V. SIN VERGÜENZA

Mi cerebro casi explota de la sorpresa y su absurda, pero inesperada confesión. Todo lo puedo ver como un juego, tal vez una broma pesada y de mal gusto.

—¿Cómo puedes ser tan descarado, como para hablarle así a la esposa de tu hermano? ¿En qué estabas pensando? — retrocedo, mientras él se mantiene tranquilo.

—Siempre me has gustado, no es culpa mía de que solo hayas tenido ojos para mi hermano. Respeto que estés casada con él, que lo quieras como lo haces, pero luego de haber visto la forma en que te trata, simplemente no me agrada y considero que mereces algo mejor.

—Él no me trata mal, solo ha estado teniendo malos días, pero nada que no vaya a mejorar. Fue una mala idea haber venido para acá contigo — iba a caminar a la puerta, pero me detengo al recordar que debo hacerle una advertencia—. Espero no salga de tu boca lo que sucedió anoche. No quisiera que mi matrimonio se venga abajo por esto. Solo espero que no uses esto para aprovecharte de la situación, Kenneth.

—Puedo conseguir lo que quiero por mis propios medios, no necesito recurrir a juegos sucios que, solo lo haría alguien inmaduro. Puedes estar tranquila, porque no pienso comentarle nada a mi hermano. Aunque, sí me gustaría volver a verte haciendo todo eso que hiciste anoche. De lo que me arrepiento es de haber abierto la boca antes de tiempo. Si no lo hubiera hecho, hubiera podido terminar de verte bailar. Recuerdo lo mucho que te gustaba el baile, incluso decías que serías bailarina. No entiendo cómo no has escogido el mismo camino de tu hermana.

—¿Cómo sabes que ella también baila?

—¿Crees que lo de anoche fue pura casualidad? — sonríe, y caigo en cuenta de todo.

—Lo sabía; sabía que algo raro había. ¿Qué ganabas haciendo todo esto?

—Poder verte, pero aparte de eso y, lo más importante, darte la oportunidad de que puedas hacer lo que tanto amas hacer, permitir que salieras de las cuatro paredes donde te pasas metida, ser libre, disfrutar, soñar y, sobre todo, puedas volver a sonreír, así como lo estabas haciendo. La sonrisa que tenías me lo dijo todo. Se nota que si has estado cohibida todo este tiempo es por mi propio hermano. No se me hace justo que renuncies a algo que te apasiona y en lo que eres buena, solo por estar al lado de una persona. Estar casada no significa ser infeliz, renunciar a lo que te apasiona o vivir enjaulada. Alguien que genuinamente te quiere, todo lo que va a querer es verte feliz, darte la libertad de elegir y hacer lo que quieres, no de controlarte. Frank es mi hermano, pero no por eso voy a patrocinar o aplaudirle lo que está haciendo.

Sus palabras fueron como echarle sal a una herida abierta. Tal vez porque debía darle la razón en algunas cosas y, es que, estoy consciente de que he renunciado a muchas cosas por Frank, pero no todo ha sido solamente por él. Mi inseguridad viene de mucho antes de casarme.

—Considero que ese no es tu problema, Kenneth.

—Lo es.

—Deberías concentrarte más en tus asuntos. En especial, en tu boda. Porque te vas a casar, ¿no? ¿O eso también fue otra mentira?

—Si lo dices por la actividad; la despedida de soltero no era para mí, sino de un amigo que se fue temprano, luego de tomar y tomar hasta quedar inconsciente. Soy un hombre soltero y sin compromisos, al menos hasta que te decidas a acabar con mi soltería — mi rostro se pone caliente e incluso las palabras se quedan atoradas en mi garganta—. ¿Por qué te pones tan roja? Parece que se te ha adormecido la lengua. ¿Te gustaría que te ayude a despertarla? — extiende su dedo índice hacia mi mejilla, pero me aparto.

—¡Eres un vil descarado! — ni las palabras me salen claramente.

Me siento tan nerviosa y avergonzada, que incluso mi mente se ha ido en blanco.

—Puedo serlo más, lo que sucede es que no quiero que vaya a darte un paro cardíaco y me dejes viudo antes de tiempo.

—Me voy — iba a caminar, pero su mano sujetó la mía.

—¿Vas a despreciar el almuerzo que preparé para ti? Eso es de mala educación, ¿no lo crees?

—Si vuelves a decir una cosa más de lo que dijiste, voy a irme.

—No suelo repetir lo mismo todo el tiempo, así que me ha salvado la campana esta vez. Debo admitirlo, te sigues viendo igual de tierna avergonzada, a cuando eras una niña. Recuerdo que solías taparte la cara para que nadie se diera cuenta, pero hasta tu pecho se tornaba rojo. Es una lástima que la blusa te esté cubriendo.

—No tienes vergüenza, ni respeto, Kenneth.

—Lo sé, soy un sinvergüenza que está interesado en probar tus labios en este momento. Admitirlo no hará ninguna diferencia, ni mucho menos cambiará tu forma de verme, pero estás advertida por si acaso no puedo controlarme por tu belleza y termino pecando.

Más populares

Comments

Karen Sosa

Karen Sosa

ella es muy ciega que no ve que su esposo es un hdp que la trata tan mal y la menosprecia ...hasta dejo sus sueños por el que no la valora

2025-02-21

0

rubi salgado

rubi salgado

el la quería desde niños un amor que su hermano obtuvo pero no la valora y el la desea

2024-11-30

0

Esmeralda Martiinez

Esmeralda Martiinez

elise elise elise, el cuñado te quiere probar /Awkward//Chuckle//Rose//Heart/

2024-11-28

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play