Capitulo 5

Preparación Intensa y la Tabla de Ranking

Los días previos a las Olimpiadas Mágicas fueron una tormenta de actividad en la academia Farger. La presión se sentía en cada rincón de la institución. Profesores y alumnos se sumergieron en entrenamientos rigurosos, preparando estrategias, mejorando su magia y perfeccionando sus habilidades en las disciplinas en las que competirían.

El sistema de ranking de academias clasificaba a los estudiantes según su desempeño en cada área, determinando quiénes serían los representantes en cada categoría. La competencia no era solo externa; dentro de la misma academia, los alumnos luchaban por asegurarse un lugar entre los mejores. Los mejores serían reconocidos en todo el mundo y, lo más importante, su desempeño influiría en el prestigio de la academia en el ranking internacional.

Jelina y Adelin observaban la gran pantalla del salón principal donde se mostraban las academias participantes.

—Mira eso, Adelin… estamos compitiendo contra la Academia Vharion de Aztralia —señaló Jelina con interés—. Dicen que su nivel de magia es tan avanzado que incluso los profesores de otras academias les temen.

—¿Y qué hay de la Academia Ludein de Valkyria? —preguntó Adelin, frunciendo el ceño—. Escuché que tienen una técnica especial para modificar hechizos en el aire. Es decir, pueden cambiar sus ataques en pleno combate… eso es peligroso.

—Exacto —Jelina cruzó los brazos—. Y ni hablemos de la Academia Rozen, su tecnología mágica está muy por encima de la nuestra. Pero eso solo significa que tenemos que esforzarnos el doble.

Adelin asintió con determinación. A pesar de la presión, había algo en la seguridad de Jelina que la hacía sentir que podrían lograrlo juntas.

—Si seguimos en el primer puesto de la academia, tendremos una gran ventaja —dijo Jelina mientras revisaba la tabla de posiciones junto a Adelin.

—No podemos bajar la guardia —respondió Adelin con determinación—. Todos están dando lo mejor de sí.

El entrenamiento era extenuante, pero ninguna de las dos estaba dispuesta a rendirse. Con cada prueba superada, su vínculo se fortalecía aún más.

Un Juramento Inquebrantable

Una noche, mientras estudiaban juntas en la biblioteca de la academia, Jelina cerró su libro y miró fijamente a Adelin.

—Tengo algo que decirte.

Adelin levantó la vista, curiosa.

—¿Qué ocurre?

Jelina tomó aire y con una expresión seria y decidida, dijo:

—No importa lo que pase en estas Olimpiadas. No importa si otra academia trata de llevarte con ellos. Si tú te vas, yo también me iré.

Los ojos de Adelin se abrieron con sorpresa.

—Jelina… no tienes que hacer eso. Sé que quieres lo mejor para mí, pero…

—No hay peros —Jelina interrumpió, tomando la mano de Adelin entre las suyas—. No es solo por ti. Es porque yo quiero estar contigo, siempre.

El rostro de Adelin se sonrojó y su corazón latió con fuerza. Esa promesa significaba más de lo que Jelina imaginaba. Sin embargo, una cálida sonrisa apareció en su rostro.

—Entonces, prometo que tampoco me iré sin ti.

Ambas sellaron su promesa con un pequeño apretón de manos, sintiendo en el fondo de su corazón que ese lazo se hacía cada vez más fuerte.

Viaje a Eastford y la Gran Inauguración

Tras tres meses de intenso entrenamiento, la espera finalmente terminó. Los estudiantes seleccionados abordaron un lujoso tren mágico con destino a Eastford, una metrópolis conocida por su avanzada tecnología mágica y por albergar el polideportivo más grande del mundo.

El viaje fue emocionante. Al mirar por la ventana, podían ver paisajes cambiantes: bosques encantados, lagos que reflejaban el cielo como espejos y majestuosas ciudades flotantes en la distancia.

Cuando finalmente llegaron a Eastford, quedaron asombrados por la magnitud del evento. La ciudad estaba decorada con banderas de todas las academias participantes. Pantallas gigantes transmitían en vivo la llegada de los competidores. El polideportivo, un coloso de cristal y acero, brillaba con luces mágicas de todos los colores.

