Lleguo la noche, Amira se bañó en su habitación, desde que llegó no salia, sabía que tenía que irse, ya lo hubiera hecho, pero negaron su salida, para no discutir más solo se quedo, a primera hora se iría.
se puso una ropa cómoda que le trajeron era un vestido blanco de seda, era cómodo y suave, llegando a sus rodillas, un poco transparente.
Estaba aburrida, se cansó leyendo libros de poder del fuego, y toda la vida y poder de los Dragonesy vida de los Reyes, pero ninguno la ayudo, cuando empezó a sentir hambre, ya pasaba de las dos de la mañana, y en el castillo seguro dormían todos pensó.
Agarro su linterna de mano, y fue en busca de la cocina, sus enormes pasillos eran terroríficos de noche, la oscuridad era como un pozo sin fondo.
Escucho una melodía suave, cuando vio un gran piano en medio de la sala, bajo apagando la linterna, Gley tocaba con tal concentración, su hermosa melodía invadió el cuerpo de Amira, Solo quedó mirándolo en silencio, cerró los ojos para sentir la melodía.
Cuando se detuvo de golpe, Gley estaba mirándola fijo, Amira sonrió nerviosa y se fue rápido de su vista, no quería hablar con él, menos ahora que lo interrumpió. Llegó a la cocina a paso ligero, cuando entró y prendió las luces de golpe, agarro un pan y manteca, lo más rápido para volver a su habitación.
Tomo un poco de leche, cuando alguien atrás de la esquina estaba sentado en la mesada comiendo.
Amira miró Maldiciendo por dentro, miró de reojo a Cedric que comía, Solo hizo una reverencia y se fue corriendo, ya estaba que le tragaba tierra.
Llego rápido a su habitación, comió tranquila mirando su gran vista, salió al balcón con un saco arriba, estaba haciendo mucho frío para su gusto.
Se subió al barandal sintiendo el viento frío en su rostro.
- ¿Qué haces ahí? - Dijo Gley asustándola.
Amira se tambaleó por el susto, Sintió como la agarraron rápidamente por la cintura.
Sus rostros estaban tan cerca que se podía ver el verdadero color de ojos, sus respiraciones estaba aceleradas, su corazón latió asiendo que fuera un concierto.
- No puedes... Sentarte en el barandal- Dijo Gley sin soltarla, mirando sus ojos verdes, haciendo que su respiración sea rápida.
- Está bien …- Contestó Amira, trago en seco nerviosa, lo tenía tan cerca que su respiración era cliente, hizo que su cuerpo se erice, miró sus ojos celestes como el cielo, dejándola sin poder hablar.
- Haces que me preocupe por ti. - Dice - Porque haces que me sienta así- Termino diciendo como si buscará alguna explicación
- No se que decir... Tú estás haciendo que me ponga nerviosa - Contestó aún sin dejarse de mirar.
Gley, suspiro, su corazón iba a mil, tenía que controlarse, su excitación estaba aumentando, miró ell cuerpo de Amira en ese transparente camisón, sus piernas finas lo estaban comiendo de deseo en tenerla arriba de él.
Amira sintió como su cuerpo empezó a calentarse, supo que era su excitación, los liibro si funcionaron para algo, vio cómo la recorrio con la mirada, sintió su agarre más fuerte.
Gley no pudo evitar acariciar sus piernas, lo llamaban, su agarre fue más fuerte, sintió en rico aroma dulce en ella. Lo estaba comiendo vivo como una droga
- Si vas a intentar algo hazlo ahora, antes de que el remordimiento te carcoma mañana - Dijo Amira al sentir sus caricias en su pierna, sintiendo su cuerpo calentarsecon su toque suave .
Gley levantó la mirada, los ojos de Amira estaban brillantes de deseo como él, sus mejillas rojas eran evidentes, su cuerpo estaba excitado.
Agarro su rostro, dándole un apasionado beso lleno de deseo, la subió a su cintura llevándola a su cama.
- Me vuelves loco- Decía entre jadeos.
La acomodó en la cama sacándose la remera, Amira estaba perdida en el calor de su cuerpo, tanto que la embriagaba.
Gley comió cada parte de su cuerpo haciendo que sus jadeos sean cada vez más fuerte, llenándolo aún más de excitación, la habitación fría ahora era un sauna llena de deseo, de pasión.
Amira sintió un dolor al sentir como entraba en ella.
- Eres virgen- Preguntó Gley, Amira asintió nerviosa.
Gley se volvió a calentar mucho más- Seré amable al principio- Dijo en su oído.
Entro con tal suavidad que el dolor fue pasando para convertirse en placer, " Eres todo mía, por siempre" Pensó con tal deseo Gley, su corazón daba vueltas, ese sentimiento de locura por ella era el amor que estaba sintieron, quien todavía no se da cuenta de eso.
Sus cuerpos se unieron, haciendo el amor con tal deseo y pasión que los volvía locos.
Terminando en cada momento juntos cada vez, hasta terminar agotados durmiendo.
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Comments
lioness
espera, Dante no es su hermano?...
quizás querías decir Glay?
2025-04-08
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