Amarte Duele
Las hojas de los árboles poco a poco dejaban las ramas, el otoño se acercaba y el frío cada día era más fuerte, iba a hacer un fuerte otoño, eso lo sabían los moradores de aquel pueblo llamado Greenwich, del suroeste de Londres.
Era un pueblo acogedor que se dedicaba a la pesca y la agricultura, todos se conocían entre sí, reinaba la paz y la armonía, pocas veces pasaba algo interesante o dramático por aquellos lugares.
La familia más influyente eran los Jones, Sara y Oliver tenían la mayor parte de las tierras en esa zona, pero eran muy sencillos y amables. La pareja tenían dos hermosas hijas, Sofía y Luna, criadas en un hogar de amor y respeto.
Sofía tenía veinte años mientras que Luna quince, a pesar de sus años de diferencia, tenían una linda conexión, aunque eran muy distintas, mientras que Sofía era extrovertida y fácil de hacer amigos, su hermana era lo contrario, llena de inseguridades e introvertida, le costaba mucho entablar una conversación con los demás, era de pocos amigos, por no decir, que no tenía ninguno.
Las pocas amigas que tuvo, fue porque sus padres le pedían que se hicieran amigas de ella, les preocupaba el estado de su hija menor y pensaban que así lograrían sacarla de aquel estado, pero lo que no sabían era que por culpa de eso, Luna en muchas ocasiones recibió bullying por parte de sus compañeros de secundaria.
Aquella tarde, justo cuando el sol tocaba el horizonte, la familia Jones se sentó en la mesa lista para cenar, los pilares de aquella familia tenían que dar una noticia y sabían que no iba a ser del agrado de una de sus hijas.
- Hay algo importante que tenemos que decirle-. Dijo Oliver aclarando su garganta.
Las dos chicas dejaron de saborear su cena y prestaron atención a lo que su padre tenía por decir.
- Como saben, papá y mamá están retirados de sus asuntos empresariales, la edad es un obstáculo y como único hijo, han decidido darme absoluta tutela a sus empresas y negocios-. Empezó a explicar Oliver.
Luna cerró sus ojos, ya sabía lo que su padre intentaba decir, pero aun así, guardaba la esperanza de que ella estuviera equivocada y su padre no dijera lo que suponía.
- Nos mudaremos a la ciudad-. Dijo Sara ayudando a su esposo con las palabras.
- Por mí está bien, tengo más posibilidades de entrar a una mejor universidad-. Dijo Sofía viendo el lado positivo de todo.
Sara y Oliver miraron a Luna, que todo el tiempo había permanecido callada, necesitaban saber la opinión de su hija menor, querían lo mejor para cada una de ellas, y si Luna no se sentía segura, Sara y Oliver buscarían la solución para no incomodar a su hija.
- ¿Qué opinas tú, Luna?-. Preguntó con amabilidad, Sara.
Luna apretó sus manos bajo la mesa, ella no quería irse de allí, no porque tuviera amigos o algún amor, pero prefería quedarse con aquellas personas que conocer nuevas, no sabía cómo iban a hacer con ella.
Pero también sabía que aquello era importante para sus padres, ambos eran de la ciudad, pero por problemas del pasado les tocó venir a hacer una vida acá, pero siempre notó que sus padres no eran felices viviendo en aquel pueblo, y Luna no quería seguir siendo el impedimento de la felicidad de sus padres.
- Yo...yo creo que sería bueno un cambio de ambiente-. Fingió una sonrisa.
Las sonrisas en el rostro de sus padres fue una curita para su corazón. Terminaron la cena y cada una fue a empacar sus cosas, al día siguiente era la mudanza y no tenían nada arreglado, pues Sara y Oliver primero querían saber de la opinión de sus hijas, después de todo, la felicidad de las dos, era la felicidad de ellos.
Cuándo el reloj toco las doce de la noche, Luna seguía dando vueltas en su cama, se sentía ansiosa y no pudo contener las lágrimas que salieron sin su permiso, lloró hasta que el sol se asomó por el horizonte, apenas y había dormido.
Se levantó y al verse con sus ojos hinchados y llorosos, decidió colocarse unas gafas de sol, para ocultar su nefasto estado a sus padres.
Fue la última en subir al auto, todos los vecinos fueron a despedirlos, eran muy queridos y esperaban que todo les fuera bien en la ciudad.
