Tengo a alguien.

GAVI:
Gavi.
Gavi.
Tengo que presentarme al equipo.
Pedri.
Pedri.
No te preocupes pequeño, yo te ayudo.
Cuando entramos al campo, era enorme, parecía que si me iba a echar encima el mundo. Estaba intentando pensar en que todo saldría bien, pero me era imposible.
Gavi.
Gavi.
Pedri, no sé si puedo.
Le dije antes de pisar el césped, mis manos volvieron a temblar ligeramente. Y la presión de mi pecho crecía.
Pedri.
Pedri.
Pequeño, escúchame, tú puedes con todo, y vas a poder con esto,¿vale?
Me decía mientras acariciaba mis manos.
Gavi.
Gavi.
No lo sé Pedri.
Mi respiración se apoderaba cada vez un poco más. Tenía mucha calor, muchísimo. No sé ahora por la ansiedad que me estaba comiendo vivo o por la calor que hace. Si, hace calor, pero no tanta para sudar lo que estaba ayudando yo.
Me sentía tan mal conmigo mismo, no sabía qué decir, ni qué hacer. Los nervios no estaban comiendo vivo.
Y es normal, porque al fin y al cabo, he sido siempre un niño muy nervioso e inquieto. Pero nunca me pensaría que pasaría esto. Mi pecho subía y bajaba cada vez más rápido, el aire de mis pulmones salía y entraba constantemente. No sabía si iba a hacer algo mal y me lo echarian en cara. Pero lo que tenía encima era otra vez el maldito pitido cada vez va aumentando más, el mareos y la ansiedad. No sabía si era de la ansiedad o el mareo, fuera la razón de que estuviera viendo muy borroso.
Pedri.
Pedri.
Gavi, todo saldrá bien,¿de acuerdo?
Me dijo con una voz tranquila mientras me agarraba los hombros. Pero yo estaba en mis pensamientos. Parecía que la lengua me la haya tragado un gato. No me salían palabras, no sabía que decir, hola ansiedad no me dejaba. Eso era otra opción.
PEDRI:
Pedri.
Pedri.
Pequeño,¿te estás mareando otra vez?
No contestaba, en cambio, solo intentaba respirar mientras su respiración era irregular.
Pedri.
Pedri.
¿Gavi?
Le seguía preguntando.
Pedri.
Pedri.
Gavi,¿puedes oírme?
Le dije, seguro que se estaba mareando otra vez. Pero no me esperaba que casi cuando se cayese el suelo, por poco se abre la cabeza con las escaleras.
Pedri.
Pedri.
Nononono joder.
Pensaba en voz alta. Se acababa de desmayar un amigo mío, no sabía qué hacer. Así que decidí llamar a Xavi. Salí al campo con miedo.
Xavi.
Xavi.
¿Y Gavi?
Pedri.
Pedri.
A eso venía, se acaba de desmayar subiendo las escaleras.
Xavi.
Xavi.
¿Y donde está ahora?
Lo guié hasta la zona donde estaba, seguía allí, desplomado hasta que decidimos sentarlo contra la pared. Abrió los ojos poco a poco.
Gavi.
Gavi.
¿Qué hago aquí?
Preguntó el pequeño con poco descolocado.
Xavi.
Xavi.
Gavi,¿me escuchas bien?
Le dijo Xavi con una cara que no la había visto en la vida.
Gavi.
Gavi.
Si te escucho.
Xavi.
Xavi.
¿Te encuentras mejor?
Gavi.
Gavi.
Si, o eso creo.
Xavi.
Xavi.
Mejor que los entrenamientos los dejamos para mañana y hoy te escribo el sistema que utilizamos mientras lo observas,¿te parece?
Dijo Xavi mientras lo levantaba.
Gavi.
Gavi.
De acuerdo.
GAVI:
Mierda, me tenía que presentar al equipo. Y ahora no tenía escapatoria ninguna. Estaba con Xavi y con Pedri. Mis nervios se apoderaban cada vez más y más de mi cuerpo. Las manos me volvían a temblar. No sabía como cojones relajarme, hasta que agarré la mano de Pedro. Eran suaves, muy suaves. No lo notaba casi con mi tacto tembloroso. Pedri pareció darse cuenta de mi nerviosismo.
Pedri.
Pedri.
¿Estás bien?
Gavi.
Gavi.
No lo sé, en el mareo sí. Pero estoy nervioso.
