Ch. 1
—Maestro Crawford, los papeles ya han sido enviados y también... — abro la puerta y me quedo en silencio al ver una de las típicas escenas con las que me suelo topar en medio de mi trabajo y es nada más y nada menos que el maestro teniendo sexo una una de sus dichosas clientas.
—Lamento mi interrupción, dejare los papeles aquí cualquier pregunta que tenga puede buscarme, con permiso maestro — hago una reverencia y cierro la puerta, respiro con pesadez y empiezo a bajar las escaleras.
Amaia Zafiro Jonhson Delvalk esa soy yo, llevo diez años trabajando en la mansión del maestro Crawford, mi rango en esta mansión es mayor que los demás ya que desde que era pequeña aparte de ayudar en lo que pudiera me entrenaron como mayordomo y bueno eso es lo que soy en estos momentos, soy la mayordoma del maestro.
—Dejame adivinar, de nuevo viste esa asquerosa escena — dice entre burla Helena entregándome un vaso con agua.
—Sí y dejame decirte que no fue muy agradable, maestro se supone que usted debe estar trabajando duro no solo por el bien de su región sino también como futuro Emperador, más no haciendo de sus guachadas — termino mi vaso de agua y se lo devuelvo a Helena.
—Sufres mucho Amaia, pareces que fueras la hermana mayor del maestro corrigiendole una que otra cosa.
—Debo hacerlo, de lo contrario sería todo un caos — me encojo de hombros.
—Ay niña te van a sacar canas muy joven — se echa a reír y yo solo la fulmino con la mirada.
"Amaia ven a mi oficina, ahora"
—el maestro me llama mi pequeño descanso ha terminado –me pongo de pie y aliso mi traje.
—Suerte — sonríe helena
—La necesito para eliminar todas esas escenas — dicho esto Helena se echa a reír y yo apenas le regalo una sonrisa para después dirigirme a la oficina del maestro donde al subir las escaleras veo a la clienta del maestro bajando, me da una mirada de pocos amigos a lo que le doy una sonrisa fingida seguido de una reverencia. Ya es tan común para mi lidiar con mujeres como ellas quienes se creen las señoras y futuras emperatrices pero en realidad el maestro las resulta botando tras una noche de pasión.
—Dígame maestro — hago una reverencia al ingresar
—Escuche todo lo que dijiste Niña— dice cerrando un portafolio.
—Señor, a usted le gusta que sus trabajadores le sean sinceros, esas palabras fueron mis más sinceros pensamientos—. Continuó ahí de pie observándolo.
—prepara una cena para hoy, es muy importante no quiero ni un error — ordena y con su mano me hace una señal para que le lleve el vino y le sirva
—Cuantas personas señor — termino de servir la copa de vino y dejo este en su lugar
—Tres personas, algo sencillo pero elegante por favor encárgate tu del postre — Toma un portafolio negro y empieza a darle su respectiva revisión.
—Enseguida señor, con permiso — dicho esto me retiro de su oficina para después citar a todo el personal a la cocina.
—El día de hoy habrá una cena muy importante, tres personas muy especiales para el maestro, por favor pónganse en marcha de inmediato — nada más de terminar todos se van a sus labores
—¿De nuevo los postres? — Pregunta helena sacando una vajilla
—Así es — respondo terminando de amarrar en la parte traerá de mi cuello el delantal
—Al maestro parece gustarle demasiado sus postres — me da una coqueta mirada a lo que ruedo los ojos y la ignoro, ella y sus locas ideas.
Todo esta listo antes de tiempo, el comedor ya estar arreglado y la comida ya está lista, termino de colocar las copas junto a un par de vinos en el comedor para dar por terminado el arreglo
"Amaia necesito tu ayuda, ven a mi habitación"
Ya me puedo hacer una idea de lo que se trata, giro sobre mis talones y rápidamente me dirijo a su habitación donde al ingresar como ya lo suponía se encuentra vestido informalmente, no puedo evitar soltar una risilla lo que causa que Crawford me fulmine con la mirada. Me acerco a su armario y de allí tomó unos pantalones negros junto a una camisa blanca, un chaleco negro y un saco del mismo color junto a unas medias negras y unos zapatos del mismo color.
—Aquí está maestro — le entregó la ropa
—Gracias Amaia ya puedes retirarte —ordena y yo obedezco, salgo de su habitación y doy unas cuantas vueltas par asegurarme de que todo esta en orden y de que todos están en sus labores, de vuelta a la sala me topo con el maestro quien luce su traje con gracia.
—maestro — le llamo seguido de una reverencia
—¿Sucede algo? — me interroga y yo asiento con la cabeza —¿Qué cosa?
