Mía

Mía

Capítulo 1| Mi café

Tan amargo y dulce a la vez...

Era el sabor de mi café color marrón oscuro que puede variar en intensidad de acuerdo a como se prepara, quién impregna una y otra vez en mi paladar.

Mientras tanto veo mi reflejo en la puerta de la nevera, mis cabellos despeinados y unas ojeras terribles . No había dormido casi nada, lucía espantosa.

Eran las ocho con diez minutos cuando un ruido me hizo salir de mis pensamientos era el claxon del carro de Eider lo toco una y otra vez sin parar. Salí corriendo, abrí la puerta de mi residencia y le grité:

—¡Ya deja de tocar el maldito claxon ,en cinco salgo! Mientras tanto ve por Génesis.—Me miro, comenzó a reír y se fue a tocar a la casa de Gene.

Génesis es mi prima, quien vive a un lado mío, desde pequeñas fuimos muy unidas es decir jamás discutíamos, más bien somos como hermanas aunque físicamente no lo parecemos, ella es pelirroja tiene pecas, ojos miel y yo soy castaña, piel clara y ojos verdes como las hojas de los árboles tan profundos como un bosque o eso es lo que dicen.

Subí rápidamente a mi habitación para buscar que ponerme, abrí las puertas del gran clóset y ví el viejo pantalón que mamá me regaló en diciembre. consecutivamente encontré una sudadera roja un tanto moderna y me vestí lo más rápido posible, no tenía muchas ganas de arreglarme, tape mis ojeras con corrector y pinte mis ojos de negro para disimular un poco, hice un nudo en mi cabello enredado y por último rocíe perfume sobre mi cuello, mi favorito. Salí corriendo, tanto que casí resbalaba en las escaleras. Gruñí para mis adentros.

Escuché unas voces en el comedor y ahí estaba mi madre con Eider y Génesis. Tomaban una taza de café mientras la escuchaban atentos. Entré despacio pero mi mejor amigo notó mi presencia.

—¿Ya no está de mal humor la señorita?—dijo Eider al mismo tiempo que se reía.

— Yo jamás lo estoy Eider—respondí con sarcasmo.

Todos rieron.

— Luces espantosa hija —dijo mi madre con suspicacia.

No le respondí, estaba segura que tenía razón.

— Se nos hará tarde chicos—dijo Génesis.

—Tomen su café y se van— dijo mi madre.

Tenía la maldita costumbre de la impuntualidad.

—Agradezco sus atenciones, tenemos que irnos ya o llegaremos tarde de nuevo, por culpa de Myrna— Recalcó Eider.

—No te quejes— le respondí.

—Más tarde nos vemos mamá—coloqué un beso en su mejilla, ella lucía sensacional como siempre. No teníamos la mejor relación pero hacía todo lo posible por respetarla.

Subimos al lujoso auto de mi mejor amigo quién condujo a la universidad

—¿Y tu noviecito?—me pregunto mi prima en un tono casi inaudible.

—¿Acaso no te contacto durante el asueto?—dijo Eider.

—No, no lo hizo.

Ni siquiera yo entiendo porque no lo hizo, quise dejar el tema a un lado, sabía que hoy lo vería en la universidad.

Al llegar...

Génesis se fue a su salón, ella es estudiante de negocios Internacionales. Eider y yo al nuestro, Arquitectura.

Siempre quise estudiar pedagogía y ser maestra, pero mis padres no me lo permitieron dijeron que eso no iba de acuerdo a nuestra clase social, vaya que para mí es una buena carrera pero aquí estoy, sacando mi libro e iniciando el penúltimo semestre de la carrera, tenía muchos planes al concluir.

El profesor ya había llegado y la clase iba a comenzar cuando tocaron la puerta.

—¿Puedo pasar profesor?—era Jaziel mis ojos se iluminaron al mirarlo.

Su cabello rubio que resalta de su piel y esos labios que me encantan, ese era mi novio.

Detrás de él venían Lorena y Daniella, mis amigas.

—¿Otra vez tarde? pasé inmediatamente— dijo molesto el profesor— ustedes también chicas.

