Capítulo 5
La hacienda de las ánimas estaba llena de la mejor sociedad de Cuernavaca y alrededores, María Luisa se había esmerado en la organización de la velada para anunciar el compromiso de su hijo Roberto.
—¿Estás nervioso?—interrumpía Valeria a su hermano.
—Mucho, pero tú aún no estás lista.—
—Me abruma todas las personas que invitaron.—
—Deberías ya estar acostumbrada a las grandes celebraciones que organiza nuestra madre. Algún día también celebraremos tu compromiso.—
—Espero que no, sabes ser mujer es muy difícil, ustedes los hombres tienen más libertad. Pueden elegir con quien casarse, trabajar o decidir si quieren estar solos. Yo solo tengo dos caminos, casarme y tener hijos, o terminar en un convento. No quiero hacer ninguna de las dos cosas, me gustaría que se me permitiera elegir como quiero vivir mis días.—
—Valeria, sé que vives en un constante conflicto contigo misma. Pero debes aprender a resignarte, aprender a lidiar con tu situación. Ahora ve a vestirte adecuadamente para celebrar juntos mi nueva vida.—
—Hermano, ¿amas a Aurora?—
—No, el amor nace de la convivencia, te adaptas a estar con la persona y de ahí nace el amor. Yo siempre he estado enamorado de Regina.—
—Mi mejor amiga, y porque no se lo dijiste a nuestros padres.—
—Porque ella aunque es parte de la aristocracia, su origen es humilde. Mamá jamás daría su consentimiento, por no tener un apellido como el de papá. Así que la opción fue Aurora, pero sé que con el tiempo aprenderé a adorarla.—
—Sueño con un mundo donde alguna día tengamos alas, para poder volar en libertad. Ahora iré a ponerme mi vestido para una noche de conversaciones aburridas y sonrisas hipócritas que hacen que me duelan las mejillas.—Roberto reía
—Te quiero hermanita, además no tienes porque terminar en un convento yo siempre cuidaré de ti. Confía en mí, si padre no quiere mantenerte ya. Siempre puedes vivir con mi esposa y conmigo, si después decides casarte, lo harás.—
—Eres el mejor hermano del mundo, ahora me voy porque mamá va a comenzar a dar de gritos. Por qué tardas tanto niña.—Valeria imitaba a su madre, Roberto reía por tal acción.
Más tarde en la habitación de Valeria, Loreto la ayudaba a ponerse el corset, también el miriñaque (crinolina)que le daba ese volumen a la falda del vestido.
—Eres más hermosa que tu propia madre, con suerte y hoy consigues un pretendiente. Sería bueno que colocaras a san Antonio de cabeza para que te haga el milagro.—le decía Loreto, pero a Valeria le molestaba ese tipo de comentarios.
—Por supuesto tía, esperemos que san Antonio me haga el milagrito.—Valeria se abstuvo de decir lo que realmente pensaba.
Mientras tanto en el salón todos conversaban y disfrutaban de los aperitivos que habían preparado para consentirlos, era una gran fiesta. En ese momento llegó Luis en compañía de su madre. Todos los saludaban, en especial don Francisco.
—Sean bienvenidos, esta es su casa.—
—Te agradecemos Francisco, teníamos años sin venir a las ánimas.—expreso Gertrudis.
—Gertrudis, tantos años sin verte.—la saludaba efusivamente María Luisa, ellas habían sido amigas toda la vida.—Luis, te ves diferente. Igual de guapo que tu padre.—
—Es usted muy amable señora.—saludó Luis como todo un caballero.
—¿Y tu hija?—preguntaba Gertrudis
—No debe tardar en bajar, siempre las mujeres nos tardamos más en estar listas.—respondía María Luisa.
—Me la encontré el otro día en la mercería comprando listones, por cierto heredó tu belleza.—
—Si, aunque somos muy distintas. Ella tiene una personalidad complicada.—
—Por favor María Luisa, creo que a los Pimentel sus diferencias familiares no les interesa. Adelante pasen disfruten de todo.—decía Don Francisco.
Gertrudis se quedó al lado de María Luisa para poder conversar con sus conocidas, mientras Luis trataba de convivir con todos los demás caballeros, eran las mismas conversaciones de siempre, pero lo que más le molestaba era cuando le preguntaban sobre su familia, no solo el fallecimiento de su esposa e hija. También sobre la muerte tan vergonzosa para ellos, de su hermano. Pero no podía evitar sus tratos con todos, necesitaba tener buenas relaciones para futuros negocios, así que no le quedaba de otra más que tolerar.
