La noche cayó rápidamente, como siempre en esta época del año. Afuera, la casa de al lado se veía iluminada, pero la ventana de mi cuarto permanecía a oscuras. No podía evitar pensar en lo que había pasado en el día. Aquel chico, Luca, con su sonrisa confiada y esa mirada que, aunque distante, parecía saber algo que yo no. Algo dentro de mí deseaba que él se quedara, aunque fuera un poco más de tiempo. Pero la incomodidad de no saber cómo manejar la situación me hizo apartarme, como siempre lo hacía. No soy buena en esas cosas.
Mis pensamientos vagaban, una mezcla de inseguridad y nostalgia por mis padres. Sus voces, sus consejos, sus abrazos; esas cosas que tal vez nunca volverían a ser tan frecuentes. "Solo un año", me repetía, "solo un año". Pero, ¿cómo se supone que voy a manejar un año sin ellos?
A veces siento que soy una extraña en mi propia vida. Como si estuviera viendo todo desde afuera, como si me faltara una parte de mí para poder encajar en el mundo que me rodea. Los demás parecen tan... simples. Todos tienen claro lo que quieren, lo que buscan. Y yo... yo no sé si quiero encajar o si prefiero estar sola, como siempre he estado.
El sonido de mi teléfono me interrumpe, un mensaje de Arianny: "¿Nos vemos mañana para estudiar para el examen de historia?".
Un suspiro escapa de mis labios. Arianny es mi única amiga, si es que la puedo llamar así. Nos conocemos desde hace años, pero nunca hemos sido cercanas. Siempre nos hablamos de la escuela, de los trabajos, de las tareas. A veces, cuando hablamos más allá de eso, siento que no sabemos qué decirnos. Nos entendemos en las cosas simples, pero nunca hemos compartido algo más profundo.
El mensaje me hace pensar en lo que me dijo Luca. "No eres molesta". ¿Será cierto? No sé cómo tratar con las personas, no sé cómo hacer que alguien quiera estar cerca de mí, no sé cómo encajar. A veces me pregunto si soy demasiado rara para ser aceptada.
Mi teléfono vibra otra vez, sacándome de mis pensamientos. Esta vez es mi hermana mayor, Laura "¿Todo bien? Mamá y papá me dijeron que te cuesta dormir sin ellos. Si necesitas hablar, sabes que estoy aquí".
Una sonrisa tímida cruza mi rostro. Laura ha sido siempre mi apoyo, aunque no lo diga en voz alta. Lo que más quiero es que todo sea como antes, que todos estemos juntos, pero sé que las cosas cambian. Y, a veces, esos cambios me hacen sentir que estoy perdiendo algo muy importante.
Si me iba a costar dormir, pero me tengo que acostumbrar, tengo 16 años estoy creciendo no puedo depender tanto de una persona para poder dormir de noche.
suspiró y me acurruco en mi cama viendo la foto en de mis padres en la mesita de noche los voy a extrañar mucho un año sera mucho, espero que los dias pasen rapido.
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