Vergüenza

–Eres muy hermosa–masculló él alemán en español, lo cual me dejó sorprendida, entonces sabe hablar español. En su rostro había una sonrisa satisfactoria, mientras que con su gran cuerpo se acercaba más y más a mí, retrocedí echando la vista hacia atrás, en esta habitación no hay por donde escapar, estoy acorralada como gallina de patio.

Su cuerpo me generó escalofríos ya que podía ver cómo se le salía un pequeño bulto de su abdomen, es una bola de grasa.

Corrió hacia mí con rapidez e intenté correr pero él me tomó por el brazo con su ancha mano. Para ser gordo es veloz.

–No corras, cariño– expuso mientras me miraba con hambre, era más bien una hambre por devorar cada parte de mi cuerpo.

–¿Qué te pasa?– gruñó al mismo tiempo que  enrosque mi mano y la lleve hasta su mejilla, y con un fuerte golpe hago vibrar su rostro.

–Ven aquí–me toma por ambas de mis muñecas y las dobla hacia abajo dejándome inmóvil–No seas tan grosera con tu futuro marido–¡Qué!. Esto no es verdad, él me llevó hasta la pared y me empujó hacia esta, ¿Que quiere? plasmó su boca en mi cuello, dejando besos bruscos en este, trate de zafarme pero no pude ya que el tipo era muy gordo y pesado. Ante mi flaquito y débil cuerpo.

–¡Que me dejes te he dicho!– Farfulle y lleve mi boca hasta su brazo dándole un fuerte mordisco. El tipo estaba muy alterado, su rostro transmitía mucha impaciencia y lo peor del caso es que había dejado mi cuello ardiendo debido a los chupetes que me dió.

Me soltó por un instante pero nuevamente me agarró y esta vez no fue por las muñecas sino más bien por la cintura, su ojo estaba rojo, claro le había dado tremenda trompada y aún así el tipo siguió abusando de mi.

–Calma, cálmate mi fiera–susurra– solo te haré una oferta–soltó una carcajada y añade–una oferta difícil de rechazar –termina–su aliento apestaba a licor, estaba completamente ebrio lo podía ver en su rostro, ya que sus párpados estaban caídos.

–¿De qué hablas? ¿Estás loco?–¿No será que…Yusuf me vendió a este tipo?.  Mis ojos se nublaron y estaba a punto de llorar, jamás imaginé que él me fuera hacer algo como esto, juro que estaba fuera de mis pensamientos. ¡Es un bastardo!.

–Reyna mía, la cosa será sencilla–Desliza su mano por mi pierna provocando que mi piel se erize –Si te vienes conmigo te daré todo lo que me pidas, ya sean viajes, joyas, autos e incluso cirugías.

–¡No necesito nada! ¡A si que suélteme!–Me sentía afligida.

–Te voy a mostrar–él tipo me soltó y llevó su mano izquierda hasta su bolsillo delantero para así poder sacar su cartera. Abrí mis ojos esperando que era lo que me iba a mostrar. saco una especie de tarjeta de color negro y me la enseño–¿Ves esto?–asenti–Todo el dinero que está en esta tarjeta puede ser tuyo.

–No quiero dinero–Respondí disgustada.

Él hizo un chasquido en sus labios, y suspiró con gran decepción.

–Si aceptas venir conmigo te haré la mujer más feliz del mundo–¿Cómo que sí aceptó?, No sé supone que me han vendido, ¿o no?

–¿Dónde está Yusuf?–preguntó histérica.

–No lo sé, él se fue con una de las chicas–pone los ojos en blanco–él no te dará lo que yo si te puedo darte–Entonces, Yusuf no me ha vendido, sentí un alivio en mi interior, pensé que él me había dejado ir a los brazos de otro hombre, lo digo por la supuesta "obsesión" que tiene conmigo.

Este hombre es de esos "amigos" que le roban o seducen por debajo a las esposas de sus "amigos".

–Señor no voy a aceptar esa propuesta o como lo llame, así que déjeme en paz–Lo que me deja anonadada es la forma en cómo maneja el español, no sé porque engaño a Yusuf mientras camuflaba su idioma.

