Ch. 4 - Tulipan de invierno

Como siempre, como era de esperarse el día de ayer fue el más feliz de mi vida puedo afirmar que por todo un día me sentí viva, mi pasado no se me cruzo ni una sola vez por la cabeza ningún remordimiento nada, me divertí tanto que el día de hoy la sonrisa no se me puede quitar del rostro.

—Esa sonrisa se me hace sospechosa — dice Helena con picardia —Cuéntame que tal la pasaste con el galán de Tyler, detalles y todo

—La pase de maravilla Helena, fue muy divertido, tal como suelo recordarlo, con Tyler a mi lado no hay lugar para la tristeza, todo es felicidad, todo es positivo en pocas palabras es un maldito arcoiris el estar con él — sonrió de sonoro recordar lo bien que lo pasamos en día de ayer

—Me encanta verte feliz, verte así de emocionada, sonriendo tú mereces esto y mucho más Amaia, mereces tu felicidad y por lo que veo ya la estás consiguiendo — me entrega un vaso de limonada el cual recibo con cariño

—Esta cocina apesta a felicidad — esa voz, es Lucía de seguro yo viene a molestar como suele hacerlo —ahh pero mira, nada más y nada menos que la enferma y su amiguita.

—Realmente es una bruja— susurra Helena enojada.

—Mide tu vocabulario mocosa, logro escucharte. además que les quede claro a ambas para de pordioseras. Muy pronto seré la dueña y señora de todo esto, no me vayas a obligar a matarte niña — le dice amenazante —Mejor póngase a trabajar que se pasa el día nada más echando chisme con la enferma, que no la vayan a despedir por culpa de ella.

—Un momento señorita Lucía, con el respeto que usted se merece aquí usted es solo una invitada y no tiene ningún derecho de mandar a mis muchachas como le plazca, porque aquí los únicos que le pueden dar órdenes es el maestro Crawford y yo — no me voy a dejar de esta señora, el hecho de que este enferma no le da derecho para pisotearme como se le de la regalada gana y menos a tratar mal a los trabajadores.

—¿no me ha escuchado mocosa? Le repito que muy pronto seré dueña y señora de esta casa

—Muy bien ahora yo le digo que por el momento que nada más es una invitada no trate a mis chicos como sus sirvientes, porque ellos no son dichosa sencienta para cumplir órdenes de un recién llegado, hasta entonces le prohibo que se dirija con groserías a ellos y  ya después cuando  sea la dueña y señora, con gusto se llegara a un acuerdo del trato a los empleados hasta el momento usted es una simple visitante — en este momento disfruto verle el rostro lleno de frustración y enojo, si pensó que a mi me podía pisotear por padecer de una enfermedad se ha equivocado y nuevamente lo digo: esa mujer monto en el burro que no era.

—Vaya, no conocía ese lado tuyo — dice Helena con una enorme sonrisa al ver que Lucía se ha marchado y a llevado consigo sus palabras.

—No me gusta mostrarlo, no es de mi agrado esta ha sido la excepción.

—¡Maia! — llama a gritos mi nombre Tyler quien a los pocos segundos ingresa a la cocina —Buenos días señorita Helena es un gusto verle de nuevo.

—Buenos días joven Tyler— le saluda helena dándole una sonrisa para después voltear a mirarme. Esta chica enserio.

—Maia te necesito urgentemente — por su tono de voz deduzco que algo ha pasado

—Bien, Helena he dejado el menú en el mesón. Vendré en un rato para colaborar con lo demás.

—No te preocupes, ves que ya tengo todo solucionado — Sonrie y guiña el ojo.

—Vamos — me agarra de la mano, saliendo de la cocina le doy una mirada a Helena

—Diviertasen — dice antes de que salgamos por completo

—¿Tyler a dónde vamos? — Pregunto al ver que ya hemos subido corriendo las escaleras del tercer piso y nada que llegamos a donde sea que me lleve.

No obtengo respuesta alguna. Unos minutos después paramos frente a la puerta que da acceso a la sala de té ¿por qué me ha traído hasta aquí?

—Tyler no me habrás sacado de mi labor para acompañarte a tomar té ¿verdad?— Digo un poco molesta, no puedo darme el lujo de andar tomando té con el hermano de mi amo, cuando debo estar en mis labores y cuando también puede generar malos entendidos.

—Sí y no — Responde el sonriente.

—Tyler, debo volver aún tento bastantes cosas por hacer— Esto me irrita.

simplemente ignora mis palabras y me lleva a la mesa.

