Capítulo 5

Se lo tomo con paciencia, mientras se afeitaba se miro al espejo, había crecido aunque se veía igual que hacia tres años. Lleno de tatuajes y cicatrices, pero sus cicatrices más grandes estaban en su interior. Camino a su habitación y su cara cambio, que había pasado allí.

—Que mierda…— Susurro al ver que su cuarto estaba decorado de fotos con escritos. Observo la primera mientras buscaba su sudadera negra de NIKE. “Tercer mes: Jason me han dicho que estoy embarazada y estoy emocionada y triste a la vez porque me gustaría pasar este momento contigo pero corre riesgo nuestro bebe.” Jason beso la foto y la dejo colgada y cogió la siguiente mientras se ponía el pantalón.

“Quinto mes: Me he saltado el cuarto mes porque no tiene tanta diferencia un mes de otro, nuestro bebe esta creciendo saludablemente, he intentado ir a verte pero nadie quiere que te viste, dicen que es muy peligroso para una embarazada ir a ese sitio.”

—Adriana estúpida… Pensabas que yo te iba a dejar venir a verme si supiera esto antes…— Susurro en voz baja mientras la sonrisa de su rostro no se iba y tomaba la ultima foto mientras terminaba de arreglarse.

“Es niño Jason, tendremos un hermoso niño. Tengo la sensación de que saldrá igual de pasota y mal hablado que tu… Pero no dejaremos que caiga en la misma vida que tu caíste porque estaremos ambos para criarlo.” El negó, ella era una completa tonta, había llenado su habitación de fotos que a el le hacían sentirse mas ansioso por verla.

Cuando estuvo arreglado del todo bajo al salón donde para su sorpresa estaba Eizan hablando con Jeremy.

—¿Que haces aquí suegro?—Pregunto curioso mientras Eizan levantaba su mirada y observaba al chico, lucia bien. Se había arreglado solo para ver a su hija. Cuantas noches había ido Adriana a la habitación de Miranda y Eizan a pedirle que sacara a su novio de la cárcel, miles y el no podía hacerlo. Lo había intentado pero estaba sentenciado ya.

—Es Adriana…—

—¿Que pasa con ella?— Jason miro alarmado al padre de Adriana quien lo miraba nervioso.

—Ella…

—Eizan joder… Que pasa dime o iré a donde sea que ella este…— Susurro Jason mientras se acercaba peligrosamente a Eizan.

—¿Vas a frenar un poco Jason? Acabas de salir de la cárcel y no creo que quieras entrar de nuevo por exceso de velocidad.— Susurro Eizan en el asiento de detrás del mustang de Jason quien quería llegar lo mas rápido posible al hospital.

—Si no corro, no llegare el primero a ver a mi hijo…— Susurro el joven mientras aparcaba en el estacionamiento del hospital de cualquier manera y salia del coche hacia el interior del hospital.

Lo primero que vio Jason fue a Jack que abrió sus brazos para abrazarlo y este lo abrazo sonriendo, Marcus y Athan habían llegado antes que el.

Chasqueo su lengua contra sus dientes.

—¿Donde esta Adriana?— Pregunto el rubio mientras Miranda salia de la sala de paritorio observando al resto.

—Adriana esta dentro, entra y asiste tu al parto de tu hijo…— A Miranda le hacia ilusión ser la primera en ver a su nieto pero el padre había salido de la cárcel y lo primero que había hecho había sido ir a estar con su novia y su hijo.

Jason perdió la valentía cuando vio tanto medico, una enfermera le dio una bata y un gorro para el pelo, se lo puso y cuando entro a la sala observo a una Adriana que respiraba agitada y una mesa con artilugios médicos, el color blanco radiactivo de la sala era demasiado para el joven que pensaba que se quedaría ciego, la mirada de la morena se dirigió a Jason y entonces rompió a llorar, cuantas veces había imaginado llegar a este momento sin el y sentía que no podría sola.

—¿Confías en mi todavía?— Le pregunto el rubio mientras sostenía la mano de la chica que temblaba mientras la matrona le pedía que se relajara y se preparara para empujar.

—¿Como no iba a confiar en el amor de mi vida Jason?— Ella sonrió mientras se centraba en las palabras de la matrona para que el parto fuera exitoso.

—Vamos nena, yo se que tu puedes con esto y con más… Tenia tantas ganas de verte y de besarte.— El chico le hablaba para que no se concentrara en el dolor que causaban las contracciones.

La chica que hacia mucho que no escuchaba la voz de su novio se centro en la voz olvidando los pequeños dolores del parto y un llanto la saco de su concentración.

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