Redención Nuestra

Redención Nuestra

Capítulo 1

Rose abrió los ojos, sintiendo su cuerpo pegajoso y adolorido, y con un dolor monumental de cabeza. Recordaba haber estado bailando y bebiendo champaña en la boda de Dalia quien se casó con ese pintor famoso, habían muchos hombres destacables en el lugar, guapos y ricos, pero ninguno como Silvain James, por el quien había estado suspirando.

Entonces las imágenes de la noche loca y lujuriosa se precipitaron a su mente, descolocándola y haciéndola sentir cierto pánico. Miró a su lado, pero no había nadie. Y no podía decir Rose si se sentía aliviada o decepcionada. Suspiró.

Intentó levantarse cuando sintió sus piernas flaquear y caer de rodillas al suelo. No pudo evitar reírse, porque hacía tiempo que no le daban un buen revolcón, justo cuando se apoyaba de la cama, se escuchó unos pasos acercándose y Rose alzó la vista.

Era Silvain James.

Con esos ojos azules como hielo frío, la cabellera más rubia que el sol, con ese traje azul marino que le quedaba de infarto, quien la miraba con cierta molestia mientras se abrochaba el reloj a su muñeca.

-No creas que sacarás provecho de esto.

Rose no entendía sus palabras, pero tampoco iba amostrarse débil. Se levantó como pudo y se puso la bata que estaba en una silla cerca de la cama.

-Creo que ya aproveché demasiado – sonrió con burla, viéndolo enojarse más – Fue una noche fantástica.

-Y será la única, no acostumbro a acostarme con zorras.

-Pero sí las zorras ricachonas – reprochó Rose molesta. Le podría decir zorra, pero menospreciarla por no tener la alcurnia que muchas de esas frescas, le enojaba – No sé cuál el afán de diferenciar una zorra de otra, al fin y al cabo es igual, de alcurnia o no.

Silvain se sintió sofocado porque muchas de las mujeres con las que se acostó, realmente era mujeres ricas que no buscaban más que diversión y una que otra que quería colgarse de su dinero y apellido.

-Tienes razón, pero no pienso repetir.

Rose sonrió, y empezó a sentirse enojada sin saber la razón.

-No es que me guste repetir el mismo hombre, en eso pensamos igual.

Silvain se detuvo cuando se abrochaba el saco ante las palabras de esa mujer y la miró enojado, sintiendo un golpe certero a su ego porque ella no parecía triste por sus palabras ni tampoco estaba histérica rogándole que no la botara.

Ella simplemente se puso las pantuflas del hotel y se dirigió al baño no sin antes dejarle una estocada más a su ego.

-Por cierto – lo miró por un segundo – Estando ya afuera, no nos conocemos, fue una estupenda noche, pero nada más.

Sin más entró al baño para seguidamente escuchar el ruido de la regadera, dejando a un Silvain con la boca abierta, porque era él quien quería dejarle claro que no eran nada. Sintió que había sido burlado por una mujer que se veía igual que las otras, pero que parecía no importarle su fría indiferencia. Enojado, salió de la habitación rápidamente, intentando alejar los recuerdos de la noche pasada donde se desfogó como nunca lo había hecho.

En cambio, Rose se sentía un poco mejor cuando dijo esa frase, estaba segura que él hubiese querido usar las mismas palabras para humillarla, pero ya conocía a los hombres de su calaña y no dejaría que se sintiera triunfador. Lo había logrado al verlo petrificado y la molestia de llamarla zorra se desvaneció poco a poco, sintiendo el agua tibia lavarle los rastros de la noche llena de lujuria. Pero los recuerdos del intenso ejercicio le llegaban como flechas, sintiendo su propio cuerpo empezar a arder.

Casi sintiendo los besos dominantes y fogosos de él en su labios, pero solo era la sensación que aún permanecían en su boca.

Las caricias, el saqueo a su cuerpo, las palabras sucias que la hicieron temblar y gozar más allá de lo que había gozado con cualquiera, pero el recuerdo fue interrumpido cuando recordó cómo la miraba. Una mirada diferente a la de la noche donde parecía que la veía con adoración.

Ja.

Se burló de sí misma.

Sí, claro, pensó con recriminación. Silvain James viéndola con adoración, no era más que un truco de su mente ante el sexo rudo y duro y sus besos suaves al terminar el acto. Se preguntaba si así también era con sus antiguas amantes de una sola noche, dándoles un beso tierno, haciéndolas confundir que sentía algo especial.

Salió del baño, luego de una larga ducha. Salió solo para descubrir que su vestido estaba roto pero no entró en pánico, solo tomó su teléfono y llamó al hotel para que le consiguiera ropa cómoda y que lo pusiera a su cuenta. Pero no tardó mucho cuando le anunciaron una entrega, y era un vestido negro de Chanel. Ella no había pedido aquello y cuando vio la nota, rompió el vestido con indignación.

“Este es el pago por sus buenos servicios”, había dejado en la nota. Ella no necesitaba que le pagaran, era rica, muy rica, solo que no hacía alarde de nada, y si trabajaba como parte del equipo de finanzas, era únicamente para pagar una gracia, porque si por ella fuera, estaría viajando a otros países, disfrutando de su dinero que se había ganado con esfuerzo y astucia.

Pero no pelearía con él, porque eso es lo que quería. Esas provocaciones, esos insultos, él era como un niño llamando la atención. Y no podía negar que le atraía mucho, pero no soportaría su majadería. Era una mujer independiente, no necesitaba nada de él, ni su dinero.

Al fin llegó la ropa que encargó al hotel, se puso la ropa de chándal y se marchó del lugar.

Silvain estaba dentro de su auto cerca de la puerta de hotel, esperando ver que esa mujer haya aceptado el regalo y confirmar que no era más que otra oportunista intentando llamar su atención, pero quedó desconcertado al verla salir con la ropa más simple. Esperaba ver que llevara la bolsa de Chanel, pero ni eso había en su manos. Pronto la vio llamar un taxi y se marchó. Llamó por teléfono a la recepción de hotel, preguntando por su encargo, pero la respuesta que recibió lo descolocó.

La mujer, había destrozado un vestido de cien mil dólares y lo había arrojado a la basura como si nada, dejando al empleado horrorizado por tremenda salvajada al vestido que muchas mujeres morían por tener en su guardarropa.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play