–Te dejaré mi tarjeta, por si cambias de opinión, enserio eres una mujer altamente atractiva–Y vamos otra vez con lo mismo.

Antes de que llevará su mano otra vez a su cartera para buscar su contacto, lo detuve. Él me miró con una sonrisa, claro pensó que aceptaría su asquerosa propuesta. Pero no…

–Si no ordena a sus hombres que abran la puerta, juro que le diré a Yusuf sobre su propuesta–el alemán pegó un tremendo trago de saliva y de inmediato guardó su cartera. Y de la nada empezó a reír sin control.

–Solo era una broma–¿broma? Me crees estúpida, pensé.

–Haga lo que le pido–le ordenó con voz fría, para que abra la maldita puerta, su rostro estaba paliducho al parecer le teme a Yusuf.

Me imagino a cuántas mujeres ajenas les ha propuesto la misma historia barata.

–Está bien–respondió. Sacó su móvil y envió un tipo de mensaje–Listo ya las puertas están abiertas –me avisa.

Retrocedí mis pasos sin quitar mis ojos de este depredador, cada vez que veía sus manos me acordaba de como tocaba mis piernas.

Necesito salir de aquí, y en cuanto vea a Yusuf se lo diré, no sin antes darle una buena bofetada.

Baje mi vestido ya que estaba un poco elevado, y tomé una bocanada de aire, gire mi cuerpo de manera rápida y corrí hacia la puerta, gire la manija y de un empujón la abrí.

De inmediato mis tímpanos se agrandaron tras escuchar los golpes de la música, miré hacia todos lados y no ví a ninguno de los escoltas de Yusuf.

Las chicas bailando en el tubo hacían que los hombres gritaran de emoción, creo que está será mi oportunidad de escapar, en el fondo estaba completamente segura de que hoy por fin tocaría las puerta de mi hogar.

Mientras caminaba con seguridad tratando de llegar a la puerta que respaldan el club, me tope con varios tipos que bebían y cantaban con melancolía. Creo que eso fue lo que hizo entorpecer mis pasos.

Por fin pude salir de ese rollo de alcohólicos.

Ya falta poco para abrir la puerta, mi estómago chillo de emoción tenía la dicha en mi rostro.

Justo antes de tomar la manija uno de los escoltas que no eran de Yusuf me detuvo colocándose en la mitad de la puerta. No sé de dónde salió este sujeto.

–¿Qué se le ofrece?–Me preguntó, en ese momento no sabía qué responder, pero de repente se me ocurrió la gran idea de decir.

–Deje estacionado mi auto fuera–Miento, El hombre sonrió y luego habló por sus audífonos el cual colgaba en su chaqueta–Señor Yusuf, su esposa está tratando de escapar–mi corazón palpo del susto, entonces ellos también obedecen las órdenes del bastardo ese.

Estoy atrapada, gire mi cuerpo y corrí hacia las mesas donde habían decenas de botellas de vidrio vacías, tomé una y la avente al piso, está se partió dejando ver las puntas filosas de la partidura.

La gente empezó a gritar y todos me miraban como bicho raro.

Uno de los escoltas se encaminó hacia mí para tratar de quitarme el objeto, pero yo lo que hice fue gritar y poner el pedazo de botella en mi cuello.

El escolta de inmediato detuvo sus pasos quedando en shock.

–¡Si no me dejan salir, me mataré!–podía sentir el filo de aquella botella en mi garganta, en realidad no quería morir, pero de ser así no me importa.

–Señora cálmese, no haga una locura–Dijo el escolta llevando sus manos a su cabeza. Estaba preocupado, era como si yo fuera una Joya muy valiosa para ellos.

Las personas hicieron un círculo en el cual yo quede en medio. Escuchaba a muchas personas exclamar.

«No lo hagas» «Baja esa botella, ¿Estás loca»

Quería salir corriendo y esconderme en un lugar en el cual ni el aire me encontrara.

Él escolta avanzó dos pasos más y de inmediato hundí más la botella hacia mi cuello.

–¡Te dije que si te acercas juro por dios que me mató!–lo amenacé, y camine para poder salir–¡Quítense de mi caminó!–me referí a las personas que estorbaban–¡Son una partida de chismosos!–Rugi frenéticamente.

