Capítulo 4| Nada que decir

Quería detenerme y gritarles mil cosas pero no podía.

Quería poder explotar de coraje como en otras ocasiones pero esta vez no era así, no se trataba de eso, no era una pelea ocasional.

Mi novio, mi pareja de hace más de dos años me era infiel, nuestra relación ya no era lo mismo que en un comienzo, ya no había confianza, ni sentía amor, pero tenía mucho miedo de dejarlo ¿Qué iban a pensar los demás?, ¿Qué iban a pensar mis padres?

Me di cuenta que había llegado a la mesita donde estaban mis amigos con mi prima.

Me miraron asombrados y asustados obviamente sin entender lo que estaba pasando.

Tome mis cosas y seguí corriendo sin decir una maldita palabra.

Eider se levantó de inmediato y corrió detrás de mí.

Enfrente había un espacio pastoso con muchos árboles además tenía blanquitas que permitían a los estudiantes desayunar y mantener conversaciones.

Me senté en una de esas bancas tapando mi rostro con ambas manos para que nadie me viera lagrimeando «pocas personas me habían visto así»

Mostrar mis sentimientos nunca me gusto, no porque no los tuviera pero siempre creí que eso te hacía débil ante las personas, «ahora mismo eso no me importa»

Sentí como alguien toco mi hombro con cariño y delicadeza, era Eider.

Destapé mi rostro. Extendió sus brazos. Nos abrazamos con tanta fuerza que no pude evitar llorar.

Hubo silencio unos segundos hasta que el dijo:

—Perdón Myrna eres mi mejor amiga y te fallé.—su tono de voz emitía tristeza.

—¿¡Qué!? ¿De qué estás hablando? tú no hiciste nada.

—Te equivocas, yo...yo los ví en el cumpleaños de Daniella.

—¿Eran ellos? ¿¡porqué no me dijiste nada!?— estaba exaltada, creí en él hasta el último instante.

—Lo intenté pero no pude.

—Y Lorena cómo pudo hacerme eso...

—¿Puedes perdonarme?— volvió a repetir.

—Tengo que irme.—busque las llaves de mi Jeep y me fuí casa.

Mamá estaba en la cocina, escuchó cuando de un azotón cerré la puerta

—Hija ¿Cómo te fue hoy?

No le respondí, No tenía ganas.

Entre a mi habitación y me tiré en mi King size. Mi ojos se inundaron nuevamente, esta vez no impedi que lo hicieran.

Busque el móvil en mi mochila y encontré el jugo de naranja que mi mejor amigo compro para mí.

Lo depósito aquí al no verme, qué buen gesto pensé dentro de mi amargura.

Coloque la pajilla y comencé a beberlo. Tenía un sabor ácido, triste...muy triste.

Al día siguiente...

Eider me llamó mil veces en la mañana, no contesté.No quería hablar con nadie.

Eider es un traidor, Lorena una cualquiera y Jaziel un maldito infiel.

Llegué a la universidad con Génesis, nos fuimos en mi camioneta.

Cuando entre al salón todos voltearon a verme, seguro que toda la facultad lo sabe.

Me percate de que Lorena me miraba fijamente, casí con asco.

Me senté en una butaca y enseguida Danie se acomodó en la de un lado.

—Eider me ha contado lo de ayer— susurró.

—¿Lo sabes todo?—susurré.

—Todo—dijo.

—Estoy muy avergonzada.

—Esto no es tu culpa.

—Gracias Danie.

Pasadas las horas clase, camine el ancho pasillo junto a mi amiga Daniella.

—¿Qué hace aquí?¿Cómo se atreve? —Cuestioné.

—Maldito sinvergüenza—Danie movió la cabeza de un lado a otro.

Jaziel estaba en el estacionamiento, parado a un costado de su camioneta

Tenía que pasar por ahí para subir a mi jepp, ¿porqué estacione ahí?— me reproché.

Génesis apareció.

—¿Qué diablos hace aquí este imbécil?— Reprendió.

—Oh vamos, quizás no te diga nada.

—Tienes razón lo que él haga ya no me incumbe.

Seguimos caminando.

—¡Myrna! ¡Myrna! Ven por favor solo quiero hablar contigo— gritó.

Todos se dieron cuenta nuevamente, vaya la forma de exhibirme este tipo era un completo tonto.

—¿De qué quieres hablar?— respondí con firmeza.

—Bueno, sólo quiero explicarte.

— !¿Explicarme!?

—Sólo unos minutos, sube a la camioneta por favor.

Daniella y mi prima me pidieron que no subiera y yo... subí

«Pésima idea»

—Entonces ¿Qué me vas a explicar?

—Supongo que el traidor de Eider te dijo lo de la reunión...

—¿Así que piensas culpar a Eider?- disputé «yo también lo llame traidor»

—Sí bueno... la verdad en un principio cogí con Lorena solo por impulso pero después me dí cuenta que tú eres una aburrida, ella tiene eso que tú no.

No dije nada, quise lloriquear pero lo sostuve.

—Nuestros padres se volverán locos si se enteran de nuestra ruptura ¿No es así?, Te propongo que finjamos seguir siendo novios pero al mismo tiempo tú puedes coger con quién te plazca.

—¡Eres un enfermó!— exclamé furiosa

¡Mis padres ya lo saben!— Mentí.

—¡Bajate de mi camioneta!— gritó igualmente con furia.

Me empujó levemente.

bajé rápidamente, azote la puerta y con todas mis fuerzas la golpeé.

No puedo creer que me hiciera una propuesta así, Cuando se hizo tan violento.¿Él era así?

Nunca terminas de conocer a alguien...

«Las personas no cambian»

Y no cambian por una razón y es que nadie está dispuesto a cambiar por otra persona sólo por si mismo y esto rara vez. escuché la voz de mi padre, me lo repite cientos de veces.

¿Cómo le voy a decir a mis padres? Creo que comprenderán, al menos papá, suele ser más compresivo y mi relación con el es muy fuerte, es un hombre muy sabio pero por el momento no diré nada.

Pasaron días, Estaba deprimida no tenía con quién hablar a excepción de mi prima. Extraño mucho a mi mejor amigo.

Así que decidí dejar a un lado mis juicios personales y lo llamé.

—Mejor Amigo...— sólo esas palabras salieron de mi boca.

—¿Myrna?

—¿Crees qué podamos hablar? Te extraño mucho— susurré.

—Yo también te extraño mucho Myr.

—Jamás quise llamarte traidor, lo lamento...

—No te preocupes por eso también tengo parte de la culpa.

—Te quiero.

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