Un regalo inesperado

Francesco camina hacia su oficina con Dante y Alessandra, y su amigo le hace señas para que él le agradezca y la invite a celebrar con ellos. Fue gracias a ella que el negocio multimillonario se dio.

Francesco suspira y con dificultad le agradece. Él no es de dar gracias o de disculparse; está acostumbrado a mandar y exigir.

“Muchas gracias, Ferrari hizo un excelente trabajo”, habló un poco forzado y ella asintió con una sonrisa cordial en su rostro.

“Ya lo dije, solo hacía mi trabajo, señor Fiorucci”, dijo y él asintió.

“De igual forma me gustaría saber si nos puede acompañar a celebrar este logro; de todos modos fue gracias a usted”. Ella negó rápidamente; no podía ir con él, debía trabajar al menos hasta que le comenzaran a pagar. Ya casi no tenía deudas, pero las tenía y debía conservar aquel trabajo mientras tanto.

“Muchas gracias por la invitación, pero me temo que tendré que rechazarla, pues las noches las tengo comprometidas”, habló y ambos se miraron; Francesco frunció su ceño. No le gustó su respuesta para nada.

“¿No puede faltar a ese compromiso solo por hoy?”, insistió Dante y ella negó con una sonrisa.

“De verdad no puedo, pero muchas gracias por la invitación, es un buen detalle”. Ella salió de la oficina hacia la suya y Dante quedó con Francesco hablando; él estaba indignado, nadie lo rechazaba.

“Creo que la señora Ferrari es inmune a tus encantos, Francesco”. Él puso mala cara y le respondió.

"Esa mujer es muy extraña; estoy seguro de que debe ser lesbiana. No me mira más de lo necesario, es la segunda vez que me rechaza una invitación y me irrita que no se equivoque para poder gritarle".

Dante se burla de su amigo y le dice.

“Cuidado, Francesco, no te enfrasques mucho en eso o puedes caer en sus redes”. Una mirada de desaprobación le dio Francesco a Dante; él sabía muy bien que no era hombre de estar en relaciones después de su matrimonio. Su mujer era una interesada que, con la excusa de depresión postparto, se alejó de su hijo cuando tenía días de nacido y no regresó más que para firmar el divorcio. El joven tiene 16 años y creció sin su madre todo este tiempo y él vetó, de su vida, a las relaciones serias; aunque su abuela, la matriarca de la familia y dueña de todo, quería que él se casara. Era tanto el respeto que le tenía, que debía hacerlo o ella cumpliría la promesa de desprestigiar sus empresas solo para reprenderlo.

“No digas estupideces, Dante”, lo reprendió y él levantó sus manos en defensa.

“Tranquilo, amigo, y ¿cómo va tu búsqueda de esposa? Sabes que la abuela Justina es de temer”, dijo riendo y él asintió.

“Ni me lo recuerdes, en dos semanas habrá una reunión y me quiere con mi prometida allí y no cualquiera, una digna sucesora de su legado, con clase fuerte y de carácter. Me dijo que no le llevara a una mocosa arribista”. Dante no paraba de reír…

“La abuela te la puso difícil; todas las que conoces son así”. Francesco quería matar a su amigo; era conocido por toda su familia e igual de mujeriego que él, pero a diferencia de Francesco, Dante era viudo y no quería más relaciones serias por respeto a su difunta esposa.

“No sé qué demonios haré, necesito conseguir una y rápido, pero ella tiene razón, una arribista solo me sacaría dinero”, dice y su amigo asiente.

“Te dije que busques a una y le hagas un contrato; funcionará, ya verás”, Francesco suspira cansado.

—Sí, también he pensado en esa opción. —Francesco debía conseguir a una mujer para esposa, al menos hasta que su abuela se muriera y ya era bastante mayor, aunque se atrevía a decir que tenía más salud que cualquiera.

Horas más tarde, ya Alessandra enteraba a su turno en el antro. La rutina comenzaba: vestirse casi sin nada y bailar para muchos desconocidos que siempre le ofrecían algo más. El suelo del lugar le había ofrecido el trabajo de dama de compañía y ella se negaba; pensaba en lo que dirían sus hijos cuando lo supieran. Se suponía que debía ser ejemplo para ellos y no enseñar a sus hijas a venderse. Ella solo bailaría hasta la quincena y de allí ese mundo quedaría atrás; se dedicaría a trabajar en la empresa y poco a poco recuperaría su tranquilidad. Los dos turnos la estaban volviendo loca.

“Mamacita”, gritó uno de los hombres al que se le habían pasado las copas. Todo eso debía soportar, pero al menos no le había tocado subir a las habitaciones de arriba; allí sí era verdad que se iba solo a prostituirse. Ganaban dinero, pero ella no quería eso para ella.

Las damas de compañía, como su amiga de la infancia, ganaban más porque ellas tenían presencia y a esas las buscaban grandes empresarios; algunas se volvían sus amantes, pero era decisión de ellas.

Alessandra salió por cuarta vez aquella noche oyendo gritos y vítores. Lo dio todo y al terminar se retiró a su casa, vestida con su traje de oficina; ella era una de día y otra de noche. Alessandra llega a su mansión.

Y observa a su hija saltando de alegría; detrás de él está su hijo en una enorme motocicleta.

Alessandra frunce el ceño y se acerca a ellos.

“Hola, mis amores, ¿qué está pasando aquí?”, pregunta con una sonrisa.

“¡Mami, papá le regaló esto a Luca!”, dijo contenta la pequeña Alessia. Luca miró a su madre y asintió.

“Papá dijo que era para que pudiera ir mejor a la universidad, mamá, y ahora tú puedes llevarte mi auto”. Alessandra observó a sus hijos; algo tramaba Roberto, pero no sabía qué era. Este regalo no le gustó del todo; aunque no le prohibiría a sus hijos ver a su padre, ella no les hablaba mal de él y no lo haría jamás.

“Es hermosa, mamá, toda una belleza”, dijo Luca, feliz por su nueva moto.

—Sí, hijo, está hermosa, mi amor. ¿Sabes? Hoy me fue muy bien y creo que pronto podremos contratar de nuevo al menos a otra muchacha para el servicio. —Ellos asintieron; no sabían el lío que atravesaba su madre para poder mantenerlos felices y tranquilos.

Más populares

Comments

Amelia Mirta Fernández

Amelia Mirta Fernández

Verdad!!! es difícil salir adelante con 2.adolescentes y uno con 50 años en la espalda, pero Dios te da la fuerza para enfrentar Lo que venga. Vendí todas mis joyas, para darle de comer y ver bien a mis hijos de 15 y 12 años. Hoy estoy orgullosa de ellos, y yo jubilada, sola pero feliz y tranquila. Dios nunca te abandona.

2025-02-13

28

Mildred Álvarez

Mildred Álvarez

El problema se va a formar cuando sus hijos descubran dónde trabaja por las noches, la van a odiar y no van a valorar el sacrificio que ella hace,para sacarlos adelante mientras que él desgraciado lo quiere comprar con regalos.

2025-02-27

2

Elvira Fretes

Elvira Fretes

Alejandra, espero que Roberto no lo descubra, sino estás acabada, te quitará a tus hijos y para ellos será una desilusión, que le haya regalado una moto, nomás un buen presagio, Luca puede tener un accidente, aunque en el auto también, pero la moto es más peligrosa

2025-03-23

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play