Mi fiel escudera se llama Karla y a diferencia de mí es de rasgos más bien toscos. Tiene un cuerpo con su musculatura bien definida y pronunciada. Prefiere llevar su pelo corto, casi rapado, exceptuando una pequeña trenza en su costado, su vestimenta es de cuero, al igual que sus enormes botas. La verdad no es muy femenina.
Yo, en cambio, soy menuda, de piel pálida y suelo vestir de seda. Prefiero los vestidos sueltos que me dan un toque como de diosa griega. Mis ojos son grises, inigualables. Por eso visto de azul para resaltar su color. Mi pelo es ondulado y me llega hasta la cintura, de color negro como la noche más oscura. Mis zapatos son sencillos, hechos de cuero también como Karla pero muy delicados.
Aunque somos la noche y el día, Karla y yo siempre nos hemos llevado bien. Ella es cinco años mayor y ha estado a mi lado desde que tengo memoria. Siempre ayudándome en todo momento y es que mi padre le dio la esa tarea tarea desde muy pequeña de ser mi fiel escudera, le ha encomendado defenderme de cualquier peligro a mi alrededor, labor que ha hecho desde entonces.
La primera noche de nuestra partida la pasamos en una cueva que yo encontré. Ella se dispuso a buscar leña y algún conejo para comer. Regresó con ambas cosas luego de media hora. Siempre ha sido más independiente que yo, tan vez por no tener madre,ni padre, la vida le ha hecho ser más fuerte en si. Yo cociné, era mi rol, no por ser la hija de mi padre rey de los elfos del bosque Buery era minada, para nada.
Mi padre siempre me enseñó desde pequeña a ser una más del grupo. A tratar a todos por igual y ayudar en las tareas diarias de nuestra comunidad. Incluso me enseñó a defenderme y a supervivencia, en caso de que estuviese perdida algún día supiera lo básico para no morir o perderme, por eso me se cuidar muy bien sola, aunque tenga a Karla debía ser i dependiente también.
Al otro día en la mañana yo fui de caza, mi fiel escudera le tocó descansar, para luego encargarse de la cocina. Un gran siervo le traje ese día para nuestro sustento, incluso quedaría cena para el día siguiente, ella quedó gran sorprendida. Así el tiempo pasó sin darnos cuenta, en realidad no extrañaba para nada mi hogar, solo un poco a mi padre, pero amaba esta aventura y el motivo por el que comencé me hacía feliz.
Ya cuando estábamos en el día ciento setenta y ocho los vi, vi por primera vez a los humanos. Eran un grupo de cazadores que buscaban su alimento al igual que nosotras al parecer, por eso estaban tan adentrados en el bosque. En un inicio solo los observé, no sabía que hacer. Mi corazón estaba feliz de verlos aunque fuese en la distancia. Karla me miraba anonadada, tampoco sabía lo que debía hacer.
Fue así que en la incertidumbre, ella tropezó con una pequeña rama que se encontraba en el suelo y esta se partió haciendo un ruido enorme. Seguidamente, tenía una flecha en mi muslo derecho, ardía como mil demonios, luego otra sobre ella, en su hombro izquierdo. No nos dio tiempo a reaccionar.
Un chico de ojos miel fue hacia nosotras, quedando paralizado al vernos. Enseguida dio aviso a los demás. Todos se preguntaban que hacían dos chicas tan lejos del pueblo en el bosque solas. Nos socorrieron enseguida, pidiendo mil perdones por las flechas, creyeron que era un animal.
Por suerte las heridas no fueron profundas, solo sentimos un poco de dolor cuando nos retiraron las flechas. Al notar que no corríamos peligro para nuestras vidas, no bebimos nuestra sangre. Era mejor así, sino sería muy díficil de explicar cómo habíamos sanado tan repentinamente.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 31 Episodes
Comments
Maria Elena Maciel Campusano
Deben tener cuidado con los humanos, aunque dispararon sin querer pero no saben quienes son 🤔
2024-08-03
1
Anonymus
Aquí vamos a embarcarnos en otra de tus historias, @Dayma Sánchez Pérez me gusta mucho la diversidad de temas que tocas 🫰👌
2024-06-11
1