La Reencarnación De La Hija Ignorada Del Duque
El Reino de Alyria estaba al borde del colapso. Las naciones vecinas se preparaban para atacar, y la guerra ya había comenzado a desgarrar las fronteras. Sin embargo, en el interior de la corte, un conflicto mucho más profundo se libraba. No era una guerra de espadas ni de ejércitos, sino de traiciones, ambiciones y secretos oscuros. Liliane D’Este, hija de una familia noble, había vivido a la sombra de sus hermanos durante años. A pesar de ser la mejor espadachína del reino, su linaje no la favorecía; sus logros en el campo de batalla eran ignorados por su propia sangre. A lo largo de su vida, Liliane había aprendido a no esperar nada de su familia, pero había decidido que lucharía por su país, no por ellos.
La gran oportunidad de su vida llegó cuando el segundo príncipe Aiden, heredero al trono, la eligió como su prometida. Era un compromiso político, sí, pero también una oportunidad para que Liliane tuviera la influencia que tanto deseaba. Aiden, un hombre de temperamento calculador y una inteligencia aguda, sabía que Liliane era la única que podía ayudarle a asegurar su lugar en el trono. Ambos formaban una alianza sólida, y Liliane, aunque desconfiada, se entregó a la causa.
Seraphine Devereux, la cortesana astuta y encantadora, no tardó en darse cuenta de que Liliane era un obstáculo para sus propios planes. Aunque era amante del príncipe, no deseaba que la guerrera compartiera la cercanía y la influencia que Liliane ejercía sobre él. Seraphine sabía que para conseguir lo que quería, debía desplazar a Liliane. La belleza y la inteligencia de Seraphine no eran más que una fachada, detrás de la cual se escondía una ambición insaciable por el poder. Usó su seducción y sus astutas manipulaciones para ganarse el corazón de Aiden, despojándolo de su lealtad a Liliane.
A pesar de las maniobras de Seraphine, Aiden aún no podía ignorar el valor de Liliane en el campo de batalla. Ella era su protectora, su apoyo incondicional. Juntos, lograron conquistar varias victorias cruciales para el reino. Pero la relación entre ellos se tensó cuando Aiden, cada vez más influenciado por Seraphine, comenzó a distanciarse emocionalmente de Liliane.
Una noche, mientras el reino celebraba otra victoria, Aiden llamó a Liliane a su cámara privada. La tensión en el aire era palpable. Liliane, con la espada a su lado, entró confiada, esperando encontrar en él el mismo respeto que siempre había tenido por ella. Pero algo había cambiado en Aiden.
Aiden
(mirando fijamente a Liliane con seriedad)
-Liliane... Lo que hemos logrado juntos ha sido impresionante, pero el reino necesita más que solo victorias. Lo que necesitas entender es que yo soy el futuro de este reino, y tú, aunque útil, ya no eres indispensable.
Liliane
(frunciendo el ceño, confundida y sorprendida)
-¿Qué estás diciendo, Aiden? ¿Cómo puedes decirme eso después de todo lo que hemos hecho juntos? ¡No te estoy fallando!
Aiden
(se levanta lentamente de su trono, con frialdad en sus ojos)
-Ya no te necesito como mi protectora, Liliane. Seraphine y yo hemos planeado un futuro juntos. La guerra está ganada, y ahora, el trono es mío. Lo que haces aquí ya no tiene sentido.
Liliane
(*el corazón le late fuerte mientras asimila las palabras de Aiden)
-¿Me estás diciendo que todo lo que hemos vivido fue solo para que me traiciones cuando más te necesitaba? ¡Este reino se debe a lo que hemos luchado juntos!
Seraphine
(entrando en la habitación con una sonrisa fría, cruzando los brazos)
-Es el momento, Liliane,"(dice con suavidad, pero una frialdad palpable)
El príncipe ha hablado. Ya no eres necesaria.
Liliane
(mirando a Seraphine con furia creciente)
-¿Tú? ¿Acaso no tienes nada mejor que hacer que jugar con las vidas de los demás, Seraphine?
Aiden
(con un suspiro de impaciencia, desenfundando su espada)
-Ya basta, Liliane. (su voz se torna severa)
Te lo advertí. Este es el fin de tu reinado como mi aliada.
Liliane
(con los ojos llenos de dolor, mirando a Aiden por última vez)
-Si alguna vez me amaste, si alguna vez me consideraste alguien... ¿por qué? ¿Por qué ahora? No lo puedo creer...
Antes de que Liliane pudiera decir algo más, Aiden alzó su espada y, en un movimiento mortal, la clavó en su abdomen. Liliane cayó al suelo, el dolor lacerante llenó su cuerpo, pero lo que realmente la desgarró fue la traición en los ojos del hombre que amaba. En su último suspiro, miró Aiden.