— Amaia ¿Te haz vuelto a encontrar con mi padre? — Su actitud ha cambiado, sus gestos de alegría ha sudo remplazado por uno lleno de preocupación y seriedad.

¿por qué debería encontrarme con el emperador?

—No, no he tenido contacto con el desde que usted se fue— Eso es extraño, ¿por qué me pregunta de repente por su padre?

—Es extraño, no había tenido la oportunidad de decírtelo, pero mi padre te ha enviado algo — saca una cajita negra con decores dorados de una de las mesas de la sala.

— ¿Por qué el Emperador me enviaría algo? — Estoy igual de curiosa que Tyler y también confundida. Después de todo el Emperador eliminó todo contacto conmigo cuando su esposa armó un escándalo afirmando que a la edad de 15 años yo le hacía trabajos sexuales a su marido a cambio de joyas y ropa.

—No lo sé. No he mirado que es. —Me lo entrega y quedo extrañada. Tras tomar asiento abro la caja y veo que su contenido es un collar, un collar que contiene un tulipán morado pequeño y nieve?

—¿Un collar? ¿Por qué mi padre te envió eso con tanta discreción? — Se corre el cabello si apartar la vista del collar.

"Te congelaras...." "Podrás seguir jugando con ellos despues..." "Cuando seas adulta tu también lo tendras..."

Esas palabras llegan a mi mente sin sentido alguno...

—¿Quien era esa mujer?

— ¿Qué mujer?

Oh, pensé en voz alta

—Nada — Sonrió. Su cabello era negro y largo Emperador ¿Finalmente encontró alguna pista?

Sonrio y cierro la caja que contiene el collar.

—Creo que ya lo recuerdo

— ¿Qué cosa?

—Creo que en un invierno cuando tu padre vino de visita me pregunto cual era mi flor favorita y yo respondí que los tulipanes que crecían en el invierno...

—Pero a ti no te gustan las flores, además esos tulipanes no los he visto nunca en mi vida — Me interrumpe y acierta.

— Bueno era una niña, el prometio que me daría unos por ser buena niña. Al parecer finalmente los encontró— Sonrió, claro que esto es una actuación el nunca mencionó nada de eso. Esto es una historia inventada.

^^^"Amaia a mi oficina, ahora"^^^

—Crawford me necesita, ya debo marcharme— hago una reverencia guardando la caja en el bolsillo del pantalón.

—Por favor agradecerle a tu padre de mi parte. Gracias Tyler— Sonrio y me marcho a la oficina del Maestro Crawford. Antes de ingresar arreglo mi uniforme y toco a la puerta.

—Amaia no necesitas golpear — dicho esto, ingreso a su oficina.

—Me disculpo señor, pero no quería volver a toparme con es escena, usted ya sabe... — digo un tanto avergonzada jugando con mis dedos.

—Me disculpo por eso, fue mi error no avisar — dice entre risas con una pizca de nervios

—¿en que puedo servirle?

—Han enviado propuestas para los nuevos terrenos, clasificalos de cuales son más beneficiosos tanto para ustedes como para nosotros.— señala con la mirada toda la fila de documentos en el otro escritorio. Vaya ¿tantas propuestas?

—Claro que si maestro, de inmediato — Tomo asiento y empiezo a revisar las propuestas mientras el maestro revisa otros documentos.

Entre las propuestas encuentro una donde se solicita que la lay 315 sea removida esto con el fin de construir un banco de sangre... "Porque los humanos deben pagar toda misericordias que hemos tenido con ellos durante siglos"

— Qué patetico, para iniciar jamás imploramos que nos gobernaran, Vampiros engreídos — Digo molesta y tiró esa solicitud a la basura.

El maestro me mira anonado seguido de levantarse de su silla para tomar la carpeta que tire a la basura y apoyarse en el escritorio donde me encuentro.

—Hmmm. Un banco de sangre, nada mal esta propuesta — Al escuchar eso lo miro sorprendida y molesta

— ¡Maestro!

al verme molesta empieza a reír y acaricia mi cabello lo cual me sorprende pero me alejo rápidamente.

—Maestro eso fue una broma ¿cierto?

— Tu me llamaste engreído, ¿también fue una broma? — vaya mirada la que me da, que miedo.

—Lo fue...— Idgo nerviosa desviando la mirada a los documentos.

— ¿Aún te doy miedo?

¿Se refiere a lo que sucedio hace años? Trago seco al recordarlo.

—Esta bien — Vuelve a su asiento desanimado.

