Capitulo XIII

Al finalizar la Llamada con Scott, Jeremy enciende su televisor y se pone a cambiar canales, pasando entre TNT, HBO, AMC, hasta que de manera fugaz aparece el canal de noticias, el cual Jeremy pasó de largo, pero al instante regreso al canal nuevamente.

Los reporteros estaban dando a conocer el accidente de la ruta 4, Jeremy soltó el control remoto en el sofá y puso toda su atención en el noticiero, viendo cómo la reportera decía que hubo en total 2 muertos y 26 heridos, mientras mostraban en un cuadro a los dos fallecidos, el cual uno de ellos era la señora que lo descubrió masturbándose en el bus.

—El accidente de la ruta 4 en Isla Vista tuvo dos víctimas mortales, la señora Alexandra Martínez de 38 años y el señor James Carmona de 84, los cuales perdieron la vida en este fatídico choque múltiple— Decía la reportera en el canal de televisión.

Jeremy simplemente se quedó callado por un minuto, pensando y analizando la situación, al cabo de un rato simplemente sonrió y se echó a reír —Jajajaj bien merecido te lo tienes vieja zorra, nadie te manda a meter tu nariz donde no te incumbe— dijo Jeremy con una frialdad y falta de empatía atemorizante.

Jeremy agarró el control remoto y apagó el televisor, se levantó del mueble y caminó hacia el refrigerador pues tenía hambre y tenía ganas de comerse un bocadillo, pero al abrir la nevera solamente se encuentra con un plátano podrido y un cartón de leche rancia, de resto la nevera estaba completamente vacía.

—Ah es cierto que tengo hacer mercado— Dijo Jeremy mientras cerraba la puerta de la nevera.

Fue al baño a darse una ducha rápida y a cambiarse de ropa para salir la minimarket que estaba a 300 metros de su casa, mientras se desvestía, pudo visualizar otros golpes y moretones que no sabía que tenía, unos rasguños en su rodilla izquierda y varios morados, por lo que se dio un baño de agua caliente para que está le aliviará el dolor y al salir de la ducha, volvió a untarse gel árnica está vez en todo su cuerpo, desde las piernas hasta la cara.

Entro en su habitación y se vistió con un mono largo y con una camiseta negra, el cual era su color favorito, agarró sus llaves y una pequeña cesta de compras con la que solía salir a comprar.

Llegando al minimarket, Jeremy ingresa por la puerta automática del lugar y es saludado por el señor Richard, un alegré señor de 47 años que es el que atiende el lugar, pero este al percatarse de los moretones y las heridas que tenía Jeremy en su cara, le pregunto inmediatamente que le había pasado.

—Madre mía Jeremy ¿Qué te pasó en la cara hijo mío?—

—Buenas tardes señor Richard, ¿ah mis golpes?estas heridas en mi cara fueron causadas por el accidente de la ruta 4, pero no se preocupe no he nada grave—

—Ahh eres uno de los heridos del autobús, gracias al cielo no te pasó gran cosa— Dijo el señor Richard mientras se ponía ambas manos en el pecho.

—Si fue horrible, y dos personas murieron y muchas otras resultaron heridas incluyéndome, aunque como puede ver estoy bien— Respondió Jeremy mientras se adentraba en el local.

Jeremy empezó a caminar entre los anaqueles, recogiendo los productos que le faltaban en su casa, un cartón de huevos, dos cartones de leche descremada, 3 bandejas de carne molida, dos bandejas de pechuga de pollo deshuesada, un frasco de pepinillos entre otros alimentos, mientras metía todo en la cesta, escuchó como dos sujetos encapuchados irrumpen violentamente en el establecimiento.

—arriba las manos— Dijo uno de los sujetos mientras le apunta con una pistola M1911 al señor Richard—

—Queremos que saques todo el dinero de la caja registradora y nos lo entregues en una bolsa o si no te vuelvo los sesos de un disparo— Exclamó el otro delincuente.

—Por favor no, esté es el segundo robo en lo que va del mes, me van a dejar sin nada, tengan compasión— Dijo el señor Richard completamente aterrado.

—Compasión mis huevos viejo bastardo, ahora has lo que te hemos ordenado o pronto saldrás en las noticias en la temática de homicidios— respondió el delincuente que tenía la M1911.

Jeremy estaba escondido detrás de uno de los anaqueles del lugar, estaba muy asustado y con los nervios a full, estaba vez si tenía una buena razón para estar ansioso.

Siguió escondido mientras que el señor Richard guardaba el dinero de la caja registradora velozmente en una bolsa de plástico pequeña para posteriormente dársela a los ladrones, pero mientras Jeremy estaba oculto, sin querer se le rompieron las asas de su cesta, haciendo que toda la comida que tenía en ella cayera fuertemente en el suelo, haciendo que el frasco de pepinillos se rompieran y que todos los productos al golpearse con el suelo, provocarán un enorme sonido alertando a los delincuentes.

—He, ¿Escuchaste eso?— le dijo uno de los delincuentes al otro.

—Si lo escuché, vino del pasillo 2, ve a revisar mientras yo vigilo a este vejestorio— Dijo el ladrón mientras le apunta al señor Richard.

El Delincuente empuñó su M1911 mientras se adentraba lentamente en el pasillo 2, Jeremy estaba temblando del miedo, pero fue astuto y logró escabullirse hacia el pasillo 3 sin que el delincuente se diera cuenta, mientras se dirigía silenciosamente hacia la puerta de salida.

—Aquí no hay nadie— Dijo el delincuente al llegar al final del pasillo 2.

—Pues sigue buscando, no creo que ese sonido haya sido provocado por un fantasma— Respondió riéndose el otro delincuente.

Jeremy fue avanzando hasta llegar al inicio del pasillo 3 y vio como uno de los delincuentes tenía encañonado al señor Richard, pero este no podía hacer nada para ayudar, en ese momento el señor Richard vio a Jeremy y empezó a hacerle señas con los ojos, apuntado hacia la puerta, dándole a entender que se fuera del lugar.

Jeremy avanzó sigilosamente hacia la puerta tratando de no hacer ruido, mientras el delincuente estaba distraído con el señor Richard, pero al llegar a la puerta, está al abrirse provoco el característico sonido que tienen las puertas automáticas al abrirse, haciendo que el delincuente volteara rápidamente y viera a Jeremy.

—Hey tú, las manos bien altas donde pueda verlas, no intentes nada estúpido— Exclamó el ladrón mientras le apuntaba con su pistola.

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