No sé cómo pasó pero alguien me tomó por la espalda e hizo que arrojará la botella al piso.

Me quedé helada luego de olfatear ese perfume, ese perfume el cual conocía perfectamente es el…es Yusuf.

–No hagas tanto pleito mi vida–musitó cerca de mi oído. Sus largas manos amarraron las mías dejando inmóvil,  Mi cabeza estaba en su torso y su respiración aceleró mi corazón. ¡Tengo miedo!

–Por Favor no me hagas daño–le suplico.

–Tranquila no te haré nada–Deja un beso húmedo en mi cuello, no sé pero ese beso me dió un toque de confianza. El miedo que tenía hace un momento desapareció.

Me hizo girar quedando justo enfrente de él, encontrándome con sus ojos verdes, su mirada es fría y refleja un aurora calamitosa

–Ven vamos a casa–estrecha su mano, las personas que estaban a nuestro alrededor estaban derretidos ante tanta ternura, negué meneando la cabeza, y como lo dije antes, en cuanto lo viera le iba a dar una bofetada y así fue, hice volar mi mano y la dejé caer en su mejilla, el impacto fue en seco y el sonido de esta fue música para mis oídos, la impotencia que tenía hace poco la descargue en él, de su parte no se espero mi ataque, pero como nada está escrito que se atenga.

–Esto es por ser poco hombre –farfulle. Y él me miró extrañado. él tenía mucha vergüenza ya que la gente le gritaba «Buuu»

–Ven acá–me jalo con ansias hacia su torso–¿Que mierda haces?–Dijo con los dientes apretados.

–Dejame ir, Yusuf– Insistí por mi liberación. Él me ignoró y terminó por Jalarme otra vez  hasta la puerta del club, mis pies dolían, estaba a poco de caerme ya que mis tacones no me ayudaron mucho.

Subimos al auto y lo primero que me preguntó fue.

–¿Qué te hizo reaccionar de esa manera?–comenta sin mirarme a los ojos.

–Mira…hombre cínico, porque eso es lo que eres, eres un estúpido–Me interrumpe.

–¿Dime qué te pasó?–Repitió pero esta vez elevando su voz.

–¿Aún no lo sabes?–cuestionó dándole un fuerte golpe al vidrio–Ese que dice ser tu “amigo”–Detuve mis palabras para tomar aire, recordar lo que pasó con ese gordo me da coraje.

–¿De qué diablos hablas?–me miró frenéticamente.

–Si, ese tal alemán–Lleve mis manos a mis piernas y las tocó con asco–Manoseo mis piernas–Término, de inmediato una lágrima escapó de mi mejilla. Yusuf estaba en las nubes luego de escuchar lo que le dije, sus ojos estaban bien abiertos y su boca estaba completamente abierta. Más bien su rostro denotaba asombro.

–¿Te tocó?–masculla, asentí secando la lágrima que había caído en mi pecho–Ese hijo de puta–Llevó sus manos a su cabello y jalo de este fuertemente, mientras que con su boca exhalaba aire como un toro.

Sacó su teléfono e hizo una corta llamada.

–Martin, ven de inmediato al estacionamiento–colgó su teléfono, y me miró enojado, parecía poseído por Satanás–No te preocupes no volverá a tocarte–Bramo. ¿Qué? ¿qué trato de decir? Con eso.

–No me importa lo que hagas o no con ese estúpido, lo único que quiero es que me dejes en libre–Elevo su mano y le dió un golpe al timón.

–¡Dime qué más te hizo ese bastardo!–pensé que lo había superado, pero no…ahora es cuando. Y lo peor fue que ignoró lo que acababa de decir.

–¿En Serio?–él asiento, esperando mi respuesta–Tan bien beso mi cuello–¡Mierda! Está fue la gota que rebozo la copa, Tras escuchar lo que dije, Yusuf mordió su labio inferior con enojo y dió un grito que hizo estremecer todo mi cuerpo.

–Ahora sí…ahora sí me las vas a pagar Armin.

No me gusta verlo así de enojado, enserio no me gusta, su rostro está demacrado era como si cada palabra dicha por mi, fuera una aguja que pinchaba su piel.