El viaje fue de dos horas, y en todo el trayecto Sofía no paraba de hablar con sus amigas que se habían venido a estudiar a la ciudad, seria como un reencuentro para ella, mientras que Luna, solo observaba los árboles pasar.
Antes de ir a dónde sería su nueva casa, los Jones pasaron por dónde vivían los padres de Oliver, al ingresar Sofía y Luna no ocultaron su asombro.
- ¡Frederick llegaron las niñas!-. Gritó Tracy, la abuela de Sofía y Luna.
El anciano al oír a su esposa no dudó en ir a recibirlas, llevaba tiempo sin verlas, las abrazó dándoles paso a que pasaran a la casa.
- Han crecido demasiado desde la última vez que fuimos a verlas-. Dijo Tracy llevando galletas caseras.
Sofía seguía siendo parlanchina mientras que Luna apenas y respondía con palabras simples a lo que sus abuelos le preguntaban.
- Antes de que se vayan, quería pedirles un favor-. Dijo Frederick.
- Somos todo oídos, padre-. Dijo Oliver atento a lo que su padre les iba a decir.
- Nadie debe saber que son parte de esta familia, han estado sucediendo ciertas cosas y no quiero poner en peligro a mis nietas ni a ustedes, así que Oliver tú entraras haciéndote pasar por un hijo de un buen amigo mío, no te preocupes, lo tengo todo arreglado, nadie sabe que tengo un sucesor, así que hay que actuar con cuidado-. Explicó Frederick.
Oliver aceptó las condiciones de su padre, él sabía muy bien lo que decía, pues en el pasado tocó irse por los mismos problemas, dado que los padres de Oliver era la familia más millonaria de todo Londres.
Cuándo abandonaron la casa de sus abuelos, Luna y Sofía junto a sus padres, fueron directo a dónde sería su nuevo hogar, una ciudadela privada con casas que valían una millonada, después de todo, Frederick no iba a dejar que sus nietas pasaran calamidades por culpa de males ajenos.
El carro de mudanza se estacionó frente a una casa de tres pisos, la segunda más grande de la ciudadela, Sofía al verla se bajó de inmediato corriendo a la entrada mientras que Luna bajó después, dando pasos ligeros, no estaba tan emocionada como su hermana.
Después de desempacar, Luna decidió dar una vuelta por la ciudadela, esperaba encontrar un bosque para aventurarse en él y así ocultarse del ojo de las personas.
- ¡Cuidado!-. Gritaron antes de que una pelota rebotara en la cabeza de Luna.
Con su cabeza dando vueltas se levantó de inmediato, miró a su alrededor y notó de donde había venido aquellos gritos, se avergonzó al percatarse de que seguro iba inmersa en sus pensamientos que no se fijó de la pelota.
- Lo lamento mucho, discúlpame-. Le dijo una chica de cabellos rizados.
Luna la observó de pies a cabeza, le recordaba a la protagonista de su película favorita "Valientes" con su enorme melena rizada y esponjosa.
- Dis... discúlpame tú, fue mi error por venir distraída-. Le dijo tímida.
- ¿Eres la chica nueva que se mudó frente a la casa de los Wilson?-. Preguntó otra chica acercándose.
- Sssi-. Dijo nerviosa.
- No temas, somos buenas, pero si te juntas a jugar un poco de básquetbol con nosotras te destrozaremos si eres del equipo contrario-. Dijo la de cabello rizado.
- La estás asustando, Madison-. Le reclamó la otra chica.
- Es broma, me llamo Madison Davis y ella es Emily Taylor y desde hoy seremos mejores amigas por siempre-. Dijo Madison abrazando a Luna y Emily
➿➿➿➿➿➿➿➿➿➿➿➿➿➿➿
Hello mis queridos lectores, aquí una nueva fascinante historia, espero le den mucho amor como a las demás y sea de su agrado.
Las estoy leyendo
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 60 Episodes
Comments
jmlanena
Y en otros momentos, la alegría y felicidad de los padres es a costa del sufrimiento de los hijos!!!! Que ironías tiene la vida? 🤷
2025-04-05
0
jmlanena
El mejor ejemplo que nos muestra cuando la felicidad de los hijos es el sacrificio y sufrimiento de los padres!!! 🥺🥺🥺
2025-04-05
0
jmlanena
El recibimiento de las vecinas es muy cálido a pesar del golpe con la pelota que no fué intención.
2025-04-05
0