Capitulo 2

Dina Geri:

Respiraba con mucha dificultad, estaba perdiendo demasiada sangre… me dolía mucho el brazo donde la maldita Elena me había logrado dar.

Mandala: No entiendo como no tuviste cuidado.

Dina: Me lo dices amí… La maldita Elena apareció, se supone que ya debería estar muerta. Tenía todo bajo control.

Negó con la cabeza Mandala, ella que siempre ha querido dar con los Italianos y ahora que teníamos la posibilidad de tener a Laura en nuestro poder se esfumó todo por culpa de esa maldita mujer.

Mandala: ¿Todo bajo control? Mira donde estamos. Necesitamos a Laura y a ti se te ocurre no traerla de vuelta, todo lo hiciste mal. Una oportunidad de oro y la has tirado a la basura.

Entrecerré los ojos, ella no sabía nada de ellos, en cambio yo, sé por donde empezar a dar los golpes bajos, no hacía falta tener que recordarle que era la única que estuvo en su circulo, así que un favor me debe…

Dina: si tan solo no hubieras mandado a Alastair donde no tenía que estar, pero no… querías tener a Valentina, por favor, esa mujer en un abrir y cerrar de ojos los acabaría.

Sonrió negando con la cabeza, jaló mi brazo terminando de suturar. Respiró profundamente mirándome.

Mandala: Laura es el eslabón más débil en este momento, le diste el vogre y no tendrá el despertar que todos esperan.

Dina: Ayy, Mandala, no sabes nada de esos hombres, tienen a un Dios de la ciencia con ellos, Guido un Dios en la medicina y a Daemon un Dios en su malditas armas. ¿Crees que no la harán despertar?

TOC!! TOC!!

Abrieron la puerta, la muchacha que me ayudaba en este lugar bajó la cabeza por el respeto que nos tenía.

Mujer: Señora, ha despertado nuevamente, no se le puede controlar.

Mandala: Aquí es un peligro si seguimos teniéndola.

Dina: Sedala, duérmela, no la quiero escuchar nuevamente. Es el pecado de su vida de ellos, así que no me interesa estar más cerca de ella.

Mandala: SI NO TIENES NADA BUENO QUE DECIR MEJOR CIERRA LA MALDITA BOCA.

Me levanté empujando con fuerza. Lo que menos quería era tenerla frente a mí, se las daba de muy jefa pero estaba muy lejos de serlo. Sujetó mi brazo herido atrayéndome hacia ella.

Mandala: No te voy a tolerar estos desplantes, aquí los que te salvaron la maldita vida de las manos de Maela y Semion fuimos Alastair y yo… me debes tu vida.

Dina: NO TE DEBO NADA, TÚ QUIERES ALGO QUE ES IMPOSIBLE. Por favor… míranos, batalla que le debemos batalla que vamos a perder.

Mandala: Por que el amor enfermizo que le tienes a Guido es tu perdición Dina… entiende, ese hombre es el demonio que cobrará venganza hacia nosotras. Más si llega a saber la verdad.

Dina: La verdad, la verdad… LA UNICA VERDAD ES QUE ME ENGAÑÓ CON ELENA Y ESA MALDITA PERRA LO VA A PAGAR MUY CARO, DISFRUTARÉ VERLA SUFRIR CUANDO ME VUELVA A VER EN LO BRAZOS DE GUIDO, NO ME IMPORTA SI LO RETENGO A LA FUERZA, SOY LA MADRE DE SUS DOS HIJOS Y ESO ME BASTA.

Mandala: HIJOS QUE TE CREEN MUERTA…

Alastair: ¿Qué son esos gritos? ¿aaahhh? Parecen que no pueden comportarse.

Mandala me soltó, claro, no era lo mismo tener a un Elías que un Alastair molesto.

Caminaba lentamente llegando hasta a mí, sostuvo mi mentón mirando de ambos lados, apartó el tirante de mi vestido viendo la herida que tenía. Negó con la cabeza desafiándome.

Alastair: Te estas equivocando Dina, la orden era traer completa a Laura, no entregársela a nadie.

Dina: ¿Dónde está Valentina?

Di un manotazo en su mano apartándolo de mí, me miraba desafiándome, pero que quede bien claro que no me debo a ellos, que me hayan salvado cuando me arrojaron al barranco, no les daba ningún derecho de querer mandarme.

Dina: No soy la única que ha cometido errores, ustedes me dejan sola y sola no se puede.

Se sentó encendiendo un cigarrillo, inhaló con fuerza mirándome, sonrió lleno de maldad.

Alastair: Elena, la mujer que tanto odias de por vida, se ha levantado sola, no ha necesitado de trabajar con las alfas, ella dio en un abrir y cerrar de ojos contigo. Más teniendo la conexión con Guido.

Dina: Conexión que siempre voy a tener.

Alastair: Dina, Dina, deja de decir tonterías, Guido decidió estar en la cama con otra mujer, nada raro de él, cuando se fastidie de la hermosa Elena, vendrá en busca de lo que le pertenece, por desgracia mi querida Dina, tampoco eres eso que le importa. Tendrá a otra mujer que lo llene como lo ha hecho Elena.

Dina: ELENA NO ES MUJER PARA ÉL.

Alastair: ¿TÚ SI?

Tenía ganas de arrancarle esas malditas lenguas a los dos, ellos no entendían lo que por mucho tiempo construimos él y yo, siempre queriendo darse de muy prestigioso, pero no era nada más que pura mala coincidencia.