—Su camisa señor, no esta bien arreglada — me acerco a él y le arreglo el cuello de la camisa, Crawford es como un niño siempre tengo que estar al pendiente de él porque quiera o no siempre tendrá algo mal en su ropa
—Listo maestro, ahora si — aliso su saco y le regalo una sonrisa
—¡Pero nada más mira como ha crecido mi pequeña Maia en estos tres años de ausencia! — no dudo ni un segundo en girarme y encontrarme a la persona que hizo de mi infancia la más feliz del mundo.
—¡Tyler! —Oh lo olvide, olvide mi lugar —Perdone, joven Tyler —hago una reverencia lo cual causa una cara de poco amigos por parte de Tyler.
—Nada de joven mocosa, venga aquí y me da un abrazo ¿acasó no extraño a este hombre? — dice son una risilla, asiento con la cabeza y prácticamente me lanzó a sus brazos dándole un muy cálido y necesitado abrazo. Le extrañe, le extrañe demasiado a este hombre.
—¿Me haz extrañado pequeña? — este idiota no se por qué pregunta bobadas.
—Sí, mucho — sonrió, estoy super feliz de volver a ver a este mocoso
—ay mi Maia ¡te extrañe tanto! — me da un estrujon
—y yo a usted Tyler — sonrió con amplitud cerrando mis ojos y disfrutando de aquel confortable abrazo el cual no tuve durante tres o más años. Todo bien hasta que abro los ojos y observó a una mujer de cabellos rojo con una mirada de poco amigos seguido de llamar la atención de los dos hombres a mi lado
—Lady Lucía es un gusto muy placentero el verle de nuevo – dice Crawford con una sonrisa
—Igualmente mente querido Lord, te he echado mucho de menos — le dice con una mirada coqueta y una sonrisa llena de picardia, a lo que Crawford le devuelve la misma sonrisa. Algo aquí me huele mal y espero que no sea lo que estoy pensando.
—Maia, ella es una amiga de infancia muy querida Lucía, Lucía ella es Amaia, la niña que curo mi depresión y la que me hizo feliz por unos años, aclaro que ahora de solo verla me hace feliz — sonríe y mellizca mis mejillas a lo que yo hago pucheros arrugando mi nariz
—Un gusto señorita Lucía — hago una reverencia
—Oye Craw, vamos a caminar y a platicar mira que ya hace años no nos vemos — le invita Lucía a mi maestro, el apenas me mira y mira a Tyler no se lo que cruza por su cabeza al hacer esa cara de mal gusto
—Sí anda ve con ella, yo me quedo con mi pequeña, ya que tengo mucho que hablar con ella — dice entre sonrisa Tyler.
—Maestro, por favor recuerde estar en el comedor a las siente yo me encargaré de llevar a Tyler a tiempo — dicho esto hago una reverencia y me voy encantada tomada de gancho de Tyler
—En mi viaje a la región de los ojos pequeños...
—Se llama la Region Oreintal JînLóng Tyler — Digo riendo mientras niego con la cabeza.
—Suena más artístico como lo nombro, en fin te traje una buena cantidad de dulces ¡vamos a comer! — dicho esto me agarra de la mano y salimos corriendo, nos. Topamos con Helena en el pasillo y ella apenas me ve sonríe con picardia y en murmuró dice "Buena suerte" junto a sus dos pulgares levantados, esta chica como siempre diciendo cosas sin sentido alguno. Finalmente llegamos a su habitación
—Oye veo que tienes mi habitación en perfecto estado — sonríe
—Sí señor — tan solo decir "señor" Tyler arruga sus cejas en señal de disgusto —Perdón, Tyler
—Eso esta mejor — sonríe y acaricia mi cabello —Bueno, vamos a comer unos cuantos Snacks
Dicho esto me siento en su cama mientras el busca en su maleta dichosos Snacks, saca una bolsa exageradamente grande y me la entrega
—¿Todo esto? — Pregunta claramente sorprendida observando la bolsa
—Me quedaré unas cuantas semanas entonces los comeremos en transcurso de ella — sonríe y saca una caja roja con un título muy llamativo "Pockys"
—Probé esto cuando estaba por allá y ¡me encanto! Vamos prueba — sonríe y abre la caja, saca un palito café y se lo mete a la boca, saca otro y el se encarga de ponerlo a mi boca, primer mordisco y simplemente me encanta ¡es delicioso!
—Esta bueno Tyler — digo emocionada terminando mi palito de chocolate, él asiente y me entrega toda una caja —Gracias
—a comer se ha dicho — ordena y yo asiento, continuamos hablando de sus experiencias en la región en la que estaba cosas que le habían gustado y disgustado
—¿Cómo sigues con los ataques? — Pregunta Tyler acariciando mi cabello, lo cual se me hace como y agradable.
—Pocas veces me dan los ataques — es cierto ahora ya no me dan tan a diario como cuando era niña
—¿Pero estas bien ?
