Sin dote

Capítulo 3

Valeria salió a comprar unos listones para adornar uno de sus vestidos para la fiesta de compromiso de su hermano, como no había dinero tenía que arreglar el mejor de todos para que se viera como nuevo. Como siempre, salía acompañada de su sirvienta Irene.

—Ves que bello color.—

—Si niña, es muy bonito. A usted todos los colores se le ven preciosos.—

—Gracias Irene, bien compraré estos para hacer que mi vestido se vea distinto. Ahorita mi padre no puede comprarnos ropa nueva.—en ese momento se encontró con Gertrudis la madre de Luis Pimentel, y con Regina Alvarado la cual era su mejor amiga.

—Valeria, qué gusto verte.—saludaba Regina

—También me da gusto verte, pensé que seguías en la capital.—Valeria observó a Gertrudis.

—¿Acaso no me recuerdas?—preguntó Gertrudis

—Si por supuesto, es la señora Gertrudis Armenta viuda de Pimentel. Pensé que vivía en Europa.—

—Si hija vivíamos, pero regresamos. Te has convertido en una jovencita muy bella, dime algo ¿ya estás comprometida?—

—No aún no, me dio mucho gusto saludarlas. Ahora me retiro, con permiso.—se despedía Valeria mientras hacía una pequeña reverencia, saliendo de la mercería.

—Es muy bonita.—expresaba Gertrudis

—Si, pero ahora que su familia está a un paso de la ruina. Será imposible que encuentre un esposo, ya que no tienen un dote que darle para su matrimonio, dice mi padre que Don Francisco está perdido.—

—Si eso lo sé de primera mano, es una lástima. Debe ser horrible vivir en la miseria, sobre todo en la vergüenza y la deshonra. Más para Don Francisco que tiene en su linaje sangre noble, mi esposo siempre dijo que cuando no hay dinero también se pierden las amistades.—

—Si, el único que va a salvarse es Roberto. Espero la hayan invitado a la fiesta de compromiso.—

—Si, si nos invitaron.—

Gertrudis sabía que la deuda que tenía don Francisco con su hijo era enorme, y que los Cortina quedarían en el olvido cuando su hijo exigiera el pago de todos los préstamos que le había otorgado. Más tarde Gertrudis regresaba a la hacienda.

—Madre, ¿dónde estabas?—preguntó Luis que en ese momento estaba leyendo.

—Salí de compras con Regina Alvarado, acaba de comprometerse con Carlos Palafox.—

—Y pensar que iba a ser tu nuera, mi hermano estaba muy enamorado de ella.—

—Si, pero era muy niña aún cuando eso ocurrió ahorita ya cumplió la mayoría de edad. ¿Sabes a quien me encontré?, a la hija de Don Francisco Cortina, estaba comprando listones. Debo enfatizar que se ha puesto muy bonita.—

—No la recuerdo mamá.—

—La vas a conocer en la fiesta de compromiso de su hermano, además tiene de donde heredar su belleza, María Luisa Noriega era la señorita más bella en la capital, incluso el hermano de tu padre la pretendió. Pero María Luisa se decidió por Don Francisco.—

—¿Aunque era mucho mayor cierto?—

—Eso no importa, ya que tu tío no tenía la fortuna que en ese tiempo tenía Don Francisco.—

—Las vueltas que da la vida, mi tío ahora tiene una hacienda algodonera y don Francisco está a un paso de la ruina. Te veo preocupada madre.—

—Si lo estoy, la hija de don Francisco no podrá casarse ahora, lo más seguro es que termine en un convento. Los hombres solo se fijan en el dote.—

—Por favor mamá, a ti qué más te da lo que suceda con esa señorita. Tal vez ahora que lo pierdan todo, se case con un panadero o un pobre diablo.—

—Solo de pensarlo se me erizan los vellos de la espalda, por otro lado, hijo estoy casi segura que Don Francisco no fue quien delató a tu hermano con el gobierno acusándolo de traidor por sus opiniones políticas ya que las compartían.—

—Tendré pruebas de ello, y te juro madre que si es culpable no descansaré hasta que desaparezca el último de su familia de esta tierra.—

Luis tenía un carácter realmente difícil, todos los peones de su hacienda y su capataz le tenían miedo. Era cruel, vengativo y despiadado, con la muerte de su familia se volvió mucho peor. En esa época todo se les permitía a los hacendados, no había derechos humanos que garantizaran la protección y la justicia de los más pobres. Más tarde Gertrudis revisaba la mantelería.

