El Intocable Y La Inocente
Fuego cruzado
La luna se alzaba sobre la ciudad como un testigo silencioso. En aquella calle desierta, el aire estaba tan cargado de tensión que parecía a punto de estallar
Camila permanecía inmóvil, atrapada entre dos mundos: el de Dante, oscuro y poderoso, y el de Álvaro, un enemigo que parecía disfrutar con su miedo
Alvaro
_con su sonrisa torcida_ Mírate, Dante. El hombre intocable, el mafioso más temido, protegiendo a una chica que apenas conoce. Esto es nuevo
Dante
_avanzó un paso, firme, su sombra proyectándose sobre Camila_
Dante
No vuelvas a decir su nombre
Gabriel, siempre alerta, deslizó disimuladamente una mano hacia su arma. Los hombres de Álvaro, escondidos en la penumbra, se movieron inquietos. La tensión era insoportable
Álvaro levantó las manos en gesto de burla
Alvaro
¿Vas a matarme aquí, en medio de la calle? Vamos, Dante, sabes que no es tu estilo
Dante
_Con voz de acero_ No, Álvaro. No aquí. Pero te prometo que pagarás por cada paso que des en mi territorio
Álvaro soltó una carcajada
Alvaro
Lo que me gusta de ti, Dante, es tu arrogancia. Crees que el mundo gira a tu alrededor. Pero ya verás… pronto descubrirás que hasta los reyes pueden caer
Camila sentía que el suelo se le movía bajo los pies. Apenas comprendía de qué hablaban, pero cada palabra aumentaba su miedo
Camila
_en un murmullo_ Dante… ¿qué está pasando?
Dante giró levemente la cabeza hacia ella, su mirada por un instante se suavizó
Dante
No te preocupes. Mientras yo esté aquí, no te tocará
Álvaro aprovechó ese segundo de distracción, Con un gesto rápido, uno de sus hombres sacó un arma y la apuntó directamente hacia Camila
Todo ocurrió en un segundo. Dante se lanzó hacia Camila, cubriéndola con su cuerpo mientras Gabriel disparaba contra el atacante. El sonido de los disparos retumbó en la calle vacía
Camila gritó y cerró los ojos con fuerza, sintiendo cómo el corazón se le salía del pecho
Cuando abrió los ojos, el hombre que había intentado disparar ya estaba en el suelo. Álvaro, sonrió con crueldad
Alvaro
Así que ella es tu tesoro escondido. Perfecto. Ahora sé cómo destruirte
Dante apretó los puños, con la furia ardiendo en sus ojos
Dante
Si vuelves a acercarte a ella, Álvaro, no habrá lugar en el mundo donde puedas esconderte
Álvaro retrocedió lentamente hacia su auto, todavía con la sonrisa pintada en el rostro
Alvaro
Nos veremos pronto, Dante. La guerra apenas comienza
Con un chasquido de dedos, sus hombres lo siguieron. El motor rugió y el vehículo desapareció en la oscuridad de la noche
El silencio volvió a la calle. Solo quedaba el eco lejano de los disparos. Camila temblaba, aún bajo la chaqueta de Dante
Camila
_con voz quebrada_ ¿Por qué… por qué me miraba así? ¿Qué quiere de mí ese hombre?
Dante
_bajando la voz_ No es a ti a quien quiere. Me quiere a mí. Tú solo… quedaste en medio.
Camila lo miró fijamente, con los ojos húmedos
Camila
Entonces, ¿por qué me protege? Apenas me conoce.
Dante apartó la mirada, como si no quisiera responder.
Dante
Porque me recordaste algo que creí perdido
Gabriel
_interrumpió, impaciente_ Dante, no es seguro quedarse aquí. Tenemos que movernos
Dante asintió y sostuvo el brazo de Camila, guiándola hacia el auto. Ella dudó unos segundos, pero al sentir el contacto firme y cálido de su mano, se dejó llevar
El viaje fue en silencio. Desde la ventana, Camila veía pasar las luces de la ciudad como destellos borrosos. Sentía que todo lo que conocía estaba derrumbándose
Finalmente, llegaron a la suite privada de Dante en el hotel. Gabriel revisó el perímetro antes de dejarlos entrar
Camila
_aún confundida_ Yo… debería volver a casa.
Dante
_negó con la cabeza_ No. Álvaro ya sabe quién eres. Volver a esa casa sería ponerte en peligro
Camila
_abrió los ojos con sorpresa_ ¿Entonces… qué hago?
Dante
_la miró, su voz firme pero más suave que nunca_
Dante
Por ahora, te quedas conmigo
El corazón de Camila dio un salto. Quiso responder, pero las palabras se ahogaron en su garganta
Gabriel los observaba desde un rincón, con el ceño fruncido
Gabriel
Dante, sabes que esto cambia todo. Ella no pertenece a nuestro mundo
Dante lo sabía, pero no dijo nada. Solo miró a Camila, consciente de que la decisión que acababa de tomar pondría sus vidas en peligro
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