Sueños Húmedos...

La gente pasaba al lado nuestra unos con prisas, otros con sus parejas riéndose y otros con su familia supongo que se pasar un día lindo el sol pegaba demasiado consiguiendo que me haiga puesto ropa más corta, estaba tan distraída mirando el mundo que no me di cuenta de lo que me estaba contando tan animada mi amiga.

-¿Acaso escuchaste algo de lo que te conté? – su voz sería hace que la mire saliendo de mi trance en el que estaba.

-Perdón estaba viendo – decido callarme mientras que señalaba la gente que pasaba.

-¿Qué te pasa? Me preocupas – deja su taza en la mesa.

-Nada solo estaba pensado…

-En el, ¿verdad? – ella se adelanta.

-Dios que vergüenza – tapó mi cara con mis manos.

-¿Qué? – dice mientras ríe.

-Ayer tuve un sueño húmedo con el – renuevo mi pelo incómoda mientras río también.

-Siempre tan caliente pequeña demonio – la doy un toque suave en su hombro riendo las dos.

-Nunca me había pasado una cosa así – retiro un momento la mirada de ella.

-La verdad que te atrae demasiado te gusta los tíos rudos y peligrosos – su comentario me molesta un poco al ver mi cara vuelve a hablar.

-Se que no es verdad todo lo que cuentan pero solo con saber a lo que se dedican – muerdo mi mejilla interna.

-Esta muy bueno nunca e sentido esa atracción tan tentadora – sus ojos se van al cristal que tenemos al lado de nosotras que se veía la calle.

-Hablando del rey de Roma – levanto una ceja me señala con su dedo y en mi boca se forma una O.

-Dios mío – digo al verle bajar de su camioneta con su sombrero de siempre detrás de el le seguía sus hombres.

-¿Necesitas acaso que te traiga una fregona? – me levanto tirando de ella.

-Vamos no me puede ver – asiente.

-Si salimos por la puerta nos va a ver – me paro un momento para pensar.

-Ya lo tengo – digo cuando pasa unos minutos me acercó a una mesa donde hay un chico.

-Hola perdón por molestar, ¿me venderías tu gorra? – el chico pone sus ojos en mi analizándome.

-¿Se puede saber que haces? – susurra mi amiga cerca de mi.

-Shhh dejame – sonrió al chico.

-No se para que la querrás pero toma te la regalo – me tiende su gorra.

-Mucha gracias, adiós – me la pongo rápido y tiro de mi amiga saliendo de el bar.

El sol golpea en nuestros rostros gracias a la gorra no me pega de lleno en los ojos, disimulo lo mejor posible siento su mirada en mi comienzo a caminar bajando un poco la cabeza.

-Nos está mirando…

Nota de la Autora:

Gracias por vuestro apoyo esto son escritos cortos que se me ocurren si queréis una historia más larga pasaros por mi otro libro Secuestro Inesperado nos leeremos pronto actualizó siempre que puedo, podéis encontrarme también en Whattpad buscando mi libros como Secuestro, vuestro apoyo me anima a seguir escribiendo para vosotr@s agradezco el apoyo tan grande en tan poco tiempo que llevó aquí 🧡.

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