Capítulo 5

Manfreed Olguín estaba sumamente disgustado. -¿Acaso te has vuelto loco, Matthias? Ella no puede competir en la Fórmula Uno, es una novata, ni siquiera ha corrido en la Fórmula Dos, harás que se estrelle y se mate, eso será un gran escándalo-, echaba el tipo humo de las narices.

   Bill estaba sereno leyendo el legajo de diarios dela mañana que le había alcanzado su secretaria a su oficina, con la boca estrujada, interesado, también, en el movimiento de la bolsa. Tenía muchísimas acciones en diferentes empresas.

   -Los bólidos no están hechos para ella, no podrá sentarse adecuadamente al timón, la chica es demasiado delgada, no podrá dominar la máquina, el bólido es muy pesada-, insistía Olguín.

   -Hablaré con Robert para solucionar lo de la cabina-, dijo apenas Matthias.

   -La mujer no soportará la temperatura, los trajes inflamables, el casco, la máscara, la sofocarán, tendrá que soportar un horno al timón de un coche de carrera, se desmayará manejando y se estrellará con los muros-, insistía enojado Olguín.

   -Ya han competido mujeres en la Fórmula Uno-, le recordó Bill.

   -Pero fueron esporádicas y además solo una logró puntuar en 1975, es más ella solo consiguió medio punto-, se molestó Olguín.

   -No puedes comparar las máquinas de antes con la de ahora, Rayo azul cuenta con un motor de primerísima calidad, computadoras modernas, neumáticos eternos-, enfatizó Bill.

   -Es que no lo entiendes, Matthias, las pistas de carrera no son para Marcela Smith-, se alzó Olguín furioso.

   -Hay varias mujeres que clasificaron en otras competencias de pista, hicieron buenas carreras, cronometraron buenos tiempos, consiguieron la pole position, prueban los carros en los circuitos, ¿por qué no darle ocasión a Marcela?-, se recostó a su silla Matthias.

   -Porque ella será el hazmerreír de los periodistas, ni siquiera conseguirá medio punto como la otra chica, será última en el Mundial de pilotos-, reclamó muy fastidiado Olguín.

   -Jimmy Henry ha cumplido su ciclo, quiero sorprender al mundo, dejarlo estupefacto, haré que Marcela Smith sea la campeona del mundo-, sonrió Matthias.

   -Contrata a Jong, a Froll, a Fontana, a Dos Santos, hay pilotos muy buenos que les gustaría estar en Rayo azul-, no daba su brazo a torcer  Olguín.

   -Es que tú no me entiendes, Manfreed, quiero acaparar titulares en la prensa, imantar a los aficionados, ¡¡¡Marcela será un boom!!!-, se entusiasmó Matthias.

   Olguín no quiso seguir discutiendo. -Estás cada día más loco, amigo-, arrugó su nariz.

   -No digas nada, aún, Manfreed, mantén en secreto lo de la chica Smith, quiero aprovechar el momento propicio para anunciarla como la nueva estrella de Rayo azul-, le pidió Bill.

   -Bien-, se resignó Olguín.

   -Dile a Robert que prepare un bólido ideal para ella, que le sea confortable, cómodo, también el uniforme, el casco, que no le resulten tan asfixiantes, habla con el sponsor, necesito que ella se sienta súper cómoda-, se meció en su silla Bill.

    Olguín sonrió de mala gana. Salió de la oficina y ya en el pasadizo del autódromo rebuznó enfadado, -viejo estúpido-, y se fue con destino a la zona de mecánicos para hablar con Robert.

*****

  Jeremy Brown se sentó junto a Bill. -¿Quién es esa chica? ¿tu hija?-, estrujó su boca.

  -No sé, se presentó de repente y me pidió una oportunidad, domó al siete, es buena-, mascaba su pipa Bill.

  -La vas a despedir ¿no cierto?-, seguía con la cara estrujada Brown.

  -Ella es buena, sabe de autos,  se queda-, echó mucho humo Bill, haciendo toda suerte de dibujos con el vaho. Jeremy se sulfuró y se puso rojo como un tomate. -No la quiero en mi equipo-, renegó.

