Fu Yang al escuchar lo que esa mujer le decía, sintió un fuerte dolor en el pecho. Nunca pensó escuchar que su hija había muerto, fue un fuerte golpe para él. Ahora, sí se sentía solo, curiosamente muy en su interior, siempre pensó que volvería pidiéndole perdón; que su hija recapacitara, pero nada de eso pasó, su hija estaba muerta y él no podía asimilar esa noticia.
Cortó la llamada y se quedó sentado en silencio, mirando por la ventana; esa tormenta era feroz, los relámpagos se hacían presentes en el cielo unos tras otros, seguidos de terribles rayos, que no dejaban de retumbar, haciendo vibrar las ventanas.
Fu Yang nunca se imaginó llorar, ni siquiera derramó una lágrima en la muerte de sus padres o de su esposa, siempre desde joven fue un hombre duro de corazón, hasta se podía decir qué insensible; pero nunca se esperó que la muerte de su tesoro, de su preciada hija, la persona que más lo había traicionado, lo hiciera sentir el dolor más grande de su vida.
Sin esperar, sus ojos se llenaron de lágrimas, empezaron a caer una tras otra, hasta el punto de nublar su visión; no hizo ni un solo ruido, ni siquiera se atrevía a levantar sus manos para limpiar sus lágrimas. Un dolor tan intenso recorría todo su interior, hasta sentir que tocaba su alma; el vacío que sentía dentro de él, era algo que nunca se imaginó sentir y su mayor tesoro nunca más lo iba a poder volver a ver.
Se quedó por un largo rato ahí sentado, sin moverse, dejando que sus lágrimas cayeran, con un sabor amargo en su boca; no durmió nada, ni siquiera pensó en lo que iba a hacer, todos sus pensamientos los ocupó el dolor que sentía por la pérdida de su hija.
Aunque no lo iba a aceptar, su subconsciente lo hacía sentir culpa, que él decía para engañarse y no sentirse tan mal: "Es su culpa, solo ella tiene la culpa, por su traición solo buscó su muerte, tenía que acabar mal por abandonar a su padre".
Estas palabras las repetía y repetía como si tratara de convencerse de lo que decía, hasta el punto en que terminó levantándose y gritando mientras miraba al cielo, como si se las dijera a ella. ¿Cuántas horas duró así? No lo supo, pero cuando sacó todo ese dolor mientras le gritaba al cielo, palabras de perdón, al mismo tiempo de odio y de desprecio por su traición.
Al final terminó haciéndola culpable a ella, diciendo que todo lo malo que estaba viviendo era solo su culpa, pero que no pensaba volver a cometer el mismo error, no pensaba darle amor y confianza a quien no se lo mereciera.
Al terminar de decir eso, se fue a su habitación, se metió a bañar, abrió la regadera para que le cayera el agua fría y dejó que sus últimas lágrimas salieran para que se fueran con el agua. Salió del baño, se fue a su enorme closet, tomó ropa interior, un pantalón negro de vestir, muy elegante, una camisa de las más finas, color negro, una corbata de las mejores, pero en color negro, su saco elegante de color negro.
Fu Yang estaba listo para salir de la casa, se puso su perfume, miró por un momento la fotografía de su esposa que estaba en el pequeño buró que estaba a un lado de su cama, se acercó y lo tomó en sus manos. Mientras miraba a su esposa, empezó a hablar, pero con una voz molesta y furiosa.
-Tú eres la única culpable de todo lo que pasó, dejaste que nuestra hija fuera débil, si tan solo me hubieras ayudado a mostrarle que era mucho mejor el camino que yo le ofrecía, ella seguiría viviendo, al igual que tú.
Todas las mujeres son iguales de ingratas, ojalá se estén retorciendo en el infierno por el daño que me han hecho, porque merecen sufrir por todo el mal que me hicieron, por su traición y abandono.
Pero ya verán lo que pienso hacer, no voy a volver a cometer el mismo error que cometí con mi hija; ahora mi nieta va a tener que demostrarme que tiene el derecho de merecer mi amor y mi fortuna, antes de dárselo; ya lo verán, con ella no cometeré los mismos errores que contigo, hija.
Fu Yang dejó la foto sobre el buró, pero con la imagen boca abajo para no verla más; porque era una realidad que su recuerdo era una tortura. Le dolía haberla perdido, aunque no pensaba admitirlo, todo ese dolor lo disfrazaba con reproches y odio.
Al salir de la casa eran ya las 5 a. m., sube al carro y le ordenó al chofer llevarlo al hospital xxxx; el chofer puso en marcha el carro, fue un viaje largo, casi de 1:30 horas, estaba al otro lado de la ciudad, en las colonias más pobres. Fu Yang al llegar, entró directamente al hospital; ahí ya lo estaba esperando su abogado. Le había hablado mientras iba en camino, para que arreglara todo el papeleo, así podía llegar y solo sacar el cuerpo de su hija de ahí.
