Estaba en la discoteca con mis amigos y mi novio, la verdad tampoco lo estaba pasando muy bien, pero tenia una sonrisa puesta porque hoy cumpliamos 9 meses.
Empecé a mearme hace que le dije a Ferrán que cuidara de Gavi ya que estaba borracho y yo necesitaba ir al baño.
Cuando volví ninguno de los dos estaba, con lo que supuse que se habían ido a bailar.
Vi el cubata que había dejado mi novio sobre la mesa, a mitad beber, me lo acerqué a la nariz y lo oli,"qué asco" pensé.
Soy una persona que no tolera el alcohol, además que el soy el más maduro y no me apetece que ninguno de mis compañeros se mate en carretera por ir borracho.
A parte de llevar a Gavi a casa, nunca dejaba que se subiera a otro coche que no fuera el mío si estaba borracho, tenía tendencia a desnudarse cuando estaba ebrio y no me apetece que le violen.
Decidí simplemente quedarme en la barra disfrutando de la música hasta que al rato vi como Busquets se acercaba a mí, con una cajetilla de tabaco.
Sergio Busquets.
¿Quieres uno?
Pedri.
No fumo.
Sergio Busquets.
Ni bebes, pero esto no te va a hacer mucho, anda hazme compañía por lo menos.
Yo simplemente asentí, me levanté de la silla y me dirigí con él afuera, la música se escuchaba un poco y el clima era bastante frío.
Sergio extendió su mano con el cigarro, yo lo agarré y lo puse entre mis labios para luego encenderlo.
No me gusta mucho el sabor pero he de decir que relaja un poco.
"piel de cordero" sonaba de fondo, agradecía el ambiente tan relajado tras haber salido de la discoteca.
En momentos así me gustaba imaginarme mi futuro.
Pidiéndole matrimonio a Pablo en la playa de Ibiza y casarnos en la Torre Eiffel.
Tener cuatro hijos y dos perros,golden retrievers
Y un conejo que se llame Messi, obviamente.
Sentí la mano de Sergio en mi hombro, vi su cara de preocupación y me asusté.
Giro su cara a la derecha, donde había un callejón y en un momento todos esos planes de futuro cayeron al suelo rompiéndose sonoramente en mis oídos.
Mi novio estaba besando a una chica, estaban en un callejón, la mano de aquella mujer estaba en su cuello.
La chica se separó, pude ver su expresión de sorpresa, di un último vistazo al que era mi novio y me fui antes de que aquella chica me pidiera el autógrafo que quería.
Me fui a mi casa, no me salia nada de mis ojos, Sergio trató de detenerme pero no me importó.
Mi garganta picaba y tenía un pinchazón en el pecho, la misma canción sonó en la radio de mi coche.
Ahí escapó la primera lágrima, el desencadenó de muchas.
Llegué a mi casa, no me moleste ni quitarme la ropa ni nada, me tumbé en la cama, aquella que arrastraba su perfume.
Lloré, patalee y grité como niño pequeño.
Así me sentía.
Como cuando tus padres te decían que los Reyes Magos no existen.
Me sentía engañado.
Mis ojos dolian y mis sentimientos no quedaron atrás.
Aunque al parecer, para él sí.
Pegué varios golpes a la pared, agradecía de no tener vecinos muy cercanos, probablemente vendrían a preguntar y no tenía ánimos para ello.
Con mis nudillos al borde del sangrado, me senté en el suelo apoyando la cabeza en mi cama, lloré sin control alguno hasta que me dormí, o me desmayé.
Me levanté con un dolor de cabeza horrible y sin haber bebido como para tener resaca.
No podía borrar el recuerdo de mi ahora ex novio besándose con esa chica.
No quería llorar, pero mientras hacía el desayuno no podía evadir los recuerdos.
Haciéndole el desayuno y de repente sentir como una presencia metía debajo de mis brazos, abrazándome.
El olor de su champú en su pelo desordenado y la forma tan desvergonzada en la que impregnaba su olor en mis camisetas en las que solía dormir.
Mi teléfono soñó, fui hacia mi habitación, donde estaba, no tenía planeado cogerlo pero vi que era Leo.
Descolgué el teléfono, escuchando un suspiro al otro lado de la pantalla.
Messi.
Che Pedrito, Sergio me habló,¿todo bien?
Pedri.
...no
Mi voz se quebró inevitablemente, me senté en la cama, no me importaban las estúpidas tostadas quemándose.
Messi.
Mira, estoy dando una vuelta en Barcelona, voy a dejar a Anto con los niños en casa de una amiga suya y voy contigo,¿vale?
Pedri.
Vale.
Mi casa no estaba de lo más ordenada, pero sinceramente no me importó.
Leo no solo era el campeón del mundo en el fútbol, fuera de la cancha era una persona increíble.
Después de un rato el timbre sonó, me levanté y fui a la puerta para abrirle, a diferencia de lo que pensé no me abrazo, se quedó mirándome.
Messi.
Menuda cara de orto tienes pa', donde metiste la cara.
No pude evitar una pequeña risa, solo el mejor del mundo podría animarme.
Messi.
Vení, nos sentamos y me contás todo.
Al fin me abrazo, yo considero a Leo como un padre o un hermano y ese abrazo me hacía falta.
Después de contarle todo, llorando de nuevo, me quedé mucho más tranquilo.
Messi.
¿Hablaste con el?
Pedri.
Lo he bloqueado de todos lados, no puedo.
Messi.
Así no vas a llegar a ningún lado.
Lo que decía Leo era verdad, pero estaba perdido, no sabía qué hacer ni que decir.
Las inseguridades me carcomían,¿y si no era suficiente?
El hecho de ser un hombre no ayudaba, es decir, nosotros nos gustamos y nos amamos como más amigos yo tengo claro que nunca ha sido una confusión,¿pero y si para él sí?
Además, a veces soy muy raro, la gente se piensa que soy súper borde pero cuando cojo confianza no me callo,¿y si se ha cansado de eso?
Leo me saca de mis pensamientos, preguntándome en que pensaba.
Pedri.
¿Y si solo estaba confundido?
Messi.
Quién,¿tú?
Pedri.
No, él, a lo mejor yo forcé las cosas, o lo hizo por pena, o por no perder nuestra amistad...
Messi.
Escúchame Pedro, yo he hablado con él muchas veces, os he visto juntos y desde el día que os conocisteís te mira con ojos enamorado Pedro, claro que no está confundido, de verdad pá, habla con él.
Pedri.
Ya... veré qué hago.
Messi.
Bueno nene, yo voy rajando, si necesitas algo pégueme un toque,¿vale?
Messi.
Va, adiós Leo y gracias.
Pedri.
Nada Pedrito, ya sabes que sos como un hijo para mí.
Yo le sonreí y sentí felizmente, el mejor del mundo no te llamaba hijo todos los días y a decir verdad, me siento privilegiado por eso.
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