Tirano

Capítulo 4

⚠️En este capítulo, se tocarán temas sensibles sobre agresión, discriminación y violencia. La historia está ambientada en el siglo diecinueve. No aptos para personas susceptibles a ellos. Si no crees adecuada la lectura estás en libertad de omitirla.⚠️

Luis cabalgaba por los cañaverales, mientras veía a todos los peones trabajar pudo notar algunos que estaban enfermos. Ellos se aterraban al verlo, tenían miedo de su patrón ya que los castigos que imponía eran despiadados.

—Patrón, lo busca Don Francisco.—le avisaba Lázaro.

—Iré en un momento, por cierto Lazaro, necesito que revises a todo este montón de andrajosos. Trae al médico para que los examine, no quiero que alguno muera durante la zafra.—

—como usted ordene patrón.—

Luis golpeó a su caballo para hacerlo galopar, tenía que atender a su visita. Al llegar hasta la casa grande, estaba Gertrudis conversando con Francisco.

—Lamento interrumpir, ¿para que me necesitaba caballero?—el cambio en él era notable, Don Francisco tartamudeo.

—Podemos hablar en privado.—

—Por supuesto que sí, acompáñeme a mi despacho.—

—Con tu permiso Gertrudis, fue un placer verte de nuevo.—Francisco besaba su mano, era un gesto cotidiano en los caballeros de esa época hacia una dama.

—Estás en tu casa Francisco.—respondió Gertrudis.

Después Luis y Don Francisco caminaron al despacho.

—Adelante tome asiento, ¿le sirvo un trago?—

—Si por favor.—

—¿A qué debo el honor de su visita?—preguntó Luis mientras le entregaba la copa con cognac.

—Como sabe, hoy es la fiesta de compromiso de mi hijo Roberto a la cual están cordialmente invitados, lamentablemente la cosecha de maíz se perdió por una plaga. Por esa razón no tengo aún el dinero para pagar los préstamos que tan amablemente me otorgó. Vine a pedirle una prórroga para cumplir con el pago, en cuanto esté lista la cosecha de la cebada podré cubrirlos.—

—No era necesario que viniera hasta aquí, sabe que no hay problema. Yo puedo esperarlo todo el tiempo que usted necesite.—

—Gracias en verdad, sabes algo me recuerdas tanto a tu padre. Él era un hombre cabal y generoso, siempre fue mi gran amigo.—Luis tenía que dominar sus impulsos al escuchar a don Francisco hablar sobre su padre.

—Demasiado generoso diría yo, tanto que su generosidad se prestaba a que las personas abusaran de su confianza. Sobre todo los peones y sirvientes de nuestras haciendas, por eso dicen que soy un tirano, un desalmado y sin piedad alguna. Lo cual no me interesa, los menos afortunados necesitan saber cuál es su lugar en este mundo y no permitir que lo olviden. Tal vez es lo que te falta a ti Francisco, poner mano dura.—

—Lamento no compartir contigo esa manera de pensar, el problema de nuestra sociedad es la desigualdad.—

—Tal vez tengas razón, pero no podemos resolver el mundo. Me parece extraño que de su opinión de una manera tan libre, en cambio mi hermano tenía la misma ideología respecto a los pobres, hablaba siempre de la igualdad y libertad, que debíamos educarlos, vaya darles una calidad de vida a todos esos andrajosos. Defender sus ideas le costó la vida, supongo que confío en la persona equivocada.—

—Genaro era un excelente ser humano, fue injusto lo que sucedió con él. También supongo lo mismo, que alguien lo acusó de ser un republicano, un enemigo del imperio.—

—Exactamente, le juro que algún día tendré a ese bastardo en frente y acabaré con él.—la mirada de Luis era fría y despiadada.

—La justicia de dios llega tarde, pero siempre llega. Ahora me retiro, debo prepararme para la fiesta de compromiso de mi hijo, de nuevo gracias. Los espero en mi casa.—

—No tiene que agradecer, nos vemos más tarde.—

Luis era joven tenía treinta años, pero aún así era vengativo, orgulloso y soberbio.