Aiden
(mirando fijamente a Liliane con seriedad)
-Liliane... Lo que hemos logrado juntos ha sido impresionante, pero el reino necesita más que solo victorias. Lo que necesitas entender es que yo soy el futuro de este reino, y tú, aunque útil, ya no eres indispensable.
Liliane
(frunciendo el ceño, confundida y sorprendida)
-¿Qué estás diciendo, Aiden? ¿Cómo puedes decirme eso después de todo lo que hemos hecho juntos? ¡No te estoy fallando!
Aiden
(se levanta lentamente de su trono, con frialdad en sus ojos)
-Ya no te necesito como mi protectora, Liliane. Seraphine y yo hemos planeado un futuro juntos. La guerra está ganada, y ahora, el trono es mío. Lo que haces aquí ya no tiene sentido.
Liliane
(*el corazón le late fuerte mientras asimila las palabras de Aiden)
-¿Me estás diciendo que todo lo que hemos vivido fue solo para que me traiciones cuando más te necesitaba? ¡Este reino se debe a lo que hemos luchado juntos!
Seraphine
(entrando en la habitación con una sonrisa fría, cruzando los brazos)
-Es el momento, Liliane, (dice con suavidad, pero una frialdad palpable)
El príncipe ha hablado. Ya no eres necesaria.
Liliane
(mirando a Seraphine con furia creciente)
-¿Tú? ¿Acaso no tienes nada mejor que hacer que jugar con las vidas de los demás, Seraphine?
Aiden
(con un suspiro de impaciencia, desenfundando su espada)
-Ya basta, Liliane. (su voz se torna severa)
-Te lo advertí. Este es el fin de tu reinado como mi aliada.
Liliane
(con los ojos llenos de dolor, mirando a Aiden por última vez)
-Si alguna vez me amaste, si alguna vez me consideraste alguien... ¿por qué? ¿Por qué ahora? No lo puedo creer...
Antes de que Liliane pudiera decir algo más, Aiden alzó su espada y, en un movimiento mortal, la clavó en su abdomen. Liliane cayó al suelo, el dolor lacerante llenó su cuerpo, pero lo que realmente la desgarró fue la traición en los ojos del hombre que amaba. En su último suspiro, miró Aiden.
Liliane
(con un hilo de voz, antes de perder la consciencia)
-Te amé... pero... no te importé... no.… me... importas...
Con la mirada fija en él, Liliane respiró con dificultad, su vida desvaneciéndose poco a poco. Pero, antes de morir, algo pasó en su corazón. Liliane miró a Aiden, al hombre que una vez amó, y en su mente se formó un último pensamiento: No dejaría que esta traición quedara sin respuesta.
Seraphine
(con una sonrisa triunfante)
-Finalmente, todo está en su lugar. Aiden será mío, y Liliane ya no será un obstáculo.
Aiden
(mirando el cadáver de Liliane, sin una pizca de remordimiento en su rostro)
-Te lo dije, Liliane, (en un susurro casi imperceptible)
-Eres una pieza que ya no encaja en mi juego.
En el momento en que la vida de Liliane se extinguió, su alma flotó por encima del cuerpo inerte. En sus últimos momentos de conciencia, vio cómo Aiden y Seraphine celebraban su victoria sobre ella. La traición de ellos dos la rompió por dentro, pero también la llenó de una determinación feroz: ¡No dejaría que su sacrificio fuera en vano!
Adrian (Primer Príncipe)
(en su propia habitación, al enterarse de la muerte de Liliane, grita con furia)
-¡Hermano! ¡¿Cómo pudiste?! ¡Si de verdad la amabas, nunca habrías dejado que esto sucediera! ¡Te cegó el poder, y ella pagó el precio por tu ambición!
Aiden
(sin emoción alguna, mirando fijamente a Adrian)
-Te advierto, Adrian, (con una voz fría y calculadora)
Si sigues interfiriendo, acabaré con todo lo que queda de ti también
Adrian
(con los puños apretados, sus ojos llenos de furia)
-¡Esto no va a quedar así! ¡Voy a vengar su muerte! ¡Nadie, ni tú ni Seraphine, quedarán impunes!
Pero antes de que Adrian pudiera actuar, la traición ya se había adueñado de todo. La furia de Adrian lo llevó a enfrentarse a Aiden, pero el príncipe, ahora emperador, no iba a ceder tan fácilmente. En un giro mortal, Adrian cayó también, junto con Liliane.
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Comments
Liliana Barros
Un comienzo emocionante. Liliane no puede quedar sin venganza. Y ese infeliz del príncipe y su zorra, deben pagar 😡😡😡😡
2025-07-16
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