el baile así que tendrán que esperarnos.

__ ¿No se enojaran nuestros padres si hacemos eso?

__ Papá ya debe haber comenzado a beber con tu padre, así que no creo que nos presten mucha atención.

__ ¿De verdad?

__ Si, así que no te preocupes.

Nirella se metió un trozo de piña a la boca y le dijo.

__ Antes de conocerte creía que eras aburrido.

__ ¿Por qué dices eso?

Siempre te vi en algunos bailes, siempre tenías esa aura de no quiero que nadie se me acerque, odié cuando papá dijo que sería tu prometida.

__ Creí que nuestro primer encuentro había sido el día en que nuestros padres nos presentaron.

__ Oficialmente si, yo nunca me había acercado a ti, aunque si a su majestad, el rey, es un hombre agradable.

__ ¿Aún odias que sea tu prometido?

__ Ya no, ahora me agradas, aunque hay cosas de ti que siguen sin gustarme, como que te pelees con mis amigos.

__ Lo siento, intentaré cambiar.

__ No tienes que cambiar, cada uno es como es, por lo menos yo odiaría que me dijeran que debo cambiar mi forma de ser, eso sería cambiar mi esencia misma.

Jonas le dió un beso en la frente a Nirella y le dijo.

__ Yo jamás te pediré que cambies, ya que me gustas tal y como eres.

Nirella se sonrojo y dijo.

__ ¿Por qué siempre me estás besando?, Mi maestra dijo que no debes besar a nadie casualmente, tu lo haces todo el tiempo, ahora que lo pienso me besaste en los labios la primera vez que me viste.

__ Lo hago porque eres mi prometida y quiero expresar mis sentimientos por ti.

Antes de que Nirella respondiera  uno de los sirvientes irrumpió diciendo.

__ Aquí estaban, su majestad los está esperando para que inicien el baile.

Jonas se levantó, extendió su mano a Nirella y le dijo.

__ Vamos.

Nirella tomó su mano y ambos caminaron hasta llegar a la pista de baile, los músicos ya estaban listos y la suave música inundó el salón, ambos niños hicieron una reverencia y comenzaron a bailar. Nirella estába un poco nerviosa y se miraba los pies en todo momento para no pisarlo, Jonas le dijo.

__ No tienes por qué estár nerviosa, todo saldrá bien, solo relájate y disfruta de nuestro baile.

Nirella levantó su rostro, encontrando su mirada con la de Jonas, sus hermosos ojos verdes se veían amables y cálidos, ella sonrió y dejó de preocuparse de cometer un error, simplemente bailó dejándose llevar por la música.

Cuando la música se detuvo, una oleada de aplausos se escuchó, todos alababan a la joven pareja y decían los hermosos que se veían.

Todas los jóvenes solteros invitaban a las señoritas solteras a bailar, las pista de baile se lleno rápidamente, la siguiente canción comenzó sonar. Jonas y Nirella continuaron bailando durante un rato más. Mientras ellos  bailaban Kailed le dijo a Robert.

__ Nuestros hijos parecen llevarse muy bien, ¿No crees?

__ No te ofendas pero es más que tu hijo se la pasa persiguiendo a mi hija.

__ No hay manera que me ofenda, se que lo que dices es verdad, y si te soy sincero eso me hace feliz, Jonas siempre parecía distante y no se interesaba en nadie, eso siempre me preocupo, pero ver que en verdad se esmera por hacer feliz a tu hija me deja más tranquilo al saber que hice una buena elección, esperó que sean muy felices y tengan una larga vida juntos.

Robert tomó un sorbo de la copa de vino que tenía en la mano y dijo.

__ Ojalá que así sea, y no compartan nuestra suerte, que perdimos a quien amábamos muy pronto.

__ Aún extrañas a tu esposa.

__ Cada día.

__ Yo también extraño a Sofi, por eso no  pienso volver a casarme, ya que si lo hago siento como si la estuviese traicionando, pero quizá para ti lo mejor sea que te cases, tienes tres hijas que necesitan de una madre.

__ Con tres mujeres en mi casa tengo más que suficiente, Nirella, Greta y Fiona son mi única prioridad, tengo poco tiempo para estár con ellas, no quiero tener que compartirlo con otra mujer, además, ¿en verdad   crees que alguien se querrá casar conmigo, un hombre viudo con tres hijas?

__ Eres un hombre atractivo, seguro que si sonrieras un poco más, las chicas harían cola para casarse contigo.

Robert se terminó su copa de un solo tragó y dijo.

__Eso es imposible.

Robert se alejó del rey, se sintió sofocado en aquel salón y salió al balcón a tomar aire. Habían pasado  casi tres años desde la muerte de Gissel, su esposa, el haberla recordado había abierto heridas que el creía haber cerrado, él nunca había sido un hombre muy sociable por esa razón cuando sus padres habían decidido un matrimonio concertado a él le precio bien, cuando coció a Gissel, una muejer hermosa y alegre que no combinaba para nada con él había pensado en romper su compromiso, pero ella se había robado su corazón y  se habían terminado casando.

Durante sus años de matrimonio ambos fueron felices y habían tenido tres hijas, pero el destino había sido cruel y la muerte se la había llevado, Robert miró hacía el cielo y dijo en apenas un murmullo.

__ Te extraño mi amada Gissel.

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