Veo cómo lleva su puño a su boca y le da un mordisco, esto es malo, se que él es una mala persona pero en el fondo, creo que me está empezando a gustar, siento que su dolor es mi dolor.

Y me duele mucho verlo de esta manera.

–Tranquilizate Yusuf–él me lanzó una mirada afligida y llevó su mano a mi mejilla.

–Perdoname cariño, no debí traerte a este lugar.

Su corazón estaba latiendo más de lo normal, ya que su chaqueta se elevaba sin control.

Me dió una ligera sonrisa y yo también sonreí, ¿Que acabo de hacer? Sonríe inconscientemente, ¿dios es enserio?

Su mano bajó hasta la mía, y la hizo un vínculo–Emily, mi reina, te protegeré por siempre–mi corazón empezó a estallar…sus dulces palabras hicieron que mi estómago sintiera cosquillas.

No puedo creer que Yusuf me este empezando a gustar de esta manera.

No sé puede ignorar lo que el corazón siente…es difícil aceptarlo pero… Ya lo hecho está hecho.

Se inclinó hacia mí, mis ojos se clavaron en sus labios, esos labios tan sexis que cada vez que veía ponía mi piel de gallina, estamos a pocos centímetros de un beso.

Respiré profundo, cerré mis ojos, y él rió de manera burlona, él sabía que estaba nerviosa, y eso le dió la ventaja para acercarse hasta mis labios y dejar un beso en estos, sus labios son tan suaves, y creer que un narco tuviera unos labios tan deliciosos.

Sentí como si mi mente hubiera viajado a otras dimensiones, en cuestiones de segundos me imagine casandome con Yusuf y hasta incluso teniendo un hermoso bebé, quizás era porque jamás había probado los labios de un hombre, más bien soy una ilusa, quizá para él un beso no signifique nada, pero para mí, es muy importante, ya que era el primero. su aliento emane un fuerte olor a licor y cigarrillo, y eso hizo que el beso se intensificará, siempre me ha dado asco los hombres malolientes y apestosos a licor, pero con él…con él es diferente, este olor me fascina, además me hace sentir excitada.

Mi clítoris arde de placer, sus manos viajan por mis grandes senos, y su respiración está muy acelerada, lleve mis manos hasta su cuello y me aferre para que me devorará con esos labios que provocan niveles de placer en mi.

Nuestro beso se detuvo luego de escuchar la fastidiosa voz de Martin a través del vidrio.

–¡Hermano!– Chillo. de inmediato quité mis manos las cuales rodeaban el cuello de Yusuf y despegué mis labios de los suyos, noté su sonrisa triunfadora y eso me hizo sentir estúpida.

–Dame un momento, mi amorcito–Me pide.

Salió del auto al mismo tiempo que acomodaba su corbata. La cual estaba hecha un desmadre mientras nos besábamos.

Aún no creo lo del beso. Tampoco hace falta pellizcarme para ver si es real, eso está demás.

Desde aquí no puedo escuchar la conversación, solo veo las mímicas de lo que hablan, quiero escuchar algo.

Lo que sí veo es que Yusuf está frustrado y de muy mal humor mientras que Martin trata de explicarle algo.

Traté de bajar los vidrios para escuchar pero Yusuf me lanzó una mirada de desaprobación, ¡Mierda! Parece haberse dado cuenta.

Ellos hablaron más o menos un minuto y luego Yusuf entró al auto de golpe.

–¿Cariño, porque no me dijiste que te peleaste con Heidi?–Me mira y se echa a reír. Me impresiona la manera tan rápida de como Yusuf cambia de humor, si no estoy mal, esto se conoce como bipolaridad.

–¿Entonces se llama Heidi, la muy zorra?–Murmure. él asiente meneando la cabeza.

–Eres igual que una tigresa ¿Lo sabías?–Rió otra vez, cuando estaba fuera del auto hablando con su hermano estaba muy furioso, me imagino que estarían hablando de otro tema. Porque ahora se le ve feliz.

–Mira ella me busco, y que agradezca que llegó tu hermano o de no…la historia hubiera sido otra–Me guiño un ojo.

–Ya, ya…no es para tanto, solo ignorala–enciende el auto.