Llegó la hora del descanso en cuanto pude saludé a mis amigas, Jaziel me pide que salgamos del salón, me miraba con seriedad. Nuestro noviazgo era más rutinario y teníamos que mantenerlo por los negocios de nuestras familias, así es, conveniencia.

Sin embargo yo le tenía un cariño especial.

Algo estaba mal.

Salí detrás de él, todos se quedaron dentro sin entender que pasaba.

—¿Y bien, pasa algo?— le dije con preocupación.

—¿Porqué Eider pasó por ti?, aquí tu novio soy yo y sabes que no lo tolero, pudiste haberme dicho que fuera a tu casa— estaba enojado.

—¿Qué carajos?, él es mi mejor amigo, no tiene nada de malo. no se va a ir de mi vida así que mejor acostúmbrate y ya debiste haberlo hecho desde que empezó está relación si es que se puede llamar así.

—¿Si es que se puede llamar así?

—Por dios Jaziel ¿No pudiste llamarme durante las vacaciones?

—¿Por eso estás molesta?

—Ni siquiera lo estaba.

—No hay que pelear, no ahora.

Me toma por la cintura y me da un beso corto y cálido en los labios, de esos a los que ya estaba acostumbrada. Regresamos tomados de la mano.

Eider me mira con confusión. Sólo espero que no haya escuchado nuestra tonta pelea, después de todo Jaziel es un celoso.

Nos sentamos haciendo un círculo con las butacas minutos después apareció Génesis traía jugos de frutas para todos y unas botanas nos mirábamos unos con otros sonriendo, era un buen reencuentro, durante las vacaciones no pudimos vernos todos tomamos rumbos diferentes, fueron las vacaciones más largas.

Alguien hablo por fin.

—¿Vendrán el fin de semana a mi casa?— dice Daniella.

—¿Qué habrá?— preguntó Eider curioso.

—¡Eider!—le di un codazo leve—era el cumpleaños de mi amiga.

—¿Lo olvidaste de nuevo imbécil? Dijo Danie riendo.

—Claro que no, solo jugaba mi buena amiga.

—Ahí estaremos—dice Jaziel.

—Por supuesto que vamos—dicen Génesis y Lorena al unísono.

—Será algo sencillo solo nosotros—dice Danie.

—lo que sea será bueno—dije pegando su cuerpo al mío, dándole un tierno abrazo.

[...]

Era el cumpleaños de Daniella.

Las chicas y yo quedamos de ir por un presente para ella, nos veríamos en la plaza. Génesis llegó conmigo pero Lorena jamás lo hizo. Nos había dejado plantadas así que, le compramos un hermoso vestido amarillo que encajaba perfecto con Danie y su excéntrica personalidad.

De salida vimos a Eider estaba afuera de su restaurante favorito, sentado en una banca de madera barnizada y en compañía una chica, Génesis se puso más roja de lo normal, parecía un tomate, estaba muerta del coraje, ella tenía mucho tiempo enamorada de Eider. Claro que él no lo sabía. Yo no era capaz de decírselo.

—¿Ya viste con quién está?, es una rubia—dice Génesis exaltada.

—¿Cuando le dirás lo que sientes por él?— pregunté.

—Jamás— dice desanimada.

—¡Génesis! Debes hacerlo.

Mejor relájate es solo una amiga estoy segura.

—¡La está besando Myrna! Dijo entre sollozos.

—Seguramente no es nada serio— tape su vista con una mano—no me ha hablado de la rubia y soy su mejor amiga ¿Lo recuerdas?— traté de calmarla.

—Lo mejor es que nos vayamos argumenté.

—Esta bien— suspiro.

Mi camioneta jepp estaba aparcada cerca, así que subimos de inmediato.

Génesis dice:

—Prima, ¿Tú crees que deba teñirme de rubia?

—¡¿Qué?! Estás loca— reí a carcajadas.

—No es gracioso.

—Si que lo es— no podía parar de reír.

Mi prima estaba obsesionada con Eider, fue en el jardín de niños cuando lo conocimos , los tres íbamos juntos. Ella me confesó un día que le gustaba pero desde entonces no sé atreve a confesar, creí que solo era un amor de la infancia pero hasta la fecha no lo supera. Y debo admitir que mi mejor amigo es un chico bastante apuesto, como 1.80 de altura, cabello negro, bastante blanco en cuanto a su tez pero sobre todo simpático.