—Señora Gertrudis lo busca el padrecito.—

—Hazlo pasar Evelia.—

—Si señora.—Evelia acompañó al padre hasta el recibidor.

—Padre Marcelino que gusto tenerlo de visita en esta que es su casa.—Gertrudis besaba la mano del padre en señal de respeto.—Lamento no haberle enviado el dinero y las despensas para sus feligreses a tiempo. De inmediato haré que le carguen su carreta.—

—Gracias señora Gertrudis, dios se lo pague. Pero mi visita tiene doble propósito, pasa muchacha para que te vea la señora. Quería pedirle a usted y a su hijo si pudieran darle trabajo para esta jovencita, sus padres fueron asesinados en el camino cuando venían del norte, ella logró escapar.—intercedía el padre Marcelino.

—¿Cómo te llamas?—le preguntó Gertrudis.

—Susana, señora.—

—Te buscaré una actividad dentro de la hacienda, sin duda le servirás de mucha ayuda a Evelia en la cocina, incluso a Trinidad en la limpieza dentro de la casa.—agregó Gertrudis

—Le agradezco mucho su caridad Señora Gertrudis. En cuanto a ti jovencita pórtate bien, aquí estarás segura, tendrás techo y comida. Siempre obedece a tus patrones.—le decía el padre.

—Evelia, lleva a Susana a instalarse a uno de los cuartos del servicio, que se bañe y revísala que no tenga piojos o alguna enfermedad en la piel, dale algo de comer, después asígnale tareas, ella te ayudará.—daba la orden Gertrudis.

—Si señora.—respondió Evelia.

—¿Cómo está su hijo?—preguntaba Marcelino.

—Lo veo bien, sin embargo la tristeza en su alma no lo deja de atormentar padre.—

—Debe ser terrible perder a su familia, sobre todo haber perdido a su hija. Dile que me visite, me gustaría conversar con él.—

—Si padre se lo diré, cambiando de tema padre, usted sabe si la hija de Don Francisco está comprometida o la van a ingresar al convento.—

—Don Francisco le está consiguiendo esposo, pero como ya saben que están a punto de caer en la ruina, han rechazado tener un matrimonio con la joven. Incluso sorprende a todos que su hijo mayor se vaya a casar con la señorita Aurora de la Torre.—

—Es bien sabido que Aurora es huérfana, heredó una enorme fortuna. Que es administrada por su tío Gregorio, que es muy amigo de Don Francisco, para los de la Torre es más importante el apellido. Y eso es algo que aún conservan los Cortina.—

—Si, en la familia de Don Francisco, me refiero a sus ancestros hubo un virrey y un conde pero aún así el dinero es el que otorga el poder. Ahora si me retiro Gertrudis, dios pague con creces tu bondad y tu caridad.—

—No tiene porque agradecer padre, lo hago de corazón.—

Gertrudis estaba muy interesada en Valeria, parecía un ángel. Como mujer empatizaba con el destino que podría tener, ella siempre tuvo el deseo de tener una niña, siempre había tratado a su nuera como una hija. Sin duda ella le ayudaría a conseguir un esposo, que le ayudara a salvar a los Cortina de la ruina.

Más populares

Comments

Tere Roque 🇨🇺

Tere Roque 🇨🇺

🤣🤣🤣🤣 seguro k sí, está pensado jajajaja 🤣 en su propia casa y posible candidato 😉 😜 🤣🤣🤣🔥🔥🔥🔥

2025-10-08

1

Tere Roque 🇨🇺

Tere Roque 🇨🇺

jajajaja 🤣🤣🤣EPALE

2025-10-08

1

PATUBELA

PATUBELA

y si ese prospecto para Valeria está en tu casa? digo...una nunca sabe!! 🤷🏻‍♀️🫢

2025-08-18

6

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play