Una Negación

No podía dejar de pensar en Elijah, en como había llegado a creer que él era mi todo, era inteligente, atractivo y parecía tener el futuro asegurado.

Todos en la manada decían que él sería él próximo alfa de los Wood. Una vez que su padre Harley, decidiera retirarse. Elijah siempre destacaba en las reuniones, no solo por su físico imponente, sino por su manera de hablar, por su confianza y yo una simple omega sin loco, había sido la elegida por él.

Cada vez que caminábamos juntos por el pueblo, podía sentir las miradas de las demás. La administración en sus ojos, el deseo, pero Elijah nunca se dejó llevar por ellas. O al menos eso había crecido yo.

Su atención estaba siempre sobre mí haciéndome sentir especial, como si estuviera viviendo un sueño. Pero hoy ese sueño se había convertido en una pesadilla.

La realidad me golpeaba con brutalidad. Yo no era suficiente. Nunca lo había sido, solo era un fenómeno que jamás sería amada.

No regresé a casa después de lo ocurrido, no podía enfrentarme a las preguntas de mi padre o las miradas de desprecio de la luna. En lugar de eso, me encontré en un parque desolado abrazándome a mí misma mientras las lágrimas caían sin cesar, mis sollozos eran el único sonido en la fría noche, un eco de mi corazón roto.

No supe cuánto tiempo pasó, pero de alguna manera Lina me encontró, yo no entendía cómo ni hermanastra había sabido donde buscarme, pero tampoco me importa, en cuanto la vi todo mi autocontrol se rompió.

—Lina...—Solloce incapaz de decir algo más.

Lina, alta y majestuosa como su madre, no dudo en correr hacia mí y envolverme en un abrazo protector. No había reproches en sus ojos, solo preocupación genuina.

—Estoy aquí, Marcela. Estoy contigo— susurro acariciándome el cabello mientras yo lloraba contra su hombro.

Fue entonces cuando lo solté todo.

Le conté entre lágrimas lo que había visto en el apartamento de Elijah, como me había sentido y como mi mundo se desmoronaba ante mis ojos.

Lina me escuchó en silencio, sin interrumpirme pero podía sentir sus manos tensarse cada vez que mencionaba el nombre de él.

—Ese hombre no te merece, Marcela. No quiero que vuelvas a llorar por alguien tan despreciable. Eres mucha más de lo que él podrá tener jamás—

Sus palabras me hicieron sentir mejor pero no bastaba para llenar el vacío que sentía en mi pecho, ella seguía abrazándome murmurando palabras en mi oído de aliento.

Una luz brillante nos iluminó. Levanté mi cabeza y eran las luces de un auto acercándose.

El vehículo se detuvo frente a nosotras y un escalofrío recorrió mi cuerpo, no sabía si era el frío de la noche, o la creciente incomodidad.

Fue algo cuando algo llamó mi atención. Mire la mano de Lina que descansaba en mi hombro y noté un detalle que antes había pasado por alto.

»El reloj«

—Lina...— dije su nombre temblando.

—¿Qué pasa?—

Baje mi mirada hacia el reloj nuevamente, y es un diseño elegante y distintivo. Era inconfundible. Y la imagen de esa mujer en el apartamento de espaldas, vino a mi mente como un rayo.

—La mujer que estaba con Elijah... Ella llevaba un reloj igual al tuyo—

Lina miró su reloj y con nerviosismo susurro: —¿En serio?— su voz sonó trenza, y por un momento, pude ver un destello de miedo y pánico en los ojos de mi hermanastra. Pero tan rápido como apareció esa expresión desapareció, como si nunca hubiese estado allí. Lina rápidamente se recompuso.

—Hay muchos relojes como el mío, pero este... este ya no me gusta. Me voy a deshacer de él—

Las observé sin comprender del todo, la escena había sido tan fugaz que no estaba segura de si realmente había visto lo que pensaba; sin embargo, la idea de que ella tuviera algo que ocultar no me parecía creíble, aunque ella a veces era difícil de entender yo confiaba en ella. Quizás solo me había sorprendido por la coincidencia de que sus relojes fueran tan similares.

