CASADA CON EL JEFE DE MI HERMANA.
Spa
Farid
Sabes, cuando alguien pide tu opinión creo que espera que la digas.
Elena
¿Quieres que te diga o seguimos siendo amigos?.
Farid
Solo di que piensas, abriré esto en una semana.
Elena
Pienso que es... Interesante, de verdad, me parece muy original y también un lugar perfecto para hacer fotos.
Farid
Esa es la idea, quiero innovar con esta exactamente, ya tengo 3 vintage, dos aesthetic y una tradicional, quiero que está sea rara.
Elena
Pero en el buen sentido, si, me gusta, aunqueeee...
Se giró y camino un par de pasos hasta las extrañas sillas.
Elena
¿Esto era necesario?
Farid
Absolutamente, tenían que combinar con las paredes, aunque... entiendo el punto.
Elena
Están supercute pero... Las lámparas - Señalo al techo -.
Farid
Si, sí, puede que exageré un poquito.
Elena
Solo un poquito, claro.
Elena
¿Olvidaste el techo?
Farid se sonrojó un poco al recordar la decoración externa.
Farid
Este... ¿Innovación?
Farid
Tener únicamente un día libre es explotación laboral.
Farid
Si lo es cuando esté es tu primer día libre en 6 meses y medio.
Farid
Y solamente porque es feriado obligatorio y no eres esencial.
Elena
Tal vez perooo no me importa, iré al Spa que me recomendaste y no me pienso perder mi cita, nos vemos luego cuatro ojos.
La sensación de recibir ese masaje es como dejar atrás todo peso que su cuerpo aguantaba, Elena se hunde en la camilla mientras las manos expertas disuelven cada nudo de tensión y obviamente ella tenía tensión.
Elena estaba pensando en que tipo de casa comprar con la herencia, quería seguir en el país pero tal vez podría viajar un poco, visitar a su tío Néstor en Inglaterra un tiempo
aún le faltaban tres meses, solo tres cenas más y ya, se sentía agradecida aunque... No podía dejar de pensar en su padre, desde que comenzó lo de las cenas había actuado... ¿Extraño?.
Trato de no pensar en eso, estaba en su único día libre y no lo iba a desperdiciar pensando en tonterías.
Para terminar estaba en el sauna, su cuerpo estaba completamente relajado, ese lugar había valido cada centavo, lo necesitaba.
Aunque era un poco pequeño, estaba muy bien, además tenía la suerte de que esté solamente ella.
Se permitió cerrar sus ojos y relajarse.
Escucho como su suerte terminaba, la puerta abriéndose y pasos.
Pudo escuchar la madera crujir al sentarse la persona, abrió un poco los ojos para verla pero su sorpresa llegó de inmediato
Era.. Su jefe... No el señor Leo... No... ¡El Señor Enzo!
No pudo evitar que sus ojos recorrieran el cuerpo que comenzaba a sudar.
Las gotas cayendo por su abdomen marcado, su vista subió hasta su rostro, estaba con los ojos cerrados, pareciera que ni siquiera noto su presencia.
No podía evitar ver lo guapo que era, aunque rápidamente cerró sus ojos, a ella no le gustaría que un hombre la mirara así, no sería una hipócrita.
Se volvió a relajar, casi olvidando la presencia inesperada.
Por suerte, ya habían terminado sus minutos y el tenía aún unos pocos, se esforzó por apresurarse, al salir había una empleada con un jugo para ella, debía refrescarse antes de ir a su baño.
Se dió una pequeña ducha antes de entrar en la pequeña piscina, al entrar al agua pudo notar pétalos de flores en el agua, ahora era el momento en dónde se preguntaba que había gastado demasiado, debía ser más responsable.
Elena se sobresaltó al escucharlo, se giró un poco para verlo entrar en la piscina, estaba al otro lado y tampoco pareciera que le prestó atención, parece que solo lo dijo por educación, eso hizo relajar a Elena, tal vez solo necesitaba relajarse, solo había visto a ese hombre una vez, seguro ni recordaba su cara.
No debía estar nerviosa, solo era el jefe supremo, semi desnudo, ambos, semidesnudos en una piscina completamente sola, los nervios volvieron con más intensidad que nunca.
Pero su boca era más rápido que su cerebro.
Elena
Buenas tardes, Señor Enzo.
Se maldijo internamente por su estupidez.
Enzo
Discúlpeme completamente, no la he podido reconocer, ¿me permite escuchar su nombre?
Elena
Esto, señor, nunca nos han presentado exactamente - movía su cabeza tratando de no mirarlo- Trabajo en la empresa, soy la asistente del doctor Leo Ramírez, no soy nadie importante.
Enzo
¿Nadie importante? Creo que nunca he conocido a alguien que no lo sea.
Se aproximó más a ella, manteniendo una distancia completamente prudente.
Enzo
No deberías expresarte de esa manera, si eres asistente del doctor Leo, entonces eres muy capaz, ni siquiera yo logré superar sus expectativas.
Elena recordó la historia de su jefe, menciono que el fue asistente del doctor.
Elena
Si, el me mencionó que lo fuiste, aunque no dijo nada más, señor.
Enzo
Ya que no nos presentamos exactamente, Permítame.
Enzo
Soy Enzo di leone, un placer conocerte - Extendió su brazo para estrechar sus manos-
Elena un poco nerviosa imitó al hombre, al tocar su mano pudo sentir que era como dos piezas de un rompecabezas que se alinean al encontrarse, podía sentir el ligero calor que la rodeo, sus manos estaban algo ásperas, pero de ninguna manera fue brusco, al separarse pudo sentir sus dedos rozar ligeramente entre sí… Para ella quedó en el aire una sensación extraña de conexión.
Elena
Soy Elena Fernández, un placer igualmente, señor.
Enzo
Entonces, Señorita Fernández, me permite, si no es un atrevimiento de mi parte, ¿Me permite tutearla? - La mira aún con una ligera sonrisa -
Elena
Señor, bueno - Su cabeza estaba trabajando a mil por hora, sería descortés rechazar su petición, además, no estaban en la oficina así que estaba bien- Si, está bien señor.
En el interior de Elena, las mariposas volaban, ¿Por qué?... Por la hermosa sonrisa que vio al terminar de decir su nombre.
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