Isack y Dante llegaron atrás de Gley y Cedric.
Amira se acercó tranquila.
- Díganme,¿para que me necesitaban?- Preguntó mirándolos.
- Te venimos a buscar para ir a nuestra Isla, tendrá que ser a la noche, estaremos ocupados, ahora con esto de nuestro padre estamos con sus trabajos y registros - Dijo Gley
- Bien, no hay problema, y ¿Ustedes?- Preguntó Mirando a sus hermanos
- Queríamos hablar contigo de algo - Dijo nervioso Dante, Isack miró para el otro lado como si no quisiera hablar de eso.
- Si es por mi mano, el Príncipe Silvio me lo dijo, les dejo claro que no voy a casarme, no necesito de alguien más para cuidarme - Dijo Amira Fuerte, Cedric y Gley se miraron, Gley sonrió pícaro.
- Te estábamos por decir, pero todo se juntó - Dijo Dante - Tendrás que pensarlo… Los decanos de las leyes no lo permitirán.- Dijo Dante serio.
-!No me importa¡- contesto Amira rápido
- AMIRA - Dijo enojado Dante
- Dante, Es mi Reino y mi vida, y si esos viejos la quiere joder entonces que lo hagan, y veremos quien sale vivo - Dijo discutiendo.
- Mocosa, No te dejarán en paz, sabes lo que sería una guerra por eso- Contestó Dante casi Gritando
- Si, y no pienso dejar que manden mi vida y con quien casarme. - Continuó Amira
- ¡BASTA LOS DOS! Grito Isack ver como los dos estaban sacando su poder al pelear. - Hablaremos de esto más tarde y con tranquilidad- Continuó
Amira chistó los dientes, calmándose miró su mano el poder con su enojo casi hace que lastime a su hermano, Maldició por debajo calmándose.
Dante hizo lo mismo, suspiro calmándose, los dos bajaron la cabeza.
- Discúlpame- Dijo de brazos cruzados. Dante dijo lo mismo.
- Ami, tampoco queremos esto- con tono suave Dante - Piénsalo, en pocos días será la coronación, tendrás que tomar una decisión- Termino diciendo en su oído.
Dante e Isack se retiraron, Amira quedó con frustración, Gley aclaró la garganta.
- Termino el show- Dijo Amira.
Se dirigieron al barco de los Príncipes, no dijeron nada todo el camino, solo la miraron de reojo cada rato. Ellos sabían de su pedida de mano, y como ella también estaban obligados.
El viaje demoró media hora a la velocidad que iban, Amira quedó mirando de lejos la Isla, sintió la gran sombra blanca que no la sentía hace mucho, se asomó desconfiada cuando vio una gran cola larga color blanca que la seguía. Un cosquilleo la invadió, " Que eres" Pensó mirando dudosa.
Un gran sonido de trompetas hizo que la gran sombra se fuera. Habían llegado a la Isla Drakons.
Siguieron en auto hasta llegar al castillo, Amira estaba en un cuento de fantasía, la Isla era enorme, pensando que sería un lugar de miedo, sombrío, o mínimo de lava, era lo contrario.
pasaron por un camino de cosecha frutales, los grades Dragones volaban en los cielos, eran tan normal para ellos como si fueran palomas, claro sin enormes alas y dientes, que podrían matarte.
- ¿Sorprendida?- Dijo Cedric sarcásticamente
- Sí... Es ... Hermoso -Dijo casi saliendo de la ventana mirando al Gran dragón blanco que los seguía con la mirada
Al bajar del auto, el mayordomo con una enorme sonrisa los recibió.
- Mis Reyes - Dijo saludándolos.
- Hola Esteban, Sabes que no puedes decirnos así todavía- Dijo Gley
- Emperatriz - Dijo dándose cuenta de Amira, no dudo en arrodillarse en el suelo, Cedric rodó los ojos, con Gley, según ellos sabían que Amira nunca tubo humildad, era una niña malcriada, claro por la boca de Talia, es por eso que no le agradaba.
Amira se asustó, vio que se arrodilló en el suelo, lo ayudó a levantarse, Esteban era mayor, y se notaba que tenía años trabajando para ellos, sus canas blancas y su voz, era de un señor mayor de edad.
- Ay no- Dijo Amira, sacudiendo su pantalón - No puede hacer eso, solo con un saludo bastaba - Continuó regañándolo como una mamá a un niño pequeño- No debe hacer eso señor, puede lastimarse - Termino diciendo de brazos cruzados terminando de limpiarlo con su pañuelo, mientras Esteban decía que no lo haga.
Cedric y Gley miraron con asombro, solo sacaron las maletas y entraron confundidos si lo hizo para aparentar o de corazón.
- Emperatriz no tiene por qué limpiarme, sus manos son valiosas para tocar a un viejo sirviente - Decía apenado Esteban.
- Valiosos son las vidas de todos, mis manos puede limpiarse, y usted partir de hoy no hable así se si mismo, también es importante para alguien- Dijo Amira mirándolo de reojo, limpiándose las manos.
Esteban asintió, " Una Emperatriz de gran corazón " Pensó mirándola, " Dioses cuídenla " Pidió en su mente, mientras la veía entrar por el gran portón.
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