  -Es mi equipo, no el tuyo, y tú eres mi empleado-, siguió disfrutando de su pipa Bill sin hacerle caso a los reniegos y bufidos de Brown.

  -Mándala a inflar llantas o a cargar combustible, pero no maneja ningún bólido, ¿entendiste?-, se alzó Brown sulfurado.

  Bill no quería discutir. No le contestó y siguió degustando su pipa indiferente haciendo más y nuevas figuras con el humo que soplaba del tabaco haciéndose cenizas.

  Desairado Brown se fue, rebuznando como un toro enjaulado.

*****

   Yo ya tenía catorce años, cuando mi padre consiguió inscribirme en una carrera de karts, a nivel juvenil. Ni siquiera teníamos vehículo propio y las pocas veces que participé en competencias anteriores, de amigos, fue con un carrito prestado en el  improvisado circuito del parque que estaba frente a la casa. No lo hacía mal, tampoco, llegaba siempre entre los primeros, ganándole a mejores carros, bien equipados, veloces,  y superaba con autoridad a chicos con mayor experiencia en el timón y que sí contaban con los medios suficientes para ese deporte demasiado costoso. Papá veía que yo tenía muchas condiciones en la pista. Dominaba las curvas con facilidad, era intrépida, versátil y evolucionaba los cambios sin problemas.

   -Quiero ser una gran campeona, papá-, le decía yo alborozada cada vez que ganaba una carrera y mi padre me abrazaba feliz, llorando de la emoción. Mi papá me alentaba en todo.  Veíamos las carreras de kartismo, de Fórmula Uno y de rally en el cable y yo soñaba con ir al mando de un timón, devorando las pistas, ganándole a los mejores del planeta y cruzando, siempre, en primer lugar, en todas las competencias. -Los sueños se cumplen, hija, cuando se es perseverante y tenaz-, me recomendaba papá convencido.

  En el internet encontré simuladores de carreras de Fórmula Uno y me quedaba horas de horas manejando, haciendo los cambios, dominando las curvas, yendo a toda marcha por las rectas, y gracias a eso me volví una experta. -La realidad es diferente a lo virtual-, sin embargo me aclaraba mi padre. Eso lo sabía, pero sentirme en una pista de carrera me hacía percibir en las nubes, delirando y viéndome, en efecto, una gran campeona.

   No teníamos dinero para comprar un carro por eso mi padre le pedía a los otros competidores le presten un kart. Algunos le daban un vehículo y fueron muchas las veces que me quedaba sin competir, sujetando mi guante y mi casco, mordiendo los labios de impotencia viendo a a otros ganar, sin poder competir porque nadie nos cedía un carro para poder estar en la pista de carrera. Eso frustraba demasiado a mi padre. se sentía culpable y me abrazaba, pero yo no me resignaba, por el contrario me sentía más fuerte, más decida y convencida que podía ser una gran campeona .

   Tampoco tenía uniforme adecuado. Cuando podía competir usaba un overol viejo  de mi padre y que mi mamá cortó y recortó para que me quedara exacto.

   Fue entonces que mi padre me inscribió para participar en ese torneo de karts. -No tenemos vehículo, papá, no voy a poder competir a menos que consiga un carro-, parpadeé sin embargo emocionada cuando me dijo que iba a estar en el premio de nuevos valores del kartismo, en el circuito callejero de Parque Grande.

   -Pediremos prestado uno, siempre lo hemos hecho ¿no? muchos competidores llevan un carro de más para casos de emergencia-, dijo, como siempre, optimista mi papá, alentando mis sueños, dándole alas a mis ilusiones, convencido de que yo podía ganar aún nuestra precaria situación económica.

