Sombras en la Carretera

El carro avanza por la carretera desierta bajo el resplandor tenue de las luces. Dentro del vehículo, el ambiente está cargado de tensión. Teresa, sentada en el asiento trasero, observa el paisaje que se desplaza rápidamente. Sus pensamientos la asaltan, oscilando entre el miedo, la duda y la incertidumbre. Aunque los tres intentan mantener la calma, ninguno de ellos puede ignorar lo que está ocurriendo.
Teresa
Teresa
(mirando por la ventana, en voz baja, susurrando para sí misma) Algo no está bien. Tengo la sensación de que nos están observando. No puedo quitarme el presentimiento de que algo terrible ha pasado con mi familia.
Daniel
Daniel
Estás bien? Sabes que puedes hablar, ¿verdad?
Teresa
Teresa
No lo sé, Daniel… Es solo que siento como si todo lo que conocía estuviera cambiando, desmoronándose. No me imagino cómo estarán ellos ahora, si es que siguen vivos.
Javier
Javier
No pienses en eso, Teresa. Lo importante es que sigamos adelante, que no dejemos que el miedo nos venza.
Teresa siente una punzada en el pecho. Javier nunca parece alterar su calma. Su voz es siempre serena, como si no tuviera miedo de nada. Pero, por alguna razón, eso no la tranquiliza, la inquieta aún más. En otro lugar, en la oficina de Raúl, la atmósfera es densa. Don Ramón está atado a una silla, su rostro demacrado pero lleno de rabia contenida. Raúl está de pie frente a él, observándolo con una sonrisa de satisfacción cruel, mientras sostiene una copa de vino en la mano.
Raúl
Raúl
Te creíste más listo, ¿verdad, Don Ramón? Pensaste que podías jugar a dos bandos, pero al final, todos terminamos pagándola. Y tú, viejo, ya la pagaste.
Don Ramon(abuelo)
Don Ramon(abuelo)
Ni tú ni nadie me va a destruir, Raúl. Lo que hice, lo hice por mi familia, y nadie va a romper lo que hemos construido.
Raúl
Raúl
Tu familia ya está caída, Don Ramón. Todo lo que construyeron se va a desmoronar. Y tú serás el primero en verlo
(Se escucha un ruido en la puerta. Uno de los hombres de Raúl entra rápidamente, interrumpiendo la conversación.)
Hombres
Hombres
Raúl, tenemos un problema. Los hombres de la mafia italiana están buscando a Javier. Preguntan por él, y han comenzado a hacer preguntas por toda la ciudad.
(El rostro de Raúl se endurece al instante. La mafia italiana no es solo una simple amenaza, es el poder al que se enfrenta, y no tiene intención de ceder.)
Raúl
Raúl
La mafia italiana? ¿Y qué quieren conmigo? Ya los dejé atrás. No tienen nada que buscar aquí.
Hombres
Hombres
Es Javier. Saben que él estaba al mando en varios asuntos. Están preguntando directamente por él. Nos están presionando.
(La expresión de Raúl se torna peligrosa, pero es consciente de que no puede hacer nada sin saber qué está pasando. Javier, al ser parte importante de la mafia italiana, se ha convertido en un objetivo crucial. Raúl aprieta los dientes, sintiendo que el peligro se acerca.)
Raúl
Raúl
Sabes algo de Javier, viejo? ¿Dónde está él?
Don Ramon(abuelo)
Don Ramon(abuelo)
Lo que haga ese tipo no me interesa. Haz lo que quieras con él, Raúl. No me importa.
Mientras tanto, el carro sigue su camino, y la sensación de que algo va mal se hace cada vez más palpable. Teresa, mirando por la ventana, siente cómo su corazón late más rápido. La ansiedad la consume, como si presintiera lo que está por venir. El sonido de los motores que aceleran la rodea, y no sabe si es la oscuridad que la hace sentir atrapada o el sentimiento de estar corriendo de algo que no entiende. De repente, Javier acelera el carro sin previo aviso, haciendo que todos se agarren a sus asientos.
Daniel
Daniel
Javier, ¿qué haces?!
Javier
Javier
Mantén la calma, Daniel. Los tenemos detrás.
Teresa
Teresa
Detrás? ¿Quiénes son?
(En ese momento, Teresa ve dos coches negros a gran velocidad aproximándose por detrás. El peligro es inminente. Los hombres que van en esos carros no parecen estar simplemente persiguiéndolos. Hay algo mucho más oscuro detrás de su presencia.)
Daniel
Daniel
Por qué no me dijiste nada? ¿Quiénes son esos tipos?
Javier
Javier
No es momento para preguntas, Daniel. Solo mantén la calma.
