Capitulo 8

_ Eiden

El hombre lo llamó de repente.

Su voz era baja y ronca, pero se sentía como si hubiera un anzuelo de pesca en esas dos palabras comunes. No pudo evitar detenerse en seco, pero rápidamente recuperó el sentido.

'¿Eiden? ¿Es ese un nombre que puedes decir?'

Se detuvo y se dio la vuelta, mirándolo directamente con una expresión severa antes de pronunciar cada palabra.

_ ¡Mi nombre es Eiden Davis! ¡Eiden y soy heterosexual, un hombre heterosexual!

Se acercó a Eiden y le dijo.

_ Mi nombre es Diego.

'¿Diego? Qué nombre tan bonito… ¡No! ¿Quién carajo quería intercambiar nombres con él ahora? ¿No entendió lo que dije como advertencia?'

'Como era de esperar, los hombres heterosexuales y homosexuales tienen diferentes líneas de pensamiento. Es inútil darle pistas a este tipo. Lo mejor es irme inmediatamente'

Con ese pensamiento en mente, miró a su alrededor para asegurarse de que no había nadie más en el baño antes de cerrar todas las puertas.

Mientras hacía lo que tenía que hacer, Diego lo miró con una mirada divertida. No preguntó nada e incluso se acercó para ayudarlo a cerrar las otras puertas.

Eiden respiro hondo, metió la mano en el bolsillo interior de su chaqueta y sacó un fajo de billetes.

_ ¡Tómalos!.

Diego parecía bastante sorprendido.

_ ¿Llevabas esto contigo todos los días?.

¿Qué más podría hacer? Si no fuera por el hecho de que tal vez no estuviera dispuesto a desprenderse de ellos después de depositarlos en su cuenta y que no pudiera dormir bien con ellos debajo de la almohada, ¿crees que felizmente los traería a todas partes? ¿Todos los días?. Pensó que las cosas se arreglarían después de que devolviera el dinero, pero de repente dijo.

_ ¿Qué pasa si digo que ya no los quiero de vuelta?.

Eiden dejo escapar un frío _ 'hmph' _ mirándolo _ Eso no depende de ti.

'¿A quién le importa si los quiere recuperar o no? ¡Tiene que retirarlo de todos modos!'

_ ¡Te devolveré tu dinero, así que olvídate de lo que pasó entre nosotros! Dejaré de lado el hecho de que te aprovechaste de mí antes, ¡pero no puedes decirle a nadie que estoy trabajando en un bar gay!. Si se corriera la voz y todos en la escuela supieran sobre esto, es posible que ya no pueda conseguir novia durante los próximos dos años.

Diego mostró una expresión como si hubiera recibido material de chantaje antes de decir.

 _ Eso no depende de ti.

¡Mierda! ¡Amenazándome y copiando mis líneas exactas también!.

Estaba tan enojado, que Eiden quería seguir discutiendo, pero entonces se escuchó el sonido de alguien tratando de abrir la puerta del baño.

Por alguna razón Eiden sintió que lo estaban atrapando con las manos en la masa, así que saltó en estado de shock antes de llevar a Diego a un cubículo.

Diego lo siguió sin decir una palabra, pero sus ojos mostraban un atisbo de risa en ellos.

_ ¡Tú!...

Eiden pudo escuchar el sonido de muchas personas entrando a la vez, así que le puso una mano en la boca a Diego y se la tapó antes de que pudiera decir algo.

_ Shhh... _ Eiden le hice un gesto.

Diego se sorprendió por una fracción de segundo antes de calmarse rápidamente. Con los ojos bajos y la mirada hundida, abrió los labios y lamió la palma de la mano de Eiden.

Cuando Eiden sentio la parte superior de su lengua pasando por su palma, todo su cuerpo se estremeció y su cerebro se apagó instantáneamente.

'¡Mierda! HHH-Él, ¿por qué es tan coqueto?'

Las personas que entraron finalmente salieron una por una. Sólo después de eso Eiden se dio cuenta del peligro que corría.

El hombre frente a él estaba a sólo medio paso de distancia. Diego también era una cabeza más alto que Eiden. Su apariencia era muy misteriosa y no tenía reservas. Lo más importante es que es gay y está interesado en Eiden.

'¡¿Qué carajo me pasó?! ¡Cómo pude haberme encerrado aquí con esta zorra!'

Considerando cómo podrían desarrollarse las cosas, inmediatamente abrió la puerta para escapar. Pero él estaba un paso adelante, le agarró de la muñeca y cerró la puerta.

Al ver que se cortaban su única ruta de escape, Eiden sintió ganas de llorar. Sin otra opción, le lanzó una sonrisa amarga e indescriptible antes de decir humildemente.

 _ Señor, me equivoqué... no quise provocarte... no quiero incursionar en esto...

Antes de que pudiera terminar sus palabras, de repente Diego extendió la mano y le acarició la mejilla. Sus ojos se oscurecieron mientras lentamente se acercaba, con solo una distancia de dos dedos entre ellos mientras susurraba.

_ ¿No dijiste que eres heterosexual?... Déjame ayudarte a verificar eso.

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