Capitulo 15

'Ir a la cama es imposible. No en esta vida, nunca. Para empezar, no soy tonto. Como si no pudiera decir qué trucos está intentando hacer. Se atrevió a llegar tan lejos en las calles en público. Que me condenen si me voy a la cama. Probablemente se volvería loco en todo caso'.

El último fragmento de claridad que quedaba en su cerebro le llevó a sacudir la cabeza frenéticamente. Sorprendentemente, Diego no intentó obligarlo a hacerlo, sino que lo levantó y cambió la dirección.

Pasó de estar sentado a tumbarse en el sofá, hundiéndose ligeramente en el cojín. Notó que se apoyó en los brazos, inclinándose más hacia abajo.

¡…Fui demasiado ingenuo!. ¿Cuál es la puta diferencia entre esto e irse a la cama?.

La sensación de estar completamente bajo el control de otra persona era realmente desagradable para Eiden. Especialmente hacia Diego que entrecerró los ojos y le miró como si estuviera mirando un plato de comida listo para darse un festín. Sintió que había caído muy abajo en la cadena alimentaria. Su orgullo está realmente herido por eso.

Cerró los ojos humillado cuando sintió un beso aterrizar en su párpado. Dejó un rastro desde allí hasta el hoyuelo de su mejilla izquierda.

Sentía que la mitad de su cara se estaba empapando, pero también estaba tan caliente que iba a explotar. Como una batata al horno recién pelada.

'¿No puedes cambiar un poco las cosas?'

No pudo soportarlo más y ferozmente apartó su rostro de él. Eso le valió un chasquido de lengua de disgusto.

_ No te muevas.

_ ¿Crees que no me moveré sólo porque tú lo dices? ¿Qué derecho tienes? '¡Insisto en no escuchar!'

Diego lo miró fijamente por un momento antes de decir con voz más profunda.

 _ Quinientos.

¡…Se quedó quieto!

Y entonces Diego reanudó lo que estaba haciendo, excepto que finalmente cambió de lugar y besó su cuello.

Eiden nunca supo que había tantas formas y patrones de besar a alguien. Cuando aceptó su trato en primer lugar, pensó que serían sólo unos besos. No perdería nada ni saldría lastimado, pero ya es demasiado tarde para arrepentirse.

'¿No perder nada? Siento que él me ha masticado por completo en este momento'.

El fuerte olor a alcohol que despedía hizo que la mente de Eiden se adormeciera. Sintiéndose mareado, poco a poco se volvió incapaz de pensar más. Su mente estaba nublada con pensamientos vagos y aleatorios, como si la suite VIP fuera amplia...

Cuando finalmente terminaron, Diego se levantó y apoyó la cabeza de Eiden en su hombro. Eiden volvió a ver ese tatuaje escondido en su escote ligeramente abierto. Sin estar seguro de haber perdido toda su inteligencia por estar borracho, se inclinó y lo mordió.

'…Eso no sirvió de mucho. Le mordí la clavícula y, mi*rda, se me entumecieron los dientes'.

Diego le pellizcó la barbilla, obligándolo a soltarse. Luego, dijo con voz áspera.

_ ¿No planeas volver a casa esta noche?.

'¡Mierda!' Eiden volvió a sus sentidos. '¿Qué hora es en este momento?'.

Al mirar el reloj de pared al otro lado de la habitación, se dió cuenta de que eran poco más de las ocho.

'Vale, no está tan mal'.

Eiden lo aparto y rápidamente se levantó del sofá, corriendo al baño para lavarse la cara antes de salir corriendo.

_ ¡Voy a volver!.

La mirada de Diego se detuvo en su cara mojada y goteante por un momento antes de decir.

 _ ¿No quieres quedarte? Puedo dejarte la cama.

Después de haber sido engañado por él tantas veces, ahora se ha vuelto inmune. Sacudió firmemente la cabeza y se negó, sin sentirse tentado en lo más mínimo.

'¿Quién sabe si para mí es toda la cama o sólo la mitad? ¡No voy a morder el anzuelo otra vez!'

Diego asintió por un momento, luciendo tranquilo e imperturbable. No había ni una pizca de vergüenza por haber sido rechazado por Eiden. Se arregló el cuello antes de enviarlo a fuera de la habitación.

Afortunadamente, todavía tenía algo de conciencia. Después de llamar al taxi por Eiden, pagó el pasaje en su lugar, mostrando finalmente el lado generoso que deberían tener los ricos.

Mirando hacia atrás, aunque este viaje fue extremadamente arriesgado, ya que se adentró en la guarida del tigre, los resultados valieron la pena. Compensar quinientos dólares de su deuda sin dejar de ser un hombre heterosexual y también no fue violado. Así que no hubo pérdida.

Su estado de ánimo feliz continuó hasta que regresó a su dormitorio, listo para desvestirse y saltar al baño para darse una ducha. Cuando giró la cabeza para mirarse en el espejo, se quedé paralizado.

_ ¿Qué es esa mancha roja en mi cuello? ¡Mierda! ¿Ese tipo dejó una marca después de besarme?.

Atónito, lavó esa mancha con jabón tres veces enteras y luego rocío antiséptico por todas partes. Sin embargo, la mancha roja no identificada permaneció obstinadamente en su cuello y no desapareció en absoluto.

_ Todavía tengo que ir a trabajar como voluntario mañana. ¿Qué tengo que hacer?.

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