Ch. 2
Una "pequeña reunión" fue lo que ordenó el maestro para el día de hoy, una reunión con música, comida, postres y alcohol por doquier para mi esa "pequeña reunión" resultará siendo una "enorme fiesta" pero como sea es orden del maestro y lo único que se debe hacer es cumplir.
—¿Cómo vamos con la comida Helena? — ingreso a la cocina por unos cuantos ingredientes para los postres
—Todo en orden Amaia — dice con una sonrisa —¿necesitas ayuda en algo?
—No tranquila Helena tu continúa aquí, yo me encargo de los postres — dicho esto le doy una última sonrisa para después salir con los recipientes necesarios y dirigirme a la segunda cocina donde me dispongo a prepara el postre de hoy. Como postre para esta ocasión tendremos una tarta con reyeno de sangre
Finalmente todo ya está arreglado y a tiempo, en unos pocos minutos, unos cuantos conocidos del maestro Crawford y unos cuantos amigos de de la señorita Lucía y del joven Tyler llegarán.
"Amaia ven a mi habitación"
Terminó la decoración del la tarta para después dirigirme a la habitación del maestro donde antes de ingresar hago una reverencia ante la puerta de su habitación —Maestro, aquí estoy — hago una seguda reverencia, levanto la cabeza y observó al maestro con un smoking de pantalón negros y chaqueta azul, muy elegante apropósito. No le había visto con un smoking diferente a uno negro, siempre anda con su camisa manga larga pantalones shanel y chaleco
—¿Me queda bien el traje? — interroga intentando acomodar su corbata con lo cual no tiene éxito
—le queda bien maestro, permitame arreglar su corbata — sonrió para acercarme a él y empezar a arreglar su corbata, un par de vueltas y ya esta lista
—Gracias Amaia — alisa su chaqueta, se le ve un poco nervioso
—Oye Crawford los invitados... — Lucía ingresa a la habitación y se queda en silencio fuilminandome con la mirada —Los invitados están llegando y preguntan por ti
—Bajo en unos minutos, por favor vuelve con ellos no tardo — dicho esto Lucia dice algo por lo bajo y sale de la habitación enojada
—ve al baño y cambiate, allí he dejado un traje, espero por ti afuera — dicho esto sale de la habitación. ¿Un traje? Llena de curiosidad me dirijo al baño y veo a tan dichoso y elegante traje colgado, es un smoking blanco con corbatin negro, nunca había utilizado un traje blanco los míos suelen ser negros. Me cambio mi traje por el nuevo smoking blanco, doblo en traje y salgo de la habitación con el en mis brazos.
—Deja el traje en la habitación — ordena acomodando sus mangas, asiento con la cabeza y obedezco. Nos dirigimos a la sala donde los invitados se encuentran hablando entre ellos
—Ire a ayudar con las cosas en la cocina — digo al maestro pero este me agarra del brazo
—Tu solo te encargas del postre, estarás a mi lado no te alejes — suelta mi brazo y yo hago una reverencia en forma de asentimiento. Unas cuantas personas se acercan al maestro y le empiezan a saludar entre risas y sonrisas
—Señorita traigame una copa de Vodka con limón, pero de inmediato — me habla un rubio de ojos verdes, no hago nada y simplemente me quedo ahí parada observando el frente.
—¡acaso no me escucho maldita sirvienta! El echo de que tengas ese elegante traje no quiere decir que....
—No tienes el derecho de ordenar a mi mayordomo y mucho menos tratarle de tan grosera forma — le dice el maestro agarrando le del cuello.
—Lo siento Crawford no sabia que esa chica era tu mayordomo — dice con nerviosismo tratando de soltarse del agarre del maestro
—ahora que lo sabe deberá arrodillarse a sus pies y pedir disculpas, si ella las acepta le perdonare la vida de lo contrario esta será su última noche — lo suelta y con la cabeza se hace señas para que se arrodille
—Maestro esto no...
—Silencio Amaia, es una orden — parece estar disfrutando el ver rogar por su vida a este chico. Maestro es usted una persona humillativa.
El joven rubio se arodilla frente a mí, coloca sus manos a pocos centímetros de mis zapatos y sobre ellas coloca su cabeza.
—Señorita me disculpo por tan ofensivas palabras, espero pueda perdonar mi vida — nada más termina de hablar cuando el maestro coloca su pie sobre la espalda del rubio.
—Maestro — observó al chico y después a él quien me hace una seña con la cabeza seguido de un "prosigue"
—He decidido perdonar su vida con la única condición de que no moleste al maestro, por favor levántese — hago una reverencia para después observar el rostro del maestro en el cual se puede ver satisfacción.
—Agradece que esta chica de noble corazón perdono tu vida, ahora largo de mi mansión — le da un empujón, el joven le da una mirada de pocos amigos y sale de la mansión echo furia
—Maestro eso fue muy cruel — digo con la mirada clavada en el suelo
—Es mi deber el colocar a tipos como él en su debido lugar — sonríe y acaricia mi cabello — El echo de que deje que te hablen así Amaia es humillante, estas en todo el derecho de tener defensa propia
—Lo comprendo maestro, no sucederá de nuevo — hago una reverencia — Iré a tomar un poco de aire fresco, no tardare
—Esta bien, no tardes — dice con una sonrisa para dirigirse junto a su hermano Tyler y su prima Lucía, me topo con uno de los meseros cuyo nombre no recuerdo ahora, tomo una copa de Vodka y me dirijo a la salida donde se encuentra el chico rubio hablando por teléfono quejándose y maldiciendo a Crawford, nada más espero a que termine su llamada y me acerco a él
—¿no le basto con humillarme humana de...