Al estar adentro, se encontró con su abogado. Ya tenía listo todo para sacar a su hija, hasta la funeraria había llegado, para llevársela al crematorio, y también tenía en sus brazos a su nieta, que en el momento que llegó se la entregó.
Fu Yang algo inseguro, la tomó en sus brazos, estaba demasiado pequeña, era para él la bebé más hermosa, hasta pensaba que era mucho más que la propia hija. Estaba encantada con la pequeña y, justo cuando la tuvo en sus manos, salió del hospital.
Al estar afuera, una mujer, de media edad, se le cruzó en el camino; era la mujer que había ayudado a su hija, la que siempre le hablaba para decirle cómo estaba su hija. La mujer, al tenerlo frente a frente, empezó a decirle.
—Usted tiene la culpa de lo que le pasó a su hija, espero que siempre lleve ese dolor encima, que lo haga arrepentirse de haberle dado la espalada; que eso lo haga reflexionar para que pueda darle una mejor vida a esa niña y que no lo haga cometer los mismos errores, que ha cometido con su pobre hija.
Fu Yang miró a la mujer con odio y con una frialdad le contestó.
—-No pienso cometer los mismos errores, esta bebé, va a entender lo que su madre nunca entendió; que la basura no se revuelve con el oro y que los diamantes brillan siempre, que no son falsos. Mi hija me falló, porque fui muy blando con ella. Le faltó tener fuerza e inteligencia para no dejarse engañar por los diamantes falsos.
Pero ya no volverá a pasar, mi nieta será igual que yo, entenderá el valor de ser fuerte y, sobre todo, sabrá que el poder es lo único que importa en este mundo, para que nunca termine como su tonta madre.
La mujer no entendía sus palabras, pero algo en su tono de voz no le gustaba nada, le dio escalofríos de pensar en lo que le haría a esa pobre bebé; se arrepintió de haberle hablado y de manera insegura le dice.
-¿Qué pasará con el cuerpo de Zhao Feng Ponle? ¿Usted lo podría dejar junto a Fu Ming?
Fu Yang se empezó a reír de lo que la mujer decía y fríamente le dijo.
—Esa maldita basura irá a la fosa común donde nunca nadie lo pueda volver a encontrar; en esta vida nadie sabrá de su existencia, hasta mi nieta lo va a olvidar. Le diré cómo ese maldito llevó a su madre a la muerte, haré que lo olvide, para que nunca nadie pueda orar por su alma y quede en el vacío, porque ese es su lugar, la nada como la basura que es.
La mujer le suplicó que dejara que ella se hiciera cargo del cuerpo, pero Fu Yang se negó. Las órdenes para el abogado fueron directas y, una vez que él decía algo, tenía que hacerse, si no los dejaba sin trabajo.
Regresó a casa, con la bebé, la estuvo cuidando, no dejó que ninguno de los empleados de la casa la viera, solo una mujer que era su ama de llaves y la única persona en que confiaba. La mujer estaba encantada con la bebé, esperaba que Fu Yang le dijera que ella se haría cargo de todo.
Cuidar de la pequeña era lo que más deseaba, pero en ese día solo le habló para que limpiara los pañales, para que le diera de comer y de ahí no la dejaba estar con la bebé. Él mismo se hizo cargo de cuidarla, no quería a nadie cerca y mucho menos quería que supieran sobre su existencia.
A medio día le entregaron las cenizas de su hija; no le hizo un funeral apropiado, solo llevó las cenizas al panteón, a la cripta donde estaba toda su familia. Las colocó al lado de su esposa y antes de retirarse les dijo.
- No voy a dejar que mi nieta pase por lo que tú pasaste hija; le voy a enseñar lo malo de la vida, para que al final sepa seguir el camino correcto, el de una triunfadora, una reina, que esté en la cima del mundo entero.
Una vez que dijo eso, se dio media vuelta y regresó a casa; al llegar, tomó a la bebé, salió y subió al carro. Al cerrar la puerta, le ordenó al chofer ir al orfanato; su empresa hacía donaciones a asociaciones, como una caridad, y claro, era una buena forma de evadir impuestos.
El chofer no entendía lo que quería hacer, para, al ver a la bebé por el retrovisor, sintió algo de tristeza solo de imaginar lo que Fu Yang quería hacer con su nieta.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
Muchas gracias a todas espero que el capítulo les haya gustado ☺️
Recuerden apoyarme 👍
⭐⭐⭐⭐⭐ ❤️ ☕ 🎁 📽️🎬 🌹👍 Y SUS EXCELENTES COMENTARIOS 🥰
Niñas saben que su opinión es importante para mí, déjenme su comentario y de corazón mil gracias por el apoyo que me dan.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 76 Episodes
Comments
Olga Ortiz
que hombre tan detestable, dejará a su nieta en un orfanato, solo para vengarse de su hija y que sepa lo que es la miseria, será?
2025-01-23
0
YENI RAMIREZ
este Fun si q está loco, abandonara a su nieta en un orfanato
2024-10-10
0
Janet Herrera
😲😲 que hombre tan cruel , espero que algún día recapacite , está muy linda la trama
2024-09-21
0