Después que mi madre dijo que nos quedáremos, los muchachos no estaban de acuerdo, pero no dijeron nada más, yo me acerque a ellos y les dije que era por apoyar a la abuela Martha, que era solo por ella al fin y acabó era su hijo y ella nunca se portó mal con nosotros, con esa respuesta los muchachos se quedaron tranquilos.
Oswaldo me mandó a llamar yo pasé y me senté a su lado, me habló de su vida como la vivió que muchas veces nos quiso buscar, pero el saber que lidiar con tantos le hacía retroceder, yo nunca he sido responsable y tú cómo hombre me distes una lección, no te voy a decir que cuides a tu abuela, porque con solo oír las risas afuera sé que está feliz con sus nietos, ellos la adoran y ella a ellos. Hace poco me dijo que ella hubiera preferido que fueras tu hijo y no yo que salí una escoria como mi padre. Cuida mucho a tu hermana, que no se consiga un hombre como yo, protegerla, no sé si me vas a creer o ya no importa, pero eres mi orgullo, tu madre hizo contigo un buen trabajo a mi lado serías un don nadie y no el premio novel de medicina que eres, lograste que tu abuela de un hobbit de frustración creará una gran empresa familiar, que ya la tiene internacionalmente y según y que está compitiendo con los alemanes que son los mejores de mundo. Tu madre no me lo dijo, pero sé que para ella soy una escoria y eso es verdad todo me lo dieron nada me costó, no supe nunca lo que es querer como te enseñaron a ti, tú cambiaste la vida de mi madre, ella mendigaba mi cariño llegaste tú y no se preocupó más por mí, en ustedes consiguió su felicidad y canalizo sus frustraciones, sé que me quiere y que llorara por mí, pero el amor que ustedes le tienen es único y era lo que ella siempre pidió y yo nunca le pude dar. Te llamé para pedirte perdón por no saber ser el padre que ustedes necesitaban, por agradecer este momento de despedida sincera no guardés rencor no vale la pena, nada me llevo ni el amor de un animal siquiera, mi tío siempre me lo dijo y es ahora que me doy cuenta lo que perdí por cobarde, yo si ame a tu madre, pero no tenía como estar al lado de un mostró financiero y que cuando te conocí eras otro en potencia, yo solo tenía una constructora que apenas sobrevivía con una obra al año, cuando escuché de tu propuesta a mamá de los jamones, quise liderizar el proyecto, como mi tío Juvenal que me conocía muy bien no lo permitió.
Ya estuviera quebrado y embargado y no tan próspero como esta, hijo me permites que te llamé así, está última vez. No tengo palabras para pedirte perdón para darte las gracias por la gran lección de vida que me has dado en echarte a tus hombros una responsabilidad que no es tuya, por querer a tu abuela como la quieren, si no te nace del corazón perdonarme, con solo tu presencia aquí me dice que lo has hecho sabes hijo te amo y siempre estuve feliz de tenerte. Dile a tu abuelo que nunca se equivocó que todo lo que me dijo aquel día que fui a buscar a tu madre se cumplió, siempre fui ese perdedor de capa de héroe, dile que el fue mi psicólogo, como que me leyó la mente y el corazón, dile que esa conversación nunca se me olvida. Hijo gracias por oír a este moribundo, con solo haberme oído se que estoy perdonado, sabes algo aquí está mi abuela vino a buscarme y se que tú ya la vistes y que por eso estás aquí, o me equivoco.Yo solo lo abrace, le dije al oído me hicistes mucha falta, yo te perdonó, me sonrió me dió las gracias y en un fuerte suspiro en mi abrazo quedó, salí llorando ya no podía mas, y llamé a la abuela, para que entrara. Oswaldo Rodríguez ya se había ido de nuestras vidas para siempre.
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