De camino a la mansión, él no dijo ni una sola palabra, al igual que yo, pero en el fondo recordaba el caluroso beso, mientras que él se le veía, lo más relajado.

Llegamos a la mansión y Sara nos esperaba con un inmenso buffet.

Estaba hambrienta por lo tanto me senté en el comedor y empecé a comer, tenía tanta pero tanta hambre que no me di cuenta de cómo me miraba Yusuf, no sé cuál fue su reacción pero siento que estaba muy feliz ya que estaba comiendo.

–¿Estaba rica?–Me pregunta al mismo tiempo que pincha un pedazo de pollo.

Yusuf aún no había acabado de cenar mientras que yo ya había terminado por completo mi plato.

–Si, estaba muy deliciosa–afirmó–¿Puedo ir al baño?–cuestiono, tengo ganas de hacer chichi.

Él asiente y eso me da permiso para levantarme del comedor, caminé hasta el baño y en la entrada estaba Sara, su rostro estaba muy afligido y su boca estaba empuñada como piedra, ¿Que le pasa? De inmediato sus lágrimas empiezan a caer.

–¿Se siente bien?–le pregunto, y tocó su hombro ella negó y con desesperación exclamó.

–Señora, haga caer en cuenta al señor que tengo que ir al sepelio de mi hermana–solloza–le pedí permiso pero me dijo que no.

¡No puede ser! ¿Enserio no la dejará?.

–Está bien, yo le haré saber–le di mi voto de confianza y ella sonrió, a pesar de que me cae mal, está mujer, quiero ayudarla con respecto a la muerte de su hermana.

Le pedí permiso y entré al baño, hice mis necesidades y salí pero ella ya no estaba, era como si estuviera esperando a que yo fuera al baño.

Regresé al comedor y estaba Yusuf sentado mientras tecleaba su teléfono, quien al verme lo guardó.

–Regresaste cariño–asenti, era obvio que había vuelto, idiota. Iba a sentarme pero él me detuvo–Ven acá mi amor, necesito mostrarte algo–puse mis ojos en blanco y me acerque a él, mientras lo hacía me miraba con lujuria.

–¿Qué pasa?–pregunté. Sacó su cuerpo sentado sobre la silla del comedor y abrió más sus piernas y le dió una palmada indicando dónde debía sentarme, negué rápidamente y él volvió a palmear su muslo.

–Ven aquí, bebé–cuestiona. Sus ojos recorren todo mi cuerpo–Ven cariño, te enseñaré algo–di cinco pasos más quedando justo enfrente de él, elevó su mano y tomó la mía, luego me hizo sentar encima de sus muslos.

Me sentía tan extraña sentada en sus piernas, ¡Oh dios!, Rodeo mi cintura con sus brazos y colocó su cabeza en mi pecho.

–Sabes Emily, jamás pensé tenerte así de cerca, en estos momentos me siento el hombre más feliz del mundo–Dejo un beso en mis senos, su beso es tierno y eso hace que mi piel tambalee de los nervios.

–¿Por qué secuestrarme?– suspiro encima de mi pecho y dejo otro beso pero este más intenso que el anterior.

–Porque me sentía un cero a la izquierda, y sabía que jamás te ibas a fijar en mí.

–¿Enserio?–Dije asombrada. A decir verdad el es un hombre hermoso y creanme que cualquier mujer se derretiría por el, es que mira esos hermoso brazos, y esa sonrisa angelical, y por si fuera poco sus piernas son tan musculosas y suaves a su vez, creo que el me hubiera robado el corazón sin necesidad de secuestrarme.

–Si, enserio. Era necesario raptarte.

–Bueno, igual sigues siendo un narco–Dije sarcástica.

–Si así es–acepta–soy el narco que robará tu corazón–me abraza más fuerte, tanto así que puedo sentir su miembro viril. ¡Oh! está sensación, de momento a mi mente llegaron aquellas imágenes perturbadoras de la noche en que el me hizo suya.

–Yusuf, suéltame ¿Si?–le pido. Él negó y me abrazó con mas fuerza y empezó a dejar besos húmedos en mis brazos haciendo un camino hasta llegar a mi cuello, ¡Ah! Solté un gemido, y él soltó una risita malvada, se que disfruta cuando yo hago algún gesto, es un maniático.