Decidí ponerme una blusa roja con un escote pronunciado, muy pronunciado. Llegué a pensar que era demasiado pero ya es tarde y si buscaba otro atuendo Génesis se enojaría por mí tardanza, una vez más. Así que me peine con una coleta alta y cuando empecé a pintar mis labios alguien tocó en mi habitación.

—Toc-toc— la puerta de caoba soltó un rechinido.

—Adelante— quité el seguro de la puerta.

Era Jaziel.

—Te vez muy linda hoy mi cielo— dice y a su vez mirá mi escote con lujuria—Sabes... ese tono rojo carmín te queda fabuloso.

Cerró la puerta detrás de él y volvió el seguro.

—Gracias cariño tú igual estás muy guapo hoy.

Se acerca, me besa muy rápido y conduce su dedo índice por la línea que se forma entre mis senos.

—¡Ugh! ¿Bebiste cerveza?— le pregunté

—Tu papá me dió una— sonríe travieso—¿Ya estás lista?

—Sí, solo retoco el labial, si no lo hubieras despintado...—solte una carcajada.

El también rió. Me abraza por la cintura y logra tírame en la cama, el cosquilleo comenzó, era magnífico.

Metió sus delicadas manos por debajo de mi blusa, pude sentir su frialdad, subió hasta llegar a mi busto que masajeó logrando estremecerme de inmediato.

—¡Para!— le ordené.

—¿No te esta gustando?— cuestionó seguido de apretar mis pezones.

Me levante de la cama inmediatamente, ya no era lo mismo, no podría explicarlo pero no me sentía bien. Era una relación muy monótona.

Dos años juntos. Nuestros padres pensaban en casarnos para mejorar los bienes de las empresas, sinceramente lo pongo en duda de vez en cuando.

[...]

Nos fuimos a la fiesta de Danie, Jaziel se quedo un poco molesto por lo sucedido en mi habitación.

Aquí ya estaba Lorena junto con Eider.

Cenamos en el jardín junto a la alberca, bailamos mucho, cantamos a más no poder.

—¡Miren lo que tengo aquí!— gritó Daniella entusiasta.

Traía algunas botellas de vodka.

Eider puso una sonrisa de oreja a oreja.

A mí me gustaba la idea, los padres de Daniella nos dijeron que podíamos quedarnos y nos asignaron habitaciones ya que ellos harán un viaje de negocios.

—Bueno chicos, nosotros nos retiramos o perderemos el vuelo—dice la madre de Danie.

—Claro vayanse sin preocupaciones—les dice ella.

—¿Todo estará bien muchachos?— dice su madre.

—Seguro que sí— le respondí.

—diviértanse— dice por último su papá y se marchan.

—¿Quieren un poco?— dice Jaziel sacando del bolso de su pantalón unas pequeñas bolsas con polvo blanco.

—¿Cocaína?— pregunta Eider sorprendido al igual que yo, no supe cuando empezó a consumir ¿que hacía mi novio con eso?

Jaziel asiente.

—¿Podemos hablar un segundo?— le susurro al oído, pero me ignora.

—¡Pues al carajo! entonces..., claro que quiero— Mis amigos se asombran, yo jamás consumí y no tenía deseos de hacerlo pero estaba muy molesta y quería joderlo de alguna forma.

Lorena me hizo una lineas y las inhale completamente, acabamos con las botellas después trajeron otras es lo último que recuerdo antes de quedarme dormida.

Desperté, estaba demasiado ebria todavía y talvez drogada, lo primero que hago es querer levantarme pero me mareo de inmediato, me sentía muy agotada, fatigada y con somnolencia. Toco mi pecho, la disminución cardíaca es evidente y apenas pasa el aire por mis pulmones.

¿Porqué no tuve el dichoso bajón al consumir ambas sustancias?, Quizás por ser mi primera vez.

Me levanté como pude, apenas podía sostenerme de pie pero lo logré y fue hay dónde me di cuenta qué el jardín estaba hecho un desastre, mis amigos habían desaparecido, veía un poco borroso. Al cabo de parpadear mi vista se aclaró...

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Comments

Elia Barceinas

Elia Barceinas

Hola, interesante

2022-11-26

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