Capitulo 18: Boda

Desde que La Loba estamos unidos a través de una alianza de matrimonio, he mantenido un ojo constante sobre el territorio de aquel alfa insensato que osó rechazarla como su Luna. Mi vigilancia dio frutos cuando me informaron el patético espectáculo de la presentación de su nueva reina Luna. La diosa los rechazó con furia, humillándolos públicamente por su osadía de querer suplantar el lugar de su elegida y su voluntad. Una punzada de satisfacción me recorrió al enterarme. Ese imbécil le destrozó el corazón a Aylin, quien, a pesar de ser un auténtico dolor de cabeza, es una buena persona. Y no merecía ser tratada así por un cobarde incapaz de luchar por lo que quiere.

Tras recibir el devastador informe de lo ocurrido en la celebración que debió honrarla, me lancé en su búsqueda. Aunque el lazo de almas gemelas se ha desvanecido, persiste la inquietud de que la noticia la hubiera herido. Sin embargo, mis planes se desmoronaron al encontrarme nuevamente enredado en su manoseo. Un encuentro esta vez privado, lejos de miradas indiscretas. Su tacto, un fuego que recorre mis venas, despierta en mí sensaciones desconocidas. Mi mente clama por detenerla, pero mi cuerpo, traicionero, se niega a obedecer.

Huyo de su habitación, luchando contra la atracción que me arrastra hacia ella. Pero antes de cruzar la puerta, le anuncio que nuestra boda se celebrará en una semana. La razón es irrefutable: nuestro enlace será una afrenta directa al ego del despreciable rey alfa. Verla, a quien él despreció y esperó ver regresar humillada, convertida en mi reina, será un golpe devastador. Regresará más fuerte que nunca, demostrando que siempre fue digna de la corona.

Los días se desvanecieron en un torbellino de provocaciones, cada una de ellas una prueba a mi paciencia. La loba, con su astucia felina, parecía deleitarse en llevarme al límite, obligándome a ejercer un autocontrol férreo para no ceder a la bestia que ruge dentro de mí. Nuestro pacto es de conveniencia, un frío acuerdo, y no permitire que sus encantos raros, por seductores que fueran, me desvíen de ese camino.

Las puertas del palacio central se abrieron con un estruendo solemne, revelando a Aylin en toda su magnificencia. Mi aliento se escapó, mi corazón latiendo un ritmo caótico. El vestido de novia, una obra maestra única como ella, resalta sus curvas con un escote corazón que insinua la redondez de sus senos. El corsé, ceñido a su diminuta cintura, juega con transparencias que revelan su abdomen, un detalle que me fascina tanto como me atormenta, al saber que no soy el único testigo de su belleza. La falda, amplia y etérea, acaricia sus rodillas con cada paso, mientras su cabello, recogido en un elegante moño, se oculta bajo un velo de blanco inmaculado, adornado con pedrería que brilla al compás de la luz, como si el vestido mismo estuviera tejido con estrellas.

__¡Cierra la boca, que te va a entrar un enjambre de moscas, soñador!__. Exclamó Enzo, con su tono burlón habitual. Su voz me sacó bruscamente del trance en el que me había sumido la loba, una visión que me tenía más absorto de lo que debería.

__Cierra la boca, Enzo__. La advertencia salió de mis labios con un filo cortante, pero él, con una exasperante calma, levantó los brazos, ignorando mi furia como si fuera un simple juego de palabras.

Las palabras se atascaron en mi garganta. Justo cuando iba a hablar, la loba se plantó frente a mí, extendiendo su mano libre. En la otra, sostiene un ramo nupcial singular, una explosión de belleza insólita: rosas blancas, negras y rojas, entrelazadas en un contraste que me dejó sin aliento.