(Teresa siente que la adrenalina recorre su cuerpo. El carro de los perseguidores se acerca peligrosamente. Javier, con calma mortal, gira el volante bruscamente, desviándose hacia un camino de tierra que se aleja de la carretera principal. Los carros rivales siguen su rastro, sin dejar de acelerar.)
Teresa
Teresa
¿qué vamos a hacer?!
Javier
Javier
Lo que tenemos que hacer. Mantente quieta.
(En ese momento, Teresa se siente confundida y aterrada, pero también una extraña admiración por la frialdad de Javier se apodera de ella. Él está tan seguro de sí mismo, tan imperturbable, que por un segundo, Teresa se siente atraída por esa calma letal que emana. En contraste, Daniel, con su preocupación evidente esta que vomita de tanta vuelta y con los nervios a flor de piel. Teresa, aún más confundida, no sabe a quién confiarle su futuro: si a la confiable dureza de Javier o a la cercanía protectora de Daniel.) (El carro de Javier hace una maniobra brusca, esquivando los disparos de los hombres que los siguen. Javier, con una precisión mortal, dispara de vuelta, obligando a los rivales a frenar momentáneamente. La distancia entre los dos vehículos comienza a aumentar.)
Daniel
Daniel
(mirando a Javier con una mezcla de admiración y desconfianza) No puedo creerlo… ¿Quién eres realmente?
Javier
Javier
No hay tiempo para preguntas, Daniel. Estamos lejos, pero aún no hemos terminado.
(Después de unos minutos de tensión absoluta, el carro de los perseguidores finalmente desaparece en la distancia. Los tres respiran aliviados, aunque la calma no dura mucho.)
Teresa
Teresa
No sé qué pensar… Pero gracias por salvarnos, Javier. Aunque no sé si me tranquiliza o me asusta aún más.
Javier
Javier
Mantengan la calma. Aún no hemos llegado a un lugar seguro.
La noche ya había caído por completo cuando el carro de Teresa, Javier y Daniel llegó a una gasolinera solitaria en medio de la carretera. Las luces fluorescentes titilaban en el oscuro paisaje, casi como si la gasolinera fuera un faro solitario en la vastedad de la nada. La gasolina escasa y los pocos autos estacionados eran una clara señal de que no había mucho más por ahí. Teresa se estiró en el asiento del pasajero, agotada, mientras Daniel aparcaba cerca de la tienda de la gasolinera.
Teresa
Teresa
Dónde vamos ahora? [preguntó, casi en un susurro, frotándose los ojos para despejarse.]
Javier
Javier
Tal vez haya alguien que conozca un buen lugar. No es tan sencillo, pero… podemos intentarlo.
Teresa asintió, pero no dijo nada más. Estaba demasiado cansada para hablar. Mientras Daniel se acercaba al pequeño despacho de la gasolinera, Javier se quedó observando el horizonte desde el asiento trasero, pensativo. Su mirada estaba fija, como si buscara algo en la oscuridad, pero nadie sabía exactamente qué. La tensión en el aire era palpable. Teresa, por su parte, intentó relajarse un poco, pero pronto se quedó profundamente dormida.
La puerta de la tienda de la gasolinera chirrió al abrirse, y un hombre de mediana edad, con una camisa manchada de gasolina, salió al verlos entrar. Era el único que parecía estar allí, y su mirada curiosa se fijó en ellos.
Javier
Javier
Buenas noches. ¿Podemos hacerle una pregunta? Estamos buscando un sitio donde quedarnos por unos días, algo… discreto. ¿Conoce algún lugar?
Hombre
Hombre
(Con tono reservado) Hay una cabaña en las colinas, al norte de aquí. Unas pocas millas, algo apartado. Si están buscando paz y tranquilidad, es el lugar adecuado. —hizo una pausa, mirándolos de reojo—. Un amigo mío tiene el contacto, un tipo llamado Mario. Puedo darles su número si necesitan.
Daniel
Daniel
Eso suena bien. ¿Nos puede dar el número? —preguntó rápidamente, con esperanza en la voz.
Hombre
Hombre
(Con voz baja)Lo llamaré no necesitan llamarlo pero no siempre es fácil encontrarlo, pero si lo buscan bien, el tipo sabrá qué hacer.
Daniel
Daniel
Gracias
Regresaron al carro, donde Teresa seguía dormida, aparentemente ajena a todo lo que pasaba. Daniel se sentó al volante y arrancó el motor nuevamente. Javier se acomodó en el asiento del pasajero, mirando por la ventana mientras el coche avanzaba en la oscuridad de la carretera.