—Lo estoy Tyler, no tienes nada de que preocuparse la medicina hace efecto — sonrió. A este chico y a su hermano les debo la vida si no fuera por ellos, por haberme recogido aquel día... Yo probablemente sería nadie, así es nadie, ya que con los ataques y sin ninguna medicina, ningún tratamiento seguramente uniera muerto
—estaré al pendiente de ti en este tiempo que estoy aquí — corre unos cuantos mechones de mi cara
—Se lo agradezco, pero no debe molestarse yo me puedo cuidar sola pero aun así gracias por todo Tyler, por cambiarme la vida por permitirme sonreír nuevamente — se lo agradezco todo, absolutamente todo
—No es nada aunque sabes, es triste no poder ver tus ojos— Toma mi mejilla y me mira directamente a los ojos.
—Pero si los está viendo justo ahora— Claro que tengo claro que se refiere al color, pero vamos a molestarlo un poco.
—Me refiero a tu hermoso color de ojos, niña tonta— me pellizca con suavidad las mejillas acto al cual río para después sobarme.
Saco mi reloj de bolsillo y observó la hora —Tyler, debe arreglarse ya pronto deberá estar en el comedor
—Sí — obedece y empieza a buscar ropa
—estaré esperando por usted en la puerta— dicho esto salgo del cuarto cerrando la puerta tras de mí, mientras espero como unos cuantos de estos palitos de chocolate
—Oye no puedo abrochar mi chaleco ¿me das una mano? — dice Tyler desde el otro lado de la puerta, suelto una risilla y ruedo los ojos. Estos hermanos como que tienen eso de no saber vestirse bien, ingreso a la habitación y le observó apenas con los pantalones, la camisa blanca manga larga y el chaleco mal puesto
—No siempre estaré para ayudarle con el chaleco Tyler — sonrió y me acerco a él
—oye este chaleco es muy diferente al que yo suelo utilizar, no me culpes niña — pellizca nuevamente mis cachetes a lo que arrugó mis cejas, arreglo su chaleco lo cual no tarda mucho
—Listo, ya esta Tyler
—Gracias Maia— se coloca el abrigo para después salir de su cuarto y dirigirnos al comedor donde ya se encuentran Lucía y Crawford
—Un poco tarde ¿no creé Delvalk? — no sé porque su estúpidas actitud tan inmadura conmigo cuando yo nada le he hecho a esa señora.
—En realidad no señorita Lucia, llegamos cinco minutos antes de la hora fija — si creé que me voy a dejar pues se equivoco, monto en el burro que no era.
—Que insolencia la suya muchacha — dice enojada ante mis palabras
—Ya Lucía calmate, Amaia ya puedes traer la comida — ordena Crawford a lo que yo asiento con un "Sí maestro" seguido de una reverencia, le soy una sonría burlona a Lucía para después irme por la comida, ya colocando los platos en la bandeja me dirijo al comedor a servirles la comida seguido de unas copas de vino.
—¿Quieres Helena? — le ofrezco los dulces que me dio Tyler hace un momento
—Claro, no sé que sea pero se ve rico — sonríe, le doy cuatro palitos y al probar el primero se ve sorprendida
–esta delicioso ¿Dónde los has conseguido?— Pregunta comiendo su segundo palito
—Tyler los ha comprado y me ha regalado una caja, la verdad si que están delicioso temo volverme adicta a estos dulces — lo último lo digo en broma, aun que no ha de faltar que tal que sí
—a mi se me hace que alguien esta enamorado
—No digas locuras Helena, solo me los dio porque van tres años que no nos veíamos— necesito un libro que se titule "Como quitar las ideas perversas de la cabeza de tu amiga" me sería de mucha ayuda si encontrará un libro así.
—anda pero el joven Tyler es muy guapo y debo admitir que ustedes juntos se ven muy lindos, serían una perfecta pareja — sonríe y termina de comer su palito de chocolate a lo que le doy unos cuantos más
—ay si una linda pareja, Helena solo mira nuestros rangos él es lógicamente de un rango exageramente mayor yo apenas llego a los talones de su rango, y si no te lo voy a negar Tyler es guapo y agradable pero no le veo como mi pareja – relajo mis hombros —además ahora lo único que me interesa es estudiar, no quiero nada de romances eso seria solo una perdida de tiempo.
—Eres una amargada en cosas del amor Amaia — gruñe disgustada a lo que yo solo rio. Observó mi reloj y es la hora exacta para servir el postre. Me dirijo a la nevera y de allí saco tres Flans, esperen no crean que estos son Flans ordinarios, pues bien son Flans de sangre.
—Aquí esta su postre maestro —indicó colocando el último flan frente a él, pego la bandeja a mi pecho y hago una reverencia para después salir del lugar e ir ayudar a las chicas con el desorden en la cocina.
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