El Intocable Y La Inocente
bajo la tormenta
La noche caía sobre Italia. El aire húmedo olía a asfalto mojado y gasolina. Camila salía de la universidad más tarde de lo habitual, cargando sus libros contra el pecho. Valentina había tenido que irse antes, así que caminaba sola hacia la parada del bus.
El barrio estaba oscuro, apenas iluminado por faroles intermitentes. Camila camino con pasos más largos.
A unos metros, tres hombres salieron de un callejón. Uno de ellos, con chaqueta de cuero, la bloqueó en seco
Desconocido 1
_Con voz burlona_ Pero miren lo que tenemos aquí… una princesita solitaria
Camila
_Retrocedió un paso_ P-perdón, solo quiero pasar
Desconocido 2
_Rió con malicia_ ¿Y quién dijo que puedes?
El tercero se acercó demasiado, olía a alcohol
Desconocido 3
Danos el bolso y no pasará nada
El corazón de Camila latía con fuerza. Intentó dar media vuelta, pero uno de ellos le sujetó el brazo con brusquedad
De pronto, un motor rugió en la calle. Un auto negro se detuvo en seco. La puerta se abrió y bajó un hombre alto, de traje oscuro: Dante
Los ojos de Camila se abrieron con sorpresa
Dante
_con voz grave_ Quítenle las manos de encima. Ahora
Los tres desconocidos rieron
Desconocido 1
¿Y tú quién te crees?
Dante avanzó con calma, su mirada helada
Dante
Soy el hombre equivocado al que acaban de provocar
En un segundo, dos de sus guardaespaldas descendieron del auto: Gabriel y otro más. En un movimiento rápido, redujeron a los hombres contra la pared
Camila
_Se quedó paralizada_
Gabriel
_secando sus nudillos tras golpear a uno de ellos_
Gabriel
Listo, Dante. ¿Qué hacemos con la basura?
Dante
_Sin apartar la vista de Camila_
Dante
Que aprendan a no tocar lo que no les pertenece
Los hombres fueron arrastrados hacia la oscuridad por los guardaespaldas. La calle quedó en silencio, excepto por el sonido de la lluvia
Camila
_Aún temblando_ G-gracias… no sé qué hubiera pasado si…
Dante
_acercándose despacio, su voz más suave_
Dante
No deberías andar sola a estas horas
Camila
_bajó la mirada_ No tengo opción… mi casa no está tan cerca y…
Dante
_La interrumpió con una pregunta directa_
Camila
_tragó saliva_ Camila. Camila López
El nombre quedó suspendido en el aire, como si para Dante tuviera un peso especial
Camila lo miró a los ojos, y por primera vez no sintió miedo, sino una extraña calma
Gabriel
_con gesto serio, se acercó al jefe_
Gabriel
Dante, debemos irnos. Tenemos reunión en treinta minutos.
Dante
_No apartó la vista de Camila_ Gabriel, lleva el auto
Gabriel
_Frunció el ceño_ ¿ y usted?
Gabriel
_no discutió. Subió al auto y se alejó con los demás guardaespaldas_
La lluvia caía fuerte. Dante se quitó su chaqueta de traje y la colocó sobre los hombros de Camila
Camila
No hace falta… se va a mojar
Dante
_Sin expresión_ Prefiero mojarme yo a que te enfermes tú
Caminaron unos metros en silencio. Camila sentía su corazón acelerado, incapaz de comprender por qué aquel hombre, que parecía tan peligroso, la hacía sentir protegida
Finalmente, llegaron a una avenida iluminada
De verdad… gracias. No sé por qué me ayudó, pero… lo agradezco
Dante
_Mirándola fijamente_
Dante
Porque algo en ti me recordó lo que aún vale la pena cuidar
Camila no supo qué responder. Antes de que pudiera hablar, un celular sonó
Gabriel
_Al otro lado de la línea_
Gabriel
Dante, Álvaro se está moviendo. Hay problemas en el hotel
Dante
_Apretó la mandíbula_ Voy en camino
Dante
_Colgó y miró a Camila una última ver_
Dante
Cuídate, Camila. Nos volveremos a ver
Subió al auto que había regresado por él y desapareció entre las luces de la ciudad
Camila López se quedó en la acera, con la chaqueta de Dante sobre los hombros, sintiendo que su vida acababa de cambiar para siempre
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