–Sé que te gusta–musita con voz ronca.

–Por Favor no otra vez–no se porque pero me está gustando su tacto, por fuera decía que no, pero en el fondo quería sentí algo más…algo más que un beso.

Pero luego caí en cuenta y supe que lo que estaba haciendo no estaba bien por lo tanto.

–Yusuf, por favor me asfixias–Soltó su agarre y opinó ante mi comentario.

–Tu eres mi mujer, ya debes de ir entendiendo eso–me regaña haciendo una mueca.

Sus manos tocan mis piernas con delicadeza, siento pequeños corrientazos dentro de mi cuerpo, y mi corazón en estos momentos está latiendo a ciento veinte latidos por minutos, definitivamente me va a dar un infarto.

–Puedo escuchar como late tu pequeño corazón, ¿no me digas que…estás nerviosa?–me dice, y eso me hace tragar grueso–Se que te estoy empezando a gustar–reitera.

–No, no me gustas y jamás me enamoraré de un monstruo como tú–empuje su rostro con ambas de mis manos y luego me levanté de su regazo lo más rápido posible.

Corrí hacia la habitación sin mirar atrás, mi corazón estaba tambaleando como loco, tenía tanta tensión que olvidé el mensaje de la señora Sara. Es que con este monstruo no se puede llegar a ningún acuerdo. Es un morboso.

Cerré la puerta de golpe y me tumbé a la cama boca arriba.

Mi respiración estaba entrecortada aún podía sentir el tacto de Yusuf en mi cuerpo, sus suaves manos aún podían penetrar mis poros.

Esto es malo. Creo que estoy haciendo muchas fantasías con este demonio y temo enamorarme de él.

Tome la almohada y la acomode bajo mi cabeza, cerré mis ojos para despejar mi mente y tratar de olvidar lo que había pasado con él.

A los minutos empecé a sentir mucho sueño tanto que fue inevitable controlar,  por ende me quedé sumamente dormida.

…………….

Me levanté de golpe con el corazón en la boca, estaba soñando que me ahogaba…

Ya es de día, escucho los pájaros cantar y el sol hace lo propio: brillar con un amarillo hermoso.

Miré a mi alrededor y él monstruo no estaba, me revisó y aún tenía mi vestido, eso indicaba que todo estaba bien.

Me tumbé a la cama nuevamente y escuché la puerta abrirse. La voz de Yusuf hizo que mi piel se pusiera como gallina.

–Mi amor, Tengo que salir a resolver unos negocios–Me avisa. sus pasos son firmes. y siento cómo se van acercando a mi–¿Como amanece lo más bello?–Sonríe dejando ver su blanca dentadura, mis ojos se agrandaron tras ver su torso el cual estaba completamente descubierto, ¡Wao! Tiene unos pectorales muy bien entrenados, y en su hombro tiene una serpiente enroscada que llega hasta su brazo izquierdo, también tiene otro tatuaje en su cuello, este tiene una lechuza. Sus tatuajes lo hacen ver cómo un hombre peligroso–¿Te gustan?–preguntó refiriéndose a sus tatuajes. Y empezó a mover sus pectorales de arriba hacia abajo. ¿Cómo lo hace?.

Se sentó en una esquina de la cama y suspiró mirando para el techo.

Su mirada estaba perdida, pensé que venía a molestarme pero no…emana un aura triste, su cabello aún está húmedo ya que gotas caían en sus hombros y recorrían por sus brazos.

Me senté en la cama y apoyé las palmas de mis manos encima de la cama. Mis codos me dolían mucho, quizá sea porque en estos días me he esforzado bastante. Mientras trataba de escapar.

Yusuf se levantó de la cama y se dirigió hacia el closet, exhibiendo su gran espalda, es ancha y también tiene otro tatuaje, este me llamó mucho la atención ya que era de San Miguel arcángel.

Abrió el closet y empezó a buscar algo, no sé qué es exactamente, luego comprendo que era ropa para ponerse ya que sacó una franela negra y la colgó en su hombro. En sus piernas llevaba una sudadera negra y en sus pies unos tenis blancos, está vestido deportivo. Y se le ve fabuloso, parece un entrenador personal. pensé. Mientras miraba como colocaba su franela.