El día de la inauguración, las gradas estaban repletas de espectadores. Había alumnos, profesores, periodistas y figuras importantes del mundo mágico. El estadio, con capacidad para cientos de miles de personas, vibraba con la energía de los asistentes.

De repente, las luces se atenuaron y un gran holograma apareció en el centro del campo. Era la figura del Gran Hechicero Eldric, uno de los organizadores de las Olimpiadas.

—¡Bienvenidos, jóvenes prodigios de la magia! —su voz resonó con un eco impresionante—. Han venido de diferentes partes del mundo, de distintas academias, con diversas especialidades… pero hoy están aquí por un mismo propósito: demostrar la grandeza de la magia y la tecnología.

El público estalló en vítores. Un espectáculo de magia comenzó, con dragones holográficos volando por el estadio, bandadas de aves encantadas llenando el cielo con destellos dorados, y figuras de energía danzando en el aire al ritmo de la música.

—En estas Olimpiadas, se pondrá a prueba su intelecto, su valentía y su determinación —continuó Eldric—. Cada uno de ustedes lleva el orgullo de su academia y el deseo de superarse. ¡Demuéstrenle al mundo de qué están hechos!

Los estudiantes, incluidos Jelina y Adelin, sintieron una oleada de emoción y adrenalina recorrer sus cuerpos. Era el inicio de algo grande, algo que marcaría un antes y un después en sus vidas.

La Habitación Compartida y los Apodos Especiales

Tras la ceremonia de apertura, los alumnos fueron trasladados a un hotel de lujo reservado exclusivamente para los participantes. Era un lugar majestuoso, con paredes de mármol brillante, alfombras aterciopeladas y ventanales que ofrecían vistas espectaculares de la ciudad.

Jelina y Adelin, como siempre, compartían habitación. Nada más entrar, Adelin saltó sobre la cama con una sonrisa radiante.

—¡Esto es increíble! Mira esta vista, Jelina.

Jelina, divertida, dejó caer su maleta y se acercó a la ventana.

—Sí, pero lo mejor es que podemos seguir juntas.

Adelin se giró hacia ella con una sonrisa traviesa.

—¿Sabes? Creo que necesitamos apodos. Estamos en una competencia internacional, así que deberíamos llamarnos de una forma especial.

Jelina cruzó los brazos con curiosidad.

—¿Qué tienes en mente?

Adelin se llevó un dedo al mentón, pensativa.

—A ver… podríamos llamarnos con nombres que tengan que ver con lo que somos. Yo soy una delta con magia negra, y tú eres una alfa con feromonas de protección…

De pronto, sus ojos brillaron y chasqueó los dedos.

—¡Ya sé! Te llamaré Kiefer… por el aroma de tus feromonas.

Jelina rió con suavidad.

—¿Kiefer? ¿En serio?

—¡Sí! Me encanta ese aroma, me hace sentir segura.

Jelina la observó por un momento, con el corazón latiéndole rápido. Finalmente, sonrió y se sentó a su lado.

—Está bien, Kiefer me gusta. ¿Y cómo te llamaré a ti?

Adelin se sonrojó ligeramente, pero al final contestó:

—¿Qué tal Estrellita? Porque siempre me haces sentir que hay algo bonito brillando para mí.

Jelina sintió un calor agradable en el pecho y, con una sonrisa tierna, pasó un brazo alrededor de los hombros de Adelin.

—Me encanta, Estrellita.

Se miraron por un instante, compartiendo un momento especial. Más allá de la competencia, más allá de la magia y la rivalidad, lo único que importaba era que estaban juntas.

La Olimpiada apenas comenzaba, pero para ellas, lo más importante era el vínculo que seguían fortaleciendo día tras día.

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Comments

maria(mar perez)

maria(mar perez)

me encanta tu trabajo ojalá actualices pronto y ver la notificación de actualización será lo que mas estaré esperando

2025-03-03

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