Capítulos
1 Capítulo 1
2 Capítulo 2
3 Capítulo 3
4 Capítulo 4
5 Capítulo 5
6 Capítulo 6
7 Capítulo 7
8 Capítulo 8
9 Capítulo 9
10 Capítulo 10
11 Capítulo 11
12 Capítulo 12
13 Capítulo 13
14 Capítulo 14
15 Capítulo 15
16 Capítulo 16
17 Capítulo 17
18 Capítulo 18
19 Capítulo 19
20 Capítulo 20
21 Capítulo 21
22 Capítulo 22
23 Capítulo 23
24 Capítulo 24
25 Capítulo 25
26 Capítulo 26
27 Capítulo 27
28 Capítulo 28
29 Capítulo 29
30 Capítulo 30
31 Capítulo 31
32 Capítulo 32
33 Capítulo 33
34 Capítulo 34
35 Capítulo 35
36 Capítulo 36
37 Capítulo 37
38 Capítulo 38
39 Capítulo 39
40 Capítulo 40
41 Capítulo 41
42 Capítulo 42
43 Capítulo 43
44 Capítulo 44
45 Capítulo 45
46 Capítulo 46
47 Capítulo 47
48 Capítulo 48
49 Capítulo 49
50 Capítulo 50
51 Capítulo 51
52 Capítulo 52
53 Capítulo 53
54 Capítulo 54
55 Capítulo 55
56 Capítulo 56
57 Capítulo 57
58 Capítulo 58
59 Capítulo 59
60 Capítulo 60
61 Capítulo 61
62 Capítulo 62
63 Capítulo 63
64 Capítulo 64
65 Capítulo 65
66 Capítulo 66
67 Capítulo 67
68 Capítulo 68
69 Capítulo 69
70 Capítulo 70
71 Capítulo 71
72 Capítulo 72
73 Capítulo 73
74 Capítulo 74
75 Capítulo 75
76 Capítulo 76
77 Capítulo 77
78 Capítulo 78
79 Capítulo 79
80 Capítulo 80
81 Capítulo 81
82 Capítulo 82
83 Capítulo 83
84 Capítulo 84
85 Capítulo 85
86 Capítulo 86
87 Capítulo 87
88 Capítulo 88
89 Capítulo 89
90 Capítulo 90
91 Capítulo 91
92 Capítulo 92
Capítulos

Updated 92 Episodes

1
Capítulo 1
2
Capítulo 2
3
Capítulo 3
4
Capítulo 4
5
Capítulo 5
6
Capítulo 6
7
Capítulo 7
8
Capítulo 8
9
Capítulo 9
10
Capítulo 10
11
Capítulo 11
12
Capítulo 12
13
Capítulo 13
14
Capítulo 14
15
Capítulo 15
16
Capítulo 16
17
Capítulo 17
18
Capítulo 18
19
Capítulo 19
20
Capítulo 20
21
Capítulo 21
22
Capítulo 22
23
Capítulo 23
24
Capítulo 24
25
Capítulo 25
26
Capítulo 26
27
Capítulo 27
28
Capítulo 28
29
Capítulo 29
30
Capítulo 30
31
Capítulo 31
32
Capítulo 32
33
Capítulo 33
34
Capítulo 34
35
Capítulo 35
36
Capítulo 36
37
Capítulo 37
38
Capítulo 38
39
Capítulo 39
40
Capítulo 40
41
Capítulo 41
42
Capítulo 42
43
Capítulo 43
44
Capítulo 44
45
Capítulo 45
46
Capítulo 46
47
Capítulo 47
48
Capítulo 48
49
Capítulo 49
50
Capítulo 50
51
Capítulo 51
52
Capítulo 52
53
Capítulo 53
54
Capítulo 54
55
Capítulo 55
56
Capítulo 56
57
Capítulo 57
58
Capítulo 58
59
Capítulo 59
60
Capítulo 60
61
Capítulo 61
62
Capítulo 62
63
Capítulo 63
64
Capítulo 64
65
Capítulo 65
66
Capítulo 66
67
Capítulo 67
68
Capítulo 68
69
Capítulo 69
70
Capítulo 70
71
Capítulo 71
72
Capítulo 72
73
Capítulo 73
74
Capítulo 74
75
Capítulo 75
76
Capítulo 76
77
Capítulo 77
78
Capítulo 78
79
Capítulo 79
80
Capítulo 80
81
Capítulo 81
82
Capítulo 82
83
Capítulo 83
84
Capítulo 84
85
Capítulo 85
86
Capítulo 86
87
Capítulo 87
88
Capítulo 88
89
Capítulo 89
90
Capítulo 90
91
Capítulo 91
92
Capítulo 92

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play