Bajo la atenta mirada de la loba y la solemnidad del consejo de ancianos, la ceremonia nupcial dio inicio. Lejos de los sermones sobre almas gemelas y amores predestinados, este ritual es una sencilla presentación ante el clan. Con un gesto sencillo, le quite el ramo nupcial a la loba, el cual le entregué a Sam. Esta, al lado de Enzo, quien fingió un torrente de lágrimas, un espectáculo que me contuve de interrumpir con una patada solo por la presencia del consejo. La formalidad del momento reprime mi impaciencia, pero la burla de Enzo resuena en el aire, un desafío silencioso que prometo saldar en cuanto la ceremonia concluya.

Con la mano libre, tomé la suya entre las mías y acerqué su cuello a mi boca. Mis colmillos se deslizaron suavemente sobre su piel, apenas rozándola, y succioné una pequeña cantidad de su sangre. Al retirarme, sellé la diminuta herida con mi saliva, sanándola al instante. Luego, fue su turno. Sus colmillos se hundieron en mi cuello, un escalofrío recorriendo mi cuerpo al sentir cómo extrae mi sangre. El roce de su lengua sobre la herida envió una oleada de calor que se extendió por todo mi ser.

El rito de la mordida, sello de nuestra unión, ha concluido. Sin embargo, al ser de linajes diferentes y tampoco ser almas gemelas, nuestras expectativas son modestas. La leyenda dice que solo cuando los dioses unen almas gemelas, un tatuaje místico florecera en la marca de la mordida, prueba de la voluntad y aprobación divina. Con la ceremonia finalizada, tomé la mano de Aylin para guiarla por las escaleras que nos ayudarán a descender del estrado. Pero un fulgor inesperado interrumpió nuestro descenso. Nuestros cuellos, donde cada uno había dejado sus colmillos, emitieron un brillo intenso, capturando la atención de todos los presentes y la de nosotros, porque eso no debía pasar.

El resplandor de nuestros cuellos se extinguió, y mi mirada se posó en la marca de mi mordida sobre la loba. Allí, donde la carne había cedido, una rosa negra de pétalos aterciopelados florece, hechizante y siniestra. Una corona dorada levita sobre ella, sin tocarla, como si la flor misma fuera la realeza encarnada. Murciélagos danzan a su alrededor en un remolino oscuro, y la luna llena, anormalmente grande y brillante, ilumina la imagen. Todo esto, solo tiene una respuesta que me niego a creer, porque es imposible y nunca había sucedido.

__Tu cuello, Aylin...__. Las palabras se escaparon de mis labios con una incredulidad que nubla mi visión. Lo que mis ojos están presenciando desafia toda lógica, y mi mente se resiste a aceptar la imposible realidad que se revela ante mí.

__No solo mi cuello, Kael, tu también llevas una marca__. Susurró la loba, capturando mi atención por completo. Incrédulo, pedí un espejo y Enzo me lo tendió. Al verme reflejado, el pequeño espejo casi se me escapa de las manos. Allí, en el mismo lugar donde la loba me había mordido, una marca idéntica a la suya brilla con una luz extraña.

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Holis 👋🏼👋🏼👋🏼.

Por aquí regrese con un nuevo capítulo ☺️, cada uno 😁 más interesante que el otro y con sorpresas ❤️.

Los leo en los comentarios 💌.

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Comments

Maria T Polo Marquez

Maria T Polo Marquez

Q emoción q son parejas destinados la diosa luna hizo de la suya ya no podrás tenerla dante estúpido y ojalá le de poderes a los dos para q no puedan vencerlos q luchar x el amor ahora sí más capitulos x favor está increíble está historia yupi

2025-04-12

6

Mitsuki G

Mitsuki G

jaja Kael no quiere aceptar que Aylin lo atrae pero como se quedó con la boca por verla y por fin fue la boda se acerca la noche de bodas pero ahora sí la diosa los unió como almas gemelas ahí está la muestra que no lo eran pero la diosa los unió aún de ser de diferentes linaje ya quiero ver la cara de Dante al verla unida alguien más siendo reina y bendecida por la diosa luna

2025-04-12

3

Kathy Roma

Kathy Roma

puede ser que sus anteriores parejas no lo fueran y solo fue como una prueba y ellos siempre estuvieron destinados a estar juntos
o la otra es que son ambos su segunda oportunidad de ser felices

2025-04-12

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