—¿Sabes que?—La vi alzando su reloj con una mano. —Lo tiraré, no quiero que nada arruine nuestra noche—

Sin más la vi lanzar su reloj tan lejos como pudo y observando como caía en un rincón oscuro de la calle.

No sabía si sentirme tranquila o preocupada pero el resto impulsivo de Lina, pero al final no le di tanta importancia.

—¿Nuestra noche?— pregunté curiosa.

Lina sonrió ampliamente, como si todo tuviera un sentido perfecto.

—¡Claro! No voy a permitir que el cumpleaños de mi hermana menor pase desapercibido. Si que vamos, te voy a arreglar y está noche vamos a divertirnos como nunca—

La miré desconcertada pero no le dije nada, había algo extraño en su entusiasmo pero decidí no cuestionarlo, después de todo su ella quería hacer de esa noche algo especial ¿Por qué no dejarla hacerlo?

Dejé que lisa me guiará a mí habitación en casa de los Wood donde en pocos minutos me transformó. No me esperaba mucho, pero cuando me miré en el espejo me sorprendí por lo que veía.

El vestido rosa que Lina había elegido me quedaba perfectamente acentuando mis curvas de una manera que nunca había imaginado. El maquillaje estaba impecable, un toque delicado en mis ojos delineados haciendo que los azules de estos resaltarán más, los labios suaves pero llamativos, apenas podía reconocerme.

Observé a Lina dar un paso hacia atrás y admirar su trabajo con satisfacción.

—Perfecta— exclamó con una sonrisa —Ahora solo falta el último toque... El perfume—

Fruncí el ceño al recordar el perfume que me había regalado mi jefe por mi cumpleaños. Aunque al principio no me gustaba la idea de rociarme algo tan caro, ahora sentía que el perfume me quedaba bien.

Me apliqué en el cuello y en las muñecas, con un toque sutil pero elegante.

Mientras caminábamos por las calles, no pude evitar notar lo diferente que era lisa, ella siempre tan segura de si misma, vestida con ropa cara y reveladora, es el centro de atención donde quiera que iba, en cambio, yo, aún que también atractiva, preferiría la sencillez, evitando llamar la atención. A pesar de nuestras diferencias esta noche parecía que todo el mundo se fijó en mi.

¿Qué está pasando? Pensé mirando a mi alrededor, las calles estaban llenas de gente por todas partes.

—¿Por qué hay tanta gente en la calle hoy?—

—Es la celebración del compromiso de Camilo—

La miré extrañada, no tenía idea de quién era Camilo, ni porque ese compromiso parecía tan importante.

—¿Camilo?— pregunté desconcertada.

—Sí, Camilo Dark. Es el príncipe de Moon. Se compromete con Ana, la hija de los lobos más nobles del reino. Es un evento grandioso—

Traté de asimilar la información aunque no conocía a Camila ni a Ana, personalmente. Había escuchado rumores y leyendas sobre el Reino de Moon y sus poderosas manadas. En mi mente todo eso siempre parecía muy lejano, algo sacado de un cuento de hadas.

Pronto llegamos a un bar muy concurrido, este era el tipo de lugar donde era fácil perderse entra la gente. La música era alta. El aire lleno de conversaciones y risas entremezcladas.

El ambiente estába cargado de una nergia electrizante...

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Comments

Karina Vazquez Gonzalez

Karina Vazquez Gonzalez

hay mujer. caíste en la trampa de tu hermana..
porque ella es la qur se cuesta con tu novio que ya no lo es ..
mujer abre los ojos por una vez en tu vida no seas tan ingenua...
excelente historia

2025-07-29

2

Maru

Maru

Jummmmm 🤔 💭 es muy dulce e inocente y con más razón si sus instintos lobunos no se han desarrollado

2025-08-15

1

Alisson

Alisson

Esta muy interesante 😌😃

2025-07-30

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