Pedri.
Pedri.
Tranquilo Gavi, son muy buenas personas, tenemos te ayudarán con todo al igual que yo. Porque si no Ansu les mete a cada uno una pedazo de ostia que lo flipa.
Xavi.
Xavi.
Bueno tíos, este es Gavi. Es un chico que estaba en La Masía durante 5 años. Y espero que muchos más. Tíos, contarle un poco por encima todo lo que hacemos y demás, y si queréis os podéis ir a los gimnasios que ni nadie. Y así tener más intimidad.
Estuve unos minutitos con Ansu, ya que es mi amigo desde que entré aquí.
Ferran.
Ferran.
Bueno Gavi, yo soy Ferrán o como dicen todos, el mister toad. Cuéntanos un poquillo de ti para conocerte mejor, que a nosotros un día nos conocieras por el señor fatiga.
Yo no podía evitar el temblor de mis manos, la ansiedad me estaba comiendo vivo. Por lo menos mi respiración era regular que solo tenía el temblor de mis manos, algo más ligero en mi pierna y me dolía solo un poco el pecho.
Bueno, yo soy Gavi. Aunque me podéis llamar Gavira o Pablo. Como querais. Como dijo Xavi, yo entré a la Masía con 11 años. He estado en el juvenil y en el alevín pero al final estoy aquí, con todos vosotros.
Eric García.
Eric García.
¿Cómo llegaste a la Masía? En plan, vieron que eras buenísimo y te cogieron, o por algo en concreto. Por cierto, soy Eric. Eric García. Me puedes llamar el catalán o cualquier cosa.
Gavi.
Gavi.
¿Podemos hablar de otra cosa?
Dije yo mientras mi mirada iban para Pedro y para Fati.
Eric García.
Eric García.
Alaaa tiooo, niños lo que estamos de confianza.
Yo en cambio, estaba aterrado. No quería contar nada, me dolía muchísimo contarlo. Solo lo sabe los chicos de La Masía que se rieron de mí, Ansu, Pedri y 3 entrenadores de la Masía. Contando a Xavi claramente. El temblor de mis manos estaba aumentando, no la sentía en esos espantos. Solo tenía mis manos entrelazadas, mi tierna con un temblor constante en mi cabeza estaba empezando a dar vueltas.
Gavi.
Gavi.
A ver, por dónde empiezo. Bueno, mis padres me dejaron entrenando en el club de mi pueblo. Se fueron de vacaciones, yo me quedaría solo en casa un problema alguno. Lo que pasó más adelante fue que llamaron al teléfono fijo, lo cogí y-y-y.
No me salían las palabras, estaba a punto del llanto, Fati me miraba mientras me señalaba con sus manos que estuviera tranquilo, yo tenía calentamiento con la cabeza, no podía con esa situación.
Eric García.
Eric García.
¿Y qué pasó?
Gavi.
Gavi.
Eran del hospital, diciéndome que mis padres habían tenido un accidente de tráfico, en el cual murieron, los dos.
Hice una pausa porque sentía que mi pecho dolía más y más. Iba a estallar, pero no podía, me dice a mí mismo que no iba a llorar. Cosa que pasó menos de 2 minutos después derrumbándome completamente, yéndome débil, totalmente débil. En el suelo, llorando de rodillas al igual que cuando pasó el accidente. Pedri y Ansu se acercaron corriendo a intentar tranquilizarme. Más tarde de que se acercaron ellos, se acercaron todos los demás. Me estaba agobiando con tanta gente encima mía. Intentaba pasarme uno y otra vez las manos por la cara para no perder por segunda vez en el día de hoy la consciencia. Mi pecho estaba subiendo y bajando muy seguido, cada vez me entraban menos aire y mis pulmones.
Xavi.
Xavi.
¡APARTAR UN MOMENTO JODER!
Yo suspiraba una y otra vez para intentar recuperar el aire, lo cual no suce. Tuve que apoyar la cabeza en el suelo para ver si lograba calmarme pero es que ni eso lo conseguía.
Pedri.
Pedri.
Ansu, he encontrado una manera para quitar la ansiedad. Pero no sé si será buena idea.
Ansu Fati.
Ansu Fati.
Hazlo tú que tú eres más de las cosas que yo. Solo quiero que esté bien.
Sentí unas manos cálidas y son especiales por mi cara.
Y de repente.
Pedri me besó, y se sintió jodidamente bien.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play