Se dirigió a otro closet que estaba encima del nochero, lo abrió y escogió un perfume, en ese closet hay decenas de perfumes todos de distintas marcas, y muy pero muy costosas…tomó una de color azul y la roceo encima de su cuerpo y luego en su cuello.

El olor no dudo en navegar por mi olfato, ese aroma es potente y huele delicioso.

Cerró el pequeño closet y se giró sobre sus talones para después salir de la habitación, sin mirarme siquiera. Lo más extraño fue que no me dirigió más la palabra era como si se hubiera desconectado del mundo y no importarle si había alguien a su alrededor, a veces Yusuf tiene unas conductas que me hace pensar que él tiene algún problema psicológico y que debe ser tratado a tiempo…

Yusuf.

Bajó las escaleras con rapidez hasta llegar al último escalón, me dirijo a la cocina en busca de Sara, y la encuentro llorando, ella se percata de mi presencia y gira su cuerpo para verme.

–Buenos días señor, ¿Cómo está?–limpia sus lágrimas rápidamente.

–Muy bien–asiento. Llevó mi mano hacia el bolsillo de mi sudadera, y tomó la cartera, para así  sacar una pequeña cantidad de billetes de cincuenta. Y se los colocó sobre el mesón de la cocina–No hace falta que te diga para que es ¿Verdad?–Cuestionó, ella sonríe de felicidad y niega.

–Muchas gracias mi señor.

Anoche escuché como le exclamaba a Emily para que yo la dejará ir al sepelio de su hermana, aunque Emily no me hizo llegar el mensaje.

Deje a Sara con una dulce sonrisa en sus labios y me dirigí hacia las afueras de la mansión, ví a mis hombres los cuales estaban esperando por mi, con tan respeto y lealtad.

–Lopez y García, ustedes se quedarán cuidando la mansión–ellos afirman al mismo tiempo–No quiero que pierdan de vista a mi esposa–me acercó hasta ellos y les meto presión–Si mi esposa se llega a escapar juro por los restos de mi padre que voy a perforar sus cabezas a punta de bala.

–No se preocupe señor–Dijo López mientras que García asentía con firmeza.

Deje todo en sus manos para dirigirme 

hasta el auto y subir, en cuanto lo hice llame a Martin.

–Hola carnal–responde.

–Martin,... ¿Ya está todo listo?–pregunté con cautela, al mismo tiempo que enroscaba mis puños.

–Si hermano, ya está todo listo, ¿Dónde estás?.

–Estoy en la mansión.

–Perfecto, ya encontré en dónde está hospedado Armin–avisa riendo a través de la llamada.

–Muy bien, enviame la dirección para llegar.

De inmediato llegó la tan hanhelada dirección y una sonrisa se dibujo en mi rostro, no veo la hora de romperle los hueso al estúpido de Armin, nadie…pero nadie…toca a mi mujer.

Media Hora después...

Llegué a la dirección y veo a Martin sentado en un banco esperando. Estacione mi auto, en una esquina de la calle "los londres" y baje, coloque en mi boca una pequeña mascarilla negra que cubría mi boca y naríz, mis hombres se adelantaron pero yo les detuve.

Siempre salgo en compañía de mis escoltas, la última vez que salí solo, terminé con una bala en mi pierna, desde ese día jamás he salido solo.

–Jefe, Espere. Déjenos Revisar la zona–dice uno de mis escoltas sacando su arma.

–No, quédense aquí, enfrente está mi Hermano–señale con el dedo en dirección a Martin.

–Como usted diga patrón. y en caso de que nos caiga la policía.

– Pues, sencillo Solo muestren sus placas de Soldados y listo, Dicen Que trabajan para el Gobierno–Mis escoltas pertenecían al gobierno por ende aún conservan sus placas, y creo que eso sería una buena respuesta en caso de que llegue la policía a joder–estreche mi mano y él me entrego el arma. La guarde debajo de mi franela y me dirijo hacia mi hermano.