Daniel
Daniel
Vayamos directos al grano.
Daniel
Daniel
Escuché a mi papá hablar en ma madrugada de ti
Daniel
Daniel
Seguro que no tienes algún vínculo con la mafia italiana, Javier?
Javier lo miró fijamente, como si estuviera evaluando qué responder. La pregunta quedó en el aire, densa y cargada de tensión.
Javier
Javier
Mafia italiana? Eso es una suposición bastante grande. —dijo, evitando la mirada de Daniel. —No sé de dónde sacas esas ideas, pero lo único que sé es que, si estás buscando a alguien relacionado con la mafia, probablemente no te convenga hablar de eso en voz alta.
Daniel no se dejó engañar, su desconfianza crecía a medida que las palabras de Javier se deslizaban.
Daniel
Daniel
(Con tono frío) No soy tonto, Javier. He visto cómo te mueves. Y lo de esa gasolinera, esos contactos… no es algo que te enseñen en la universidad, ¿verdad? No es algo que se aprenda en las clases de Derecho.
Javier
Javier
No todo es lo que parece, Daniel. Y no todo en la vida se aprende en las aulas. A veces tienes que aprender por las malas.
Daniel
Daniel
Claro, por las malas. Eso parece ser tu especialidad, ¿no? Todos esos contactos, esa habilidad para conseguir lo que quieres. Pero dime, ¿cómo te metiste en todo esto? ¿De verdad tienes alguna conexión con la mafia italiana o solo estás metido en lo que puedas, mientras puedas?
Javier
Javier
No todos los caminos son claros, Daniel. A veces solo tienes que seguir lo que la vida te da.
Daniel
Daniel
¿Y Teresa? ¿Qué pasa con ella? ¿No te importa que ella esté metida en todo esto?. Porque, ya sabes, no me parece casualidad que la hayas metido en este problema. No parece casualidad que todo lo que tocas termine en caos.
Javier
Javier
No la metí en esto. Teresa tiene sus propios motivos para estar aquí, igual que tú. Y si estás tan preocupado por ella, entonces, ¿qué estás haciendo con nosotros, Daniel? ¿Por qué no te alejas? Es fácil, ¿no? Puedes irte, dejar que todo se hunda si es tan complicado para ti.
Daniel
Daniel
No es tan fácil. ¿Sabes por qué? Porque no puedo permitir que alguien como tú siga manipulando a Teresa. ¿Qué más sabes de ella? ¿Qué más planeas hacer?
Javier
Javier
Manipular? No me hagas reír. Teresa no es una niña, Daniel. Y tú no eres su salvador. No puedes protegerla de todo lo que está por venir. ¿O crees que todo esto va a desaparecer si la mantienes alejada de mí? Si tanto te importa, ¿por qué sigues ahí? ¿Qué te hace pensar que no tienes nada que ver con lo que pasa?
Daniel
Daniel
No sé qué estás jugando, Javier. Pero lo que sí sé es que no me voy a quedar de brazos cruzados. No te voy a dejar arrastrarla más.
Javier
Javier
Si tan preocupado estás, entonces abre los ojos, Daniel. No todo es blanco o negro. No todos somos tan simples como parece. Y si crees que estás en control, entonces ya estás más metido en este problema de lo que piensas.
Javier
Javier
O acaso te preocupa tanto el hecho que me quiso traer?
La conversación se detuvo. Daniel no podía dejar de pensar en Teresa y en las palabras de Javier. Pero seguía preguntándose: ¿Qué tan involucrado estaba Javier realmente con la mafia italiana? ¿Y cuál era su plan con Teresa?
Después de unos minutos de tensión en el aire, finalmente llegaron a la cabaña. Daniel estacionó el coche frente a una pequeña casa en medio de la nada, rodeada de árboles y oscuridad.
Daniel
Daniel
Teresa despierta ya llegamos[intenta tocarla para que se despierte]
Javier
Javier
[lo empuja]
Javier
Javier
[susurrando] la voy a cargar no la quiero despertar
Javier
Javier
[carga a Teresa y camina hacia la entrada]
Daniel
Daniel
[pensando] maldito, te juro que si le pasa algo a Teresa te mato
~FIN DEL 4º CAPÍTULO~
Muchas gracias por leer y por el apoyo que le estan dando a la serie, mañana habrá otro capítulo!☺️
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Comments

Brenda🤍💋

Brenda🤍💋

No que era para mañana el capítulo?

2025-04-08

22

hêrmïnïå

hêrmïnïå

Ahora sí Javier va a quedar con Teresita 😍

2025-04-08

24

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