Dina: Cuando se ama a alguien de verdad no importa cuanto tiempo tenga que pasar para entender que siempre estará para esa persona.

Mandala: No es tu caso querida.

Dina: ¿Qué sabes? ¿nunca te has enamorado? De ese hombre que te hace temblar todo el cuerpo, te hace falta la respiración cuando lo ves… Entregarte por completo a ese hombre que sabes que es el indicado para ti. Que no importa si él te corresponde o no. Él es el indicado, a mi me hicieron una mala jugada, ella, Elena fue la que siempre coqueteaba con todos, buscaba el mejor momento para quedarse con alguno de los italianos.

Alastair: Quieras o no… Ella lo logró.

Dina: NOOO, ELLA NO LOGRÓ NADA.

Alastair: No Dina, Guido nunca te perteneció, se conformó contigo que fue diferente, el amor no se mendiga como lo hacías, Guido, solo cubre sus necesidades sexuales, pero con la única que tuvo ese momento que nadie se explica fue con la hermosa Beida.

Dina: Beida está muerta.

Mandala: Para tu mala suerte, el amor de Guido hacia ella nunca lo dejó pasar.

Mis ojos se humedecieron, odiaba saber que era cierto, pero me esforcé, conquisté su corazón sin necesidad de lastimar a nadie ni meterme entre nadie.

Dina: Nadie lo entiende, ni lo entenderá. El amor que nos teníamos él y yo era nuestro y sabíamos como manejarlo.

Alastair negó con la cabeza, sacó su arma de la parte de atrás asentando sobre la mesa, restregó el cigarrillo apagándolo.

Alastair: Las relaciones comienzan con esperanza, tienes un cómplice, un amigo, un amor. Así vivimos cada día con alegría porque todo se ve perfecto, todo encaja en nuestras vidas. Pero muchas veces sucede que los sueños se rompen y la relación cambia, ya no te mira, ya no te valora, ya no te llama o si lo hace es cuando él quiere y no cuando tú lo necesitas, haciéndote sentir tristeza e impotencia de no saber qué hacer. Y es justo que te sientas enfadada si lo has dado todo. Pero, ¿qué sigue? Simple, decir adiós, salir con la frente en alto convencida de que lo diste todo y que disfrutaste los momentos buenos de la relación y que de los malos aprenderás para mejorar tu presente y evitarlos en el futuro. Puede ser complicado, pero primero estas tú, no importa que sobre la marcha lo entiendas, porque así sucede en muchas ocasiones.

Dina: Nadie conoce al verdadero Guido como yo.

Alastair: Te dieron por muerta Dina, para Guido estás bien muerta.

Mandala se acercó tomando mis manos, se las arrebaté de inmediato, nada de lo que ellos digan era mi verdad, conozco mis motivos por el que tuve que callar, el que tuve que darme por muerta a pesar que el dolor me consumía en no tener a mis hijos cerca de mi, pero ellos no lo entenderían.

Alastair: ¿Qué les dirás a tus hijos cuando sepan que estás viva? ¿Qué les dirás cuando te pregunten por que no estabas con ellos?

Dina: Nadie sabe mis motivos, No lo pienso cambiar por Nadie, ni nada, si estoy con él es porque de verdad me importa y nadie sabe cuánto, yo a él lo amo demasiado absolutamente no lo saben, pediré perdón si es necesario, si le hice creer que siempre comete errores, que siempre veo lo malo en él, y la verdad estoy equivocada, yo no quiero que cambie lo amo por como es, Sólo debería mejorar en eso, a veces eso demuestra lo contrario, Pero no olviden que yo lo amo a pesar de eso, mis sentimientos no cambiarían por eso, tenlo por seguro,

Alastair: Vas contra la marea, ese tipo de hombres solo quien le importa de verdad estará con ella, no es tu caso.

Dina: Digan lo que digan, él volverá a mí, le puedo dar los hijos que él desee, ya pasó una vez, lo puedo volver hacer.

Mandala: No mientras exista Elena con vida, ahora esa mujer es nuestro mayor problema, sabrá Dios donde está, pero tiene a Laura que es la entrada a este mundo que quieres, si en vez de dañarla la hubieras cuidado, otra cosa pintaría para ti.

Rodé los ojos caminé directo hacia la puerta, no escucharía más de ellos, abrí la puerta mirando hacia ellos.

Dina: Lo que tengo que hacer, lo sé muy bien, ustedes no me mandan y nunca lo van hacer, los acercaré a los Italianos, las mujeres son su punto débil y ya rompí a Elena, Laura y Valentina, me faltan dos y no quiero que se metan.

Cerré la puerta tomando mi celular, había cosas que aun tenía por hacer y lo que tengo que hacer tiene que ver en recuperar a Guido cuanto antes, no me importa si matar a Elena sería la prioridad mía, pero nadie me va a volver a decir que es lo que tengo que hacer, una vez tuve que soportar la presencia de Beida, saber que él estuvo un día antes de su boda haciendola su mujer, ese sentimiento se murió cuando ella también murió, Elena será quien le haga ver su suerte que no hay mejor que yo.

Busqué el contacto que necesitaba, era momento de empezar con esta venganza donde no me importaba si lastimaba más a Elena, pero esa mujer, que desaparece de la vida de Guido y la mía, lo hará.

Realicé la llamada que por mucho tiempo estaba esperando por hacer, sé que esto a muchos los tomará por sorpresa, pero el momento llegó, tenían que saber que estoy viva y no lo dejaría pasar más tiempo, además que Guido no era el único que tiene derechos sobre mis hijos, igual yo.

Llamada…. 

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