Él me hace una seña hacia arriba con su dedo, desde donde está, Miro a su seña y veo a el hijo de puta De Armin Fumando en el balcón de su apartamento.

–Maldito, bastardo –Susurre.

–Hermano ya todo está en orden–Me muestra las llaves de lo que podría ser una habitación–vamos entramos–Me avisa. Caminamos hacia la entrada del mismo hotel en dónde está hospedado Armin, nuestros pasos iban seguros hasta que un Vigilante que estaba en la entrada del hotel nos interrumpe.

–Señor, ¿Es usted un huésped o un visitante?–Se refiere a mi hermano y luego nos mira a los ojos con inseguridad.

Miré a Martin y él estaba sonriendo como si nada hubiera pasado, sentía envidia de ver cómo manejaba estos casos con tanta frescura.

–Si señor, yo soy huésped–Le enseña sus llaves al vigilante, el cual sonrió con gratificación.

–Bienvenidos–abrió las puertas de par en par y entramos, tenía tanto miedo de que fuera a requisar o algo por el estilo. Creo que mi arma se notaba a leguas bajo mi franela.

Entramos al hotel y tomamos el ascensor.

Mientras íbamos Martin no dejaba de tararear una melodía pegajosa. Que más o menos decía, Tara…ta...Tara..tan tan.

–¿En qué habitación está ese bastardo?–pregunté con los dientes apretados y mi corazón empezó a bombear con furia.

–Está en la docientos cinco–Estaba nervioso y no por que iba a matar a Armin, ya que no era la primera vez que asesinaba a alguien sino más bien, por la irá de imaginar en cómo él tocaba a mí dulce Emily.

¿Cómo se atrevió a traicionar mi confianza…¿Cómo?

Llegamos a la habitación, tocamos varias veces, pero él no respondía, dentro de su habitación se podía escuchar el zumbido de una música rapera en español. ¿Qué carajos? Él no habla español…pensé.

Mi hermano tocó con más fuerza, hasta que por fin  Armin abrió, llevaba puesto un boxer y estaba descamisado.

–Hallo Freund, mach weiter–( Hola, Amigo Adelante)–Sonríe mientras lleva a su boca un trago.

Entré a la habitación junto con mi hermano y cerramos la puerta detrás de nosotros.

Él nos indica que tomemos asiento, y nos sentamos, la habitación estaba hecha una mierda, ropa por doquier, olor a marihuana, comida en el piso, etc.

Armin nos dio la espalda y tomó dos copas para brindarnos algún tipo de champagne, rodé mis ojos hacia Martin quien me hacía seña de que si estaba listo.

Asentí, y llevé mis manos hacia mi arma, en esa posición puedo disparar e impactar su cabeza,  pero…no quiero, primero quiero torturarlo y preguntarle ¿el porque tocó a Emily? Y ¿por qué me traicionó? se suponía que éramos amigos. Le conozco desde hace diez años y jamás tuve algún problema con él. Y eso es lo que más duele, no quiero perdonarlo, porque quien traiciona mi confianza, las paga con la vida y el muy bien lo sabe, él sabe que esa es la regla dentro de la mafia.

Se dirige hacia nosotros con ambas bebidas en sus manos y nos las da, la recibí y la dejé en la mesita que está en medio de nosotros.

Luego se tumba al sofá y toma de su mesa un pitillo y una bolsita de heroína, la suministra de un sorbo por su nariz, y traga grueso, su rostro es totalmente distraído y su boca se abre como la de una ballena, en estos momentos está asimilando el efecto de la heroína, su mente está viajando por varias estancias… sus ojos se ponen blancos y de inmediato su respiración se entrecorta.

–¿Que esperas?–Musito Martin con voz apresurada.

–Espera que pase el efecto de la heroína, si lo hago ahora no sentirá el dolor en cuanto lo torture y créeme no sabes lo divertido que es escuchar que tus víctimas exclamen por sus vidas.

–A la verga, wey–Dijo Martin con un tono aburrido, mi hermano es de esos sicarios que van y matan de manera rápida o más conocidos como fleteros, yo no, me gusta más bien jugar con mis víctimas, ya sea cortando cada extremidad de su cuerpo, o bien sea quemando sus caras con ácido me encanta ver cómo está se derrite...

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