CAPITULO 1

ME HAS OLVIDADO.

NARRA DONA FRANKLIN.

Con frustración, dejo caer el teléfono sobre el escritorio y me cubro el rostro con las manos. Ha pasado un mes desde la última vez que supe de Billy, y aunque trato de convencerme de que simplemente está ocupado, la angustia me consume por dentro. Cinco años de relación y ahora reina el silencio.

Me recargo en la silla y emito un largo suspiro. A través de la ventana de mi oficina, la ciudad continúa con su ritmo agitado: autos tocando el claxon, personas cruzando la calle con prisa, las luces de los edificios encendiéndose a medida que avanza la tarde. Pero yo no percibo nada de eso. Solo recuerdos.

Lo conocí en una noche lluviosa, regresaba del trabajo cuando vi a un hombre siendo asaltado. Mi instinto me impulsó a actuar antes de pensar. Giré el volante y aceleré, embistiendo levemente a uno de los ladrones. No fue más que un empujón, pero fue suficiente para que su cómplice huyera aterrorizado. El otro tambaleó antes de echarse a correr también. Salí del auto con el corazón latiendo en mis oídos.

—¿Está bien? —pregunté, todavía con la adrenalina corriendo por mi cuerpo.

El hombre me miró, sorprendido y divertido al mismo tiempo.

—Sí… gracias. Aunque se llevaron mi reloj y mi anillo.

—Puedo llamar a la policía. Quizás puedan hacer algo.

—No es necesario. De verdad, gracias.

Fue entonces cuando lo observé bien. Alto, con una apariencia elegante, unos ojos verdes que parecían sonreír y una cabellera roja que brillaba bajo la tenue luz de una farola. Su presencia me desarmó completamente.

—Soy Billy —dijo estrechándome la mano.

Y con ese simple gesto, mi vida dio un giro.

Lo invité a un café y me contó que estaba en Los Ángeles de paso. Vivía en Nueva York, donde dirigía su propia empresa de cosméticos. Lo dejé en su hotel esa noche, sin esperar volver a verlo. Pero al día siguiente me llamó y, contra todo pronóstico, acepté salir con él. Nos volvimos inseparables.

Cada vez que visitaba la ciudad, nos reuníamos para cenar, pasear o simplemente disfrutar de nuestra compañía. Lo nuestra era como un sueño para mí. Billy era perfecto. Atento, cariñoso, apasionado… el tipo de hombre que cualquier mujer desearía.

Un año después, me compró una casa y me dijo que no creía en el matrimonio, pero que, si aceptaba el regalo, podríamos vivir juntos como si lo estuviéramos. Para mí, el matrimonio nunca fue un símbolo de estabilidad.

Mis padres se separaron cuando era niña y el proceso fue un infierno. Peleas, tribunales, discusiones por la custodia. . . Al final, mi madre me crio sola, mientras mi padre volvía a casarse y se desvanecía poco a poco de mi vida.

Mudarse a Nueva York implicaba dejar todo atrás: mi empleo, mis amistades, mi independencia. No estaba dispuesta a hacer tal sacrificio y Billy tampoco me lo pidió. Por ello, continuamos con nuestra relación a distancia.

El timbre del teléfono en mi escritorio me saca de mis pensamientos.

—¿Hola?

—Amor… ¿cómo te va?

La voz de Billy me brinda un alivio inmediato.

- ¡Por el amor de dios BILLY! Finalmente me llamas. Me tenías preocupada.

—Lo siento. Una de las bodegas se incendió y el seguro había caducado. Ha sido un desastre. He tenido que arreglar todo solo.

—Lo siento, amor. ¿Requieres ayuda? Puedo pedir días libres y viajar a verte.

—No es necesario. Estaré de vuelta en dos semanas.

—Está bien… —digo, intentando sonar comprensiva—. No olvides comer a tus horas. Sé que cuando trabajas se te olvida hacerlo. Y por favor, llámame.

—Lo prometo, amor. Volveremos a hablar mañana.

—Eso espero.

Colgó la llamada y ni siquiera pregunto por Fernanda, nuestra hija. Desde que ella nació, todo cambió. Al principio, Billy parecía emocionado, pero con el paso del tiempo, sus viajes se volvieron más frecuentes y sus llamadas, más distantes.

¿Por qué sigo amándolo como el primer día, cuando solo lo veo una vez al mes?

Billy siempre dice que trabaja por nosotras, que desea proporcionarnos una vida mejor. Pero a veces, desearía que dejara de esforzarse tanto y simplemente estuviera aquí. Con Fernanda y conmigo.

Suspiro y apoyo la cabeza en mi mano.

—Billy… ¿por qué me has olvidado?

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play