Estaba seguro que don Francisco había sido el delator de su hermano, pero aún no tenía pruebas. Aquel fatídico día nadie sabía que estarían reunidos con los republicanos en la casa de don Francisco Cortina en la capital. Para Luis él había avisado a los imperialistas para que su hermano Genaro y sus acompañantes fuera aprendidos para después ser fusilados, a cambio de la recompensa publicada por el emperador, después de todo ya comenzaba a faltarle el dinero a los Cortina.

Luis no descansaría hasta hacer justicia por su querido hermano y por la muerte de su padre. Más tarde mientras Luis estaba revisando los libros de cuentas, Susana la nueva sirvienta llamo a su puerta para entrar.

—Adelante.—

—Señor disculpe, su mamá le envía un café y dice que si va a cambiarse el traje para la fiesta de compromiso.—

—Si, dile que ya subiré a cambiarme.—Susana lo observaba, no podía dejar de mirarlo. Era muy guapo, en esos dos días que tenía en la casa grande no había tenido la oportunidad de conocerle.—¿Acaso estás sorda?—la interrumpía Luis.

—Disculpe señor es que no le puse atención.—

—Eres una inútil, te ordené que te llevaras el café y salgas de mi despacho. De inmediato!—golpeó el escritorio con su fuete, Susana se espantó y tiró todo al suelo.—Lo que te faltaba, eres una andrajosa torpe.—

—No soy una andrajosa.—Luis enfureció al escuchar que le había respondido.

—No, entonces qué haces en mi casa. Eres una sirvienta y una insignificante, o me equivoco.¿Responde?—la sujetó del brazo para jalonearla.

—Lo siento patrón, no era mi intenciones hacerlo enojar.—

—Creo que no te enseñaron a respetar a los que no somos tus iguales.—Sin pensarlo Luis la golpeó con el fuete, Susana suplicaba piedad.

—Detente hijo.—afortunadamente Gertrudis llegó para impedirlo.

—No intervengas madre.—Luis estaba hecho una fiera.

—Por favor hijo, porque eres tan cruel. Todos nos podemos equivocar.—

—¿Por qué la defiendes?—

—Porque estás descargando tu ira con gente inocente, ellos no tienen la culpa de todo lo que te ha sucedido en esta vida.—

Evelia ayudó a Susana, además se disponía a recoger la charola y la taza que se había roto.

—Déjenos a solas, después vengan a limpiar, largo!—golpeó la silla con el fuete para hacer que Evelia y Susana salieran del despacho.—Es la última vez madre que intervienes, ella debe aprender las reglas de esta casa si es que quiere seguir trabajando aquí, no abuses del respeto que te tengo, no soy un pelele para que gobiernes mi vida.—

—No fue mi intención, me duele ver en lo que te has convertido.—

—Nunca voy a cambiar, si no les agrada se pueden ir, es mi casa y no admito más voluntad que la mía. Si me permites iré a cambiarme de traje para irnos, claro si aún quieres acompañarme.—

Gertrudis no podía ayudar a su hijo, la amargura se había apoderado de él. O tal vez a Gertrudis le dolía reconocer que en verdad su hijo era ese tirano al que todos le temían. Mientras tanto Evelia curaba los golpes que había recibido Susana.

—Tuviste suerte de que la señora Gertrudis llegara a interceder por ti, ya te lo había advertido. El patrón no es una persona fácil.—

—Es el demonio, aunque su mirada diga otra cosa.—

—Hay sucesos en la vida que nos cambian para siempre, aprende a ser sumisa y bajar la cabeza. Tienes suerte de que no te haya corrido de la hacienda.—

—No, eso no. No tengo a dónde ir. No volveré a desafiar al patrón.—

Evelia sentía lástima por Susana, además era muy bella. Sabía que vagando por el mundo, terminaría en un burdel para entretener a los hombres asquerosos, era mejor la muerte que terminar en un lugar así.

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Comments

Bettzi Iseth Nieto Peralta

Bettzi Iseth Nieto Peralta

tiene 30 y Valeria 18?!😱🥺 demasiada diferencia

2025-09-18

1

Michell

Michell

Lo que tiene de guapo, lo tiene de malvado.

2025-08-18

5

PATUBELA

PATUBELA

Cuida tu boca y deja esa soberbia que no te lleva a ninguna parte, baboso!!

2025-08-18

6

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