Un plan en marcha.

Esa noche una fuerte tormenta se desató así que tuvimos que posponer los planes de salir. Me desperté en la madrugada al sentir una gota de agua en mi cara, la lluvia había comenzado a filtrarse por el viejo techo, a mi lado se encontraba Matías abrazando mi cintura como si pudiera escapar con esta lluvia tan intensa.

Intente volver a dormir, pero me fue Imposible con esa molesta gota, coloco mi mano en alto y me quedo pérdida en mis pensamientos. ¿Y si nunca logró escapar de este lugar? ¿Si soy incapaz de incluso rescatar a Elena? ¿Las personas nos olvidarán con el tiempo y nuestras almas quedarán atrapadas en esta vieja cabaña para siempre?

Mejor aún ¿Matías de verdad me ama como dice hacerlo o solo ama a la Abril que escribe sus novelas favoritas? Son demasiadas preguntas y ni una sola respuesta. Pero si logró salir de aquí debo de pedir ayuda como sea. No puedo simplemente quedarme a esperar a ver que ocurrirá a continuación.

- ¿Abril?

- Perdón te desperté sin querer.

- Está bien. ¿La lluvia te da miedo amor?

- De hecho la lluvia me da consuelo y nostalgia, pero se está metiendo por el techo.

- Oh ya veo. Mañana lo arreglaré lo prometo.

- ¿Saldremos a pasear?

- Claro que si, tengo un lugar al que quiero llevarte que de seguro te encantará y te dará mucha inspiración.

Siento como me jala más a su lado. - Intenta dormir un poco más amor.

Dice esas palabras mientras frota su erección en mi trasero. ¿Cómo se supone que logre dormir con esa cosa entre mis piernas? Como si no fuera poco no tengo ropa interior lo que me estimula aún más. Pero Matías no hace nada como esperando que yo tomo la iniciativa, él siempre me está poniendo a prueba y si ahora no hago nada se podría enojar.

Acompaño sus movimientos con mis caderas viendo si logró introducirlo, pero es demasiado resbaloso. No me queda más opción que tomarlo dentro de mi mano y acomodarlo. Su gruñido me eriza la piel seguida de su fuerte embestida que me pone a gritar.

Sin duda alguna tener sexo acompañado del relajante sonido de la lluvia sigue siendo mi cosa favorita en el mundo.

Esa mañana mientras Matías se encuentra reparando el techo yo me doy un baño y luego bajo a ver como está Elena.

- ¿Estás bien Elena?

- Lárgate.

- Porque me hablas así de repente.

- Porque eres una mentirosa, tú estás con él por tu voluntad y no como yo. Eres libre y aun así no me quieres ayudar.

- ¿De qué diablos hablas?

- Te he escuchado teniendo relaciones con ese demente, no suenas como alguien que está siendo forzada. Lo disfrutas, disfrutas sus caricias y como te posee.

Maldición ella escuchó todo lo de la otra noche en la cocina. - No es así Elena, solo trato de bajar su guardia, ganarme su confianza para que no me lastime.

- Mentirosa. Me estás mintiendo.

- Por favor no grites o él vendrá.

- Eres una mentirosa Abril, pero acabarás peor que yo eso te lo aseguro.

- Te sacaré de aquí no importa que Elena, solo resiste un poco más.

Me alejo del sótano al no escuchar más los golpes en el techo, esa tonta no entiende que solo empeora las cosas poniéndose como loca y que eso provoca la locura de Matías.

Voy a la ventana y lo veo bajando de la escalera con un martillo en su mano, mi cuerpo tiembla al recordar cuando rompió mi pierna. Me siento en el sofá y finjo leer una revista.

- Que haces amor.

- Pasando el rato. ¿Ya lo arreglaste?

- Creo que si, pero no prometo nada. ¿Todo bien aquí adentro?

Él está con su mirada en la puerta del sótano mientras sostiene el martillo con fuerza.

Si todo bien. Matías que ropa usaré está noche.

Elena me culpa por no ayudarla, pero literal estoy sacrificando mi cuerpo por mantenerla con vida y la muy estúpida que no puede mantenerse en silencio.

- Tengo algo especial para ti. Vamos a que te lo pruebes amor.

- ¿A dónde iremos?

- Es sorpresa amor.

Del armario saca una caja y de adentro un atuendo muy vulgar y atrevido. ¿Estás seguro que quieres que luzca esto?

- Te quedará hermoso como todo lo que usas Abril. Anda pruébatelo ahora mismo aquí enfrente de mí.

Comienzo a quitarme el camisón mientras por mi cabeza pasan algunas ideas de porque eligió está clase de atuendo. Algo no me da buena espina.

- Es demasiado descarado.

- Es perfecto, Hoy cumpliremos una pequeña fantasía que tengo en mente.

- ¿Puedo usar ropa interior? Me siento incómoda.

- No amor, le quitarás todo el encanto además ya te lo dije, así quedas más accesible para mi disfrute.

Sin decir nada más me gira y comienza a acariciar mi intimidad mientras me sujeta con fuerza del cabello.

- Mmm

- ¿Te gusta?

- Si. Me gusta mucho.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***