Llegamos a la casa de Gavi que la verdad aún no quería separarme de él.
No sabía porque actuaba así, se supone que me prometí mantener las distancias pero mi cuerpo pide el suyo y su contacto.
Su voz me hizo volver al mundo.
Gavi.
Oye,¿me puedes ayudar con la bolsa? No la puedo llevar con las muletas.
Pedri.
Sisi,voy.
Bajamos del coche, no pude evitar reírme cuando le vi lidiar con las muletas, sabía que no le hacía ninguna gracia llevarlas y con la terco que es me sorprende que no las tiré por ahí y vaya el solo andando.
Cogí su bolsa y nos dirigimos a la entrada y cuando llegamos abrí la puerta, el paso primero y después pasé yo.
Si olor invadió terriblemente mis fosas nasales, era de esperar, al ser su casa pasaba la mayor parte del tiempo.
Gavi.
Déjala en la mesa porfa.
Obedecí sus órdenes y la dejé en la mesa del comedor, todo estaba exactamente igual que la última vez que fui, incluso los cuadros, con nuestras fotos.
No me percaté de que había estado un rato mirándolos y cuando me di cuenta Pablo salia del baño gracias a Dios ya vestido .
Llevaba una camiseta de Adidas que se me hacía familiar y unos calzoncillos negros.
Parecía a la defensiva, pero realmente estaba aterrado de hablar de eso con él,¿y si me confirmaba que en verdad solo estaba confundido y me veía como un amigo?
Gavi.
Claro que sí, no te pude explicar nada, por favor...
Pedri.
¿Es que no lo entiendes? Por mucho que quieras remediar lo que hiciste lo hiciste joder, el daño ya está hecho,¿tanto cuesta olvidarlo y ser amigos?
Gavi.
Es que no quiero ser tu amigo joder.
Pedri.
¡Ni yo! Pero no quiero confiar en ti otra vez y salir herido Gavi, me hiciste sentir cosas increíbles pero el daño que me hiciste no lo va a tapar el olvido, yo no puedo hacer como si nada hubiera pasado.
Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos al igual que las suyas, su nariz tenía un tono rojo, yo sabía lo que sentía.
Gavi.
¡Pero escúchame! Yo no hice eso por voluntad propia, me drogaron joder, nunca me escuchas.
Sus lágrimas se transformaron en llanto, mientras que yo parecía una estatua,mi corazón empezó a ir lento y sentía que me moría.
Verle ahí llorando desesperadamente, apretando sus uñas en sus manos para tratar de calmarse y todo porque nunca quise escucharlo.
Gavi.
Di algo por favor...
Pedri.
Perdoname.
Mientras yo seguía inmovilizado él vino a abrazarme dejando todas sus lágrimas caer por mi hombro, empapando mi camiseta.
Poco a poco mis brazos rodearon su cintura, afirmando el abrazo.
No me di cuenta hasta ahora de lo mucho que necesitaba ese calor, ese contacto que me hacía sentir como un niño pequeño, sin preocupaciones, feliz, inmaduro y perdidamente enamorado.
Sentí sus labios posarse en mi mejilla, yo no pude soportarlo más y le bese.
Dejó de llorar, aunque pequeños suspiros y hipidos salían de su boca durante el beso.
Un beso relajado, sin ninguna otra intención que no fuera demostrar el cariño que tanto tiempo habíamos alejado.
Pedri.
Perdón por no escucharte, sabes cómo soy y me siento fatal por haberte hecho daño así, pero no sabía cómo, estaba desesperado Pablo, de verdad pensé que ya no querías estar conmigo.
Gavi.
Eso no es así y nunca lo será, pensé que te lo había dejado claro,Pepi eres mi noche, mi día, eres todo lo que tengo, te he dado todo de mí y tú a mí de ti, no sabes el dolor que sentía porque me ignorases, si de verdad no te quisiera ahora mismo no estaría sonando tan estúpido y desesperado, pero no me importa, prefiero dejar toda mi vida atrás con tal de no perderte, encontrarte fue un regalo y no lo desecharía por nada del mundo Pedro, yo no te quiero, te amo con cada partícula de mi cuerpo y me da igual decirlo y sonar asqueroso, todos vamos a morir y solo tú y yo vamos a saber lo que puede llegar a pasar dentro de estas cuatro paredes.
Mi cuerpo me impulsó de nuevo a besarle, realmente me sentía como un muñeco y Pablo era el niño que jugaba conmigo, aunque sé que no es así, tiene el poder de hacer lo que quiera conmigo solo con palabras o gestos.
La duda de lo que dijo anteriormente seguía ahí,¿como que drogado?
Pedri.
Vamos a sentarnos y hablar,¿vale?
El asintió,su cara se veía brillante por esos restos de lágrimas y su nariz permanencia en ese tono rojizo.
Gavi.
¿Quieres saber lo que pasó?
Ahora fue mi turno de asentir,mirando expectante.
Vi como suspiró, notablemente más relajado.
Gavi.
Bueno, el día que volvimos a España y fuimos todos de fiesta vieron que no me acercaba nadie, tú estabas en el baño y cuando fui a buscarte pusieron algo en mi bebida, no me di cuenta y me bebi, no sabemos quién fue pero probablemente fueran algunas amigas de esa chica, no fui el único al que drogaron, drogaron a otros tres más del equipo pero creo que a ellos les dieron algo diferente, por lo que Ferrán me ha contado era como un muñeco, no me podía mover solo, no hablaba ni hacia nada, yo no me acuerdo de nada solo de cuando te vi, en ese momento no sabía estaba pasando así que solo me quedé ahí sin hacer nada, a la mañana siguiente Ferrán me llamó preocupado y me dijo que si estaba bien, que estuve vomitando muchísimo y que tenía fiebre incluso me desmayé, me contó lo de la chica y cuando quería llamarte me habías bloqueado.
Traté de procesar las palabras que decía,¿porque fui tan tonto?
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