Luis estaba perdido en sus pensamientos hasta que una señorita atrapó su atención, era la más bella entre todas las muchachas casaderas en la fiesta. Sus ojos eran muy claros, su piel se veía suave y tersa. Ella le sonrió de una manera cortés al observar como la miraba.
—Luis, hijo. Te presento a Valeria, ella es la hija de don Francisco.—los presentaba Gertrudis
—Es un placer conocerlo don Luis.—saludaba Valeria.
—El placer es todo mío.—
Luis besaba su mano, no podía dejar de mirarla tanto que incomodó a Valeria. Loreto observaba con mucho interés el encuentro entre Luis y Valeria.
—Si me permiten debo ir a saludar a mi futura cuñada, con permiso.—expresó Valeria, hizo un reverencia y fue a buscar a Aurora.
—Ves como tenía razón, verdad que es muy hermosa.—insistía Gertrudis
—Si mamá es muy hermosa, ya sé que te preocupa que termine casada con alguien que no es de su clase. Está bien, ayúdale a encontrar un esposo, pagaré su dote.—
—¿A ti no te interesa?—
—Yo no me voy a casar con nadie, además ella es muy joven para mí. Yo solo amaré a mi única esposa, hasta el día en que me muera.—
—Está bien olvida lo que pregunte, te vuelves imposible.—
Minutos más tarde Francisco en compañía de su esposa anunciaba el compromiso de su hijo Roberto con Aurora, Roberto extendió la mano para invitar a bailar a su prometida, mientras bailaban el vals. Regina observaba a Roberto, deseaba que fuera feliz, pero también recordaba a Genaro y en todos sus sueños destruidos.
—Piensas en Genaro, ¿verdad?—la interrumpía Valeria
—Si, ya estuviera casada con él. Pero ya ves voy a casarme con otro, así es la vida. Y tú has rechazado a los caballeros en la capital.No piensas casarte.—
—No, no pienso hacerlo. En pocos días cumpliré dieciocho pero aún así pienso que soy muy joven, igual que tú.—
—Por eso no me dejaron casarme con Genaro, porque tenía quince años. Mi papá también tiene otras costumbres, pero Luis Pimentel no te quita la mirada de encima.—
—El es el hermano de Genaro verdad.—
—Si, tú vivías en la capital cuando él se casó. Su matrimonio fue por amor, lamentablemente perdió a su esposa e hija por el cólera allá en Europa.—
—Que triste debe ser eso, debo admitir que Luis es muy guapo. Pero hay algo en el que no me da confianza, además mi papá le debe mucho dinero, así que me da vergüenza estar frente a él. Prácticamente vivimos de su caridad.—
Luis no pudo evitarlo más, se acercó a Valeria y la invitó a bailar. Ella no lo esperaba, pero no dudó en aceptarlo. Mientras la abrazaba a su cuerpo, pudo notar su delgada cintura, además su aroma era embriagante.
—Eres una dama muy bella.—
—Es usted muy amable.—
—Siempre eres así, me refiero a tu timidez.—
—Es lo que debemos aparentar.—
—Eso quiere decir que estás mintiendo, entonces la pasión que veo en tus ojos es de verdad.—Valeria se ruborizaba
—Está siendo atrevido.—
—Lo siento, es que he perdido mi tacto con nuestra sociedad hipócrita. Además porque no expresarte lo que veo, sabes estoy dispuesto a pagar tu dote para que puedas casarte con alguien de nuestra sociedad, para que no termines casada con algún andrajoso.—
—No estoy en venta, además si me caso o no, no es asunto suyo. Así que no se moleste.—
Valeria se soltó y lo dejo parado a medio salón para marcharse sin haber terminado la música, María Luisa enfureció por la grosería que acababa de hacerle su hija al hombre que ha ayudado tanto a su familia sin condición alguna. Pero a Luis no le había importado, Valeria tenía espíritu libre, eso no era común en una señorita de sociedad.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 74 Episodes
Comments
Ala Mendoza 🖤
, Touché!!
Valeria: 1
El ogro: 0
2025-09-02
3
PATUBELA
creo que ese desplante en lugar de molestar a Luis, lo ha motivado
2025-08-18
5
PATUBELA
ahora Loreto va a oficiar de casamentera
2025-08-18
5