—a través de mi el maestro puede escuchar todo, por favor evite otra humillación— le entrego la copa de Vodka con limón —aquí esta el vodka, por favor en una próxima vez solicitelo con más amabilidad.
Agarra la copa de vodka y me mira con sospecha —no habrá echado nada en la bebida ¿verdad?
—Sí tuviera intención de matarle simplemente lo llevaría a un lugar lejano y arrancaría su cabeza para despues ocultar su cadáver, eso sería una muerte instantanea y menos dolorosa y no envenenarle lo cual es poco profesional y no es una muerte efectiva — apoyo mis codos en el muro de madera y observó el jardín lleno de rosas.
—No sé si preocuparme por lo daton que me otorgo o temerle por el hecho de que lo piensa, en fin me disculpo por lo que paso allí adentro, no quería humillarle de tal manera pero fue orden del maestro y no puedo incumplir tales órdenes, me disculpo joven... — ahora que lo pienso no se su nombre y no soy digna de preguntar por tal
—Amateurs, ese es mi nombre — ahhh, ya sé quien es este joven es el hijo del Duque Zach Norfolk de la región Norfolk
—Me disculpo por tales acciones tan humillantes Joven Amateurs — hago una reverencia
—Disculpas aceptadas, también me disculpo por el tono que utilicé, no fue para nada amable — devuelve la reverencia
— Sí usted gusta puede volver a la fiesta yo me encargo de hablar con el maestro, el debe entenderlo
—No no, gracia pero debo volver junto a mi prometida
—Comprendo, de todas formas hablaré con el maestro sobre usted — no quiero que hayan rencores entre miembros de las otras regiones por que con rencores entre ellos lo único que le espera al futuro es una guerra donde cuentos de personas mueren y eso es lo último que yo quisiera ver
—Gracias y nuevamente me disculpo por tan groseras palabras y espero nos volvamos a reencontrar una próxima vez— por primera vez deja esa actitud ruda y sonríe
—No hay problema, que tenga un buen viaje, salude a su padre de parte del maestro Crawford — dicho esto hago una reverencia y vuelvo a la fiesta, donde al entrar lo primero que veo es al maestro con cara de pocos amigos
—"Salude a su padre de parte del Maestro Crawford" — dice con frialdad esperando una respuesta de mi parte
—Maestro no quiero que tenga rencores con el hijo del Duque Zach, por que a causa de ello usted sabe perfectamente que una guerra se puede desatar en un abrir y cerrar de ojos
—Sí guerra quieren, guerra se les ha de dar — Ahgg esta actitud no me gusta para nada, tan egoísta
—No voy a permitir que se propague una guerra por unas simples palabras, porque los únicos que terminan involucrados y malheridos son mi gente (los humanos) — ya estoy empezando a molestarme, su actitud no me gusta para nada, siempre tratando de pasar sobre las demás personas sin tomar importancia de los más mínimo
—Bien, tu ganas ya no me pongas esa cara y no me mires con esos ojos que es lo que más me duele — parece que aun tengo ese don de niña, el de dominar a mi maestro con unas simples miradas, voy a tomar ventaja de ello
—No, nisiquiera lo pienses Amaia — olvide que es el quien tiene el poder de entrar y salir de mi mente como le plazca
—Ya lo pensé — digo con una sonrisa, un mesero para y le quito una copa de vino la cual se la entrego al maestro —Por favor diviértase, si hay algún problema estaré en el balcón de la sala — dicho esto me dirijo a tal lugar para tomar aire ya que el simple echo de estar rodeada de tantas personas en un ambiente lleno de alcohol me asfixia.
—¿Todo en orden mi pequeña? — Tyler aparece a un lado con una sonrisa
—Sí, solo necesitaba tomar aire — continuó observando el jardín de rosas disfrutando del frío viento que acaricia mi rostro. Pasamos un buen rato ahí observando el jardín lleno de rosas platicando de una que otra cosa.
—Amaia — aparece Helena a mis espaldas —lamento interrumpirlo, joven Tyler — hace una reverencia
—No interrumpes nada Helena ¿sucede algo?
—Sí, Amaia el maestro está pidiendo tus postres — dice con una sonrisa para después volver a la sala
—Bueno, el deber me llama nos vemos después Tyler — vuelvo a la sala y me dirijo a la cocina donde los postres ya están siendo colocados en las bandejas, tomo una de ellas y me dirijo a la sala para empezar a repartir la tarta.
—Por favor guardame otro, seguro esta delicioso — dice Tyler susurrando a mi oído.
sonrió y le afirmo que así será
—Amaia ya puedes retirarte — ordena el maestro Crawford a lo que hago una reverencia y obedezco, abandonando asimismo la sala.
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Comments
Elena Rizo
empieza un poco calmada pero me está intrigado un poci
2021-07-26
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