El silencio perdura en la habitación por unos largos minutos.

—Por cierto ¿Qué tal tu día libre?

—Estuvo bien, maestro— respondo con seriedad

—Me alegra escuchar eso — Vuelve el silencio a la oficina.

"ella es una niña" "le debemos demaciado, seria descortés de mi parte tirarla así nada más"... ¿Por qué me estoy acordando de eso justo ahora?

—Amaia ¿estas bien?

—Sí señor, estoy bien — respondo con un poco de rudeza

—Disculpe, no era mi intención hablarle así...

—¿fue por lo qué escuchaste ayer? — sus palabras me toman de sorpresa, tanto así que no puedo ocultar la expresión pasmada en mi cara.

—Fue un error señor, no era mi intención escuchar su conversación con la señorita Lucía — continuó acomodando los papeles, no soy capaz de verle al rostro.

—No evadas mi pregunta con una disculpa —  dice con seriedad

—perdón señor — continuamos organizando y un incomodo silencio permanece en la oficina, es tan incomodo que mis manos están empezando a sudar.

—Mi vida se nos hace tarde para ir a cenar, ya todo está listo— dice Lucía ingresando a la oficina, al verme lo primero que hace es darme un mirada con desaprobación.

—Lucía hoy no puedo estoy ocupado con estos papeles, será otro día — le responder sin tan siquiera mirarle.

—Pero mi vida yo ya hice la recervacion ya esta todo listo, no puedes dejarme plantada amor mío — hace una pataleta realmente estúpida, esta mujer es tan inmadura.

—Lucía porfavor no...

—Maestro por favor vaya con la señorita Lucía yo me hago cargo de esto— digo sin mirarle

—Amaia esto es demaciado para ti sola, Lucía en verdad será otro día.

—Maestro ayer me dio el día libre, por favor vaya con la señorita Lucía y déjeme terminar esto ya que después de todo este es mi trabajo — vuelvo a insistir.

—Amaia...

—No se preocupe por mi estoy bien— Siempre lo he estado.

—Ya has escuchado a la enferma, ya vámonos si mi vida mira que la reservacion es a las ocho y apenas tenemos media hora para llegar

—¡Te he dicho que no le llames así! — Grita enojado Crawford fulminado a Lucía con la mirada.

—Maestro no se preocupe, como sea que me llame la señorita Lucía no presto la mínima atención a ellos por favor vaya y disfrute de su noche y de su cena. — tomo una pluma para anotar en la libreta algunas ideas de las propuestas.

—Esta bien, pero si te sientes cansada y aun te falta dejalo así, mañana yo lo termino, no te esfuerces mucho — se levanta y sale de la oficina junto a Lucía.

—Por fin mi tiempo de paz, ya era hora — digo rodando los ojos.

Termino la revisión de la última carpeta, estiró mi cuerpo y observo por el balcón que ya ha caído totalmente la noche.

"Aún te doy miedo"

—Tal vez, no estoy segura — Suspiro y tras dividir las propuestas las guardo en el cajón del escritorio.

Termino de organizar mi escritorio y tomo mi reloj de bolsillo para mirar la hora. "21:30" maldición mi medicina, busco en mi bolsillo mis pastillas, saco un pastilla y me sirvo un vaso de agua, ingreso las pastillas a mi boca y junto con el agua las digiero.

—Veamos que otro pendiente hay— me acerco al escritorio de Crawford y preciono unos segundos la tecla espacio, la pantalla del computador se enciende y pide la contraseña "8ZafiroJohnson3200" como era de esperar esta no esa la única clave de su teléfono sino también de su computadora. Observó el formato que está llenando y los papeles que está adjuntando para la propuesta de un mejor bienestar para los habitantes de la región irlandesa, Crawford ya me había platicado de esta propuesta y la verdad que se le veía muy emocionado.

—haber empezamos con esto — empiezo a teclear y reyenar los espacios vacíos, esto me tomas unas cuantas horas seguido de darle una par de revisadas y unas cuantas correcciones.

Finalmente termino de adjuntar los documentos y lo guardo y sin embargo mando uno para la papelera, ya está terminado.

Me recuesto sobre el escritorio mientras con la lámpara iluminando admiro aquel precioso collar.

—Es simplemente hermoso— Hablo para mi misma sin quitarle la mirada al tulipán que hay dentro como dijen.

Suspiro seguido de cerrar los ojos y tratar de recordar quién era aquella mujer de pelo negro y largo. Ella era hermosa... pero ¿Quién era?

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***