Cap. 11

_ está bien hermana, si es lo que quieres eso se hará aunque es poco para lo que te ha hecho ese desgraciado y estoy seguro de que si padre sabía de todo esto

_ si claro, eso me imaginé yo, pero te prometo que me voy a cuidar mucho, y lamento tanto todo esto, debí evitarlo, pero me dejé llevar.

_ ya pasó, y debes hacer todo como te lo dijo el médico, no queremos perder a ese bebé.

_ van a amar a mi bebé, aunque lleve sangre de ese desgraciado?

_ claro que sí, él o ella no tiene la culpa, tu tranquila, y me voy, quiero ir a hacer lo que me pediste, y te doy un consejo, dale una oportunidad a Beto, ese hombre te ama, y es capaz de lo que sea por ti.

Raúl se marchó y María quedó sola en la habitación del hospital, pensó en lo que su hermano le había dicho, y tenía razón, debía darle una oportunidad a su esposo.

Cuando todos estuvieron dormidos, Tom el capataz de la hacienda, fiel servidor de la familia Mendiola, se dispuso a hacer lo que su jefa le había mandado a pedir, Tom un señor que tenía cincuenta o un poco más de edad, salió de la hacienda, con dos de sus hijos y un sobrino.

_ ustedes van por aquel lado sacan el ganado dos de ustedes lo llevan lejos y uno se queda para que con la linterna me haga señas de que ya salió el ganado.

_ yo me quedo padre, Jorge y Camilo, se van a llevar el ganado, cuando esté fuera te enciendo y apagó la luz de la linterna esa será la señal.

_ sí, está bien, cuando me hagas señas, baja hacia el sembradío, allí metes fuego y yo haré lo mismo desde acá arriba.

Tom, sus hijos y el sobrino, hicieron todo como lo planearon, se fueron por toda la orilla del lago y salieron nuevamente a las caballerizas, desmontaron los caballos, y se fueron a la casa que estaba disponible para Tom y su familia, ya que ellos eran encargados de todo lo que tenía que ver con el ganado, los cultivos, el transporte de carnes y demás.

A lo lejos se veía mucho fuego, humo, de pronto alguien tocó rápidamente a la puerta de la gran hacienda de la familia de la Vega,

_ señor, señor

_ quien demonios toca así

_ señor soy yo Marta, es urgente. Don Carlos abrió apresurado

_ que pasa mujer

_ señor dice Paco que hay un incendio en los cultivos.

_Cómo ha pasado eso? Don Carlos se puso ropa adecuada y mando a llamar a sus hijos.

_ que pasa padre, Dijo Cristóbal

_ hay un incendio, vamos a ayudar a apagar el fuego.

Todos salieron a toda prisa, la turbina no estaba sirviendo así que no tenían suficiente agua para poder apagar el fuego.

_ padre esto se está pasando a los siembro que están por ser recolectados, aquí lo más cerca para apagar el fuego es sacando agua del lago de los Mendiola

_ maldición, esto no puede estar pasando, Paco trata de que los trabajadores saquen agua de reserva para que apaguen el fuego que viene hacia acá, ya no se puede hacer mucho por los siembro nuevos.

Era todo un caos, los hombres corrían de un lado para el otro, mientras que Don Carlos de lejos veía como se quemaba todo, Doña Benita, que salió de la hacienda vio cómo todo se quemaba y de pronto se desmayó, Susana que estaba llegando al lado de su madre corrió a socorrerla.

_ patrón, el fuego de este lado ha sido controlado, pero nos acabamos de dar de cuenta que el ganado no está, los empleados iremos a buscarlo antes que entren en tierras ajenas, no deben entrar a ninguna hacienda porque harían mucho daño y usted se vería afectada.

_ como diablos está pasando todo esto?

_ señor, señor, dijo Marta llegando al lugar

_ que pasa Marta?

_ es la señora que se ha desmayado otra vez, la señorita Susana ha salido con ella hacia el hospital.

Don Carlos se agarró la cabeza, la desesperación comenzó a apoderarse más de él

_ demonios, ya parezco a Job, no termina de pasar una cosa cuando ya llega otra, iré con mi esposa, Paco encárgate, Cristóbal quédate iré con Bernardo.

_ si padre ve aquí nos encargamos, apenas todo pase iré al hospital.

Susana al llegar al hospital pidió una camilla para su madre, la señora Benita no reaccionaba.

_ que le sucedió?

_ estaba viendo un incendio que hay ahora mismo en la hacienda y se desmayó

_ vamos hay que llevarla a la sala de urgencias.

Susana no paraba de llorar, su madre en el hospital, el incendio en la hacienda, todo eso le cayó de golpe a la familia.

Por la mañana, estaba la familia de la Vega en sala de espera, a doña Benita le dio un pre infarto, y la tenían en cuidados intensivos.

Esa misma mañana le darían salida a María, Beto y Raúl habían ido por ella, pero al llegar se encontraron con la familia de la Vega, los dos hombres guapos que tenían un aura imponente, solo miraron a la familia sin decir nada, se sentaron algo distantes a esperar al doctor encargado de María y que para mala suerte de ambas familias también estaba encargado de Doña Benita.

El doctor salió y ambas familias se pusieron de pie.

_ Señor Alberto. Habló el doctor y los de la Vega en especial Bernardo miraron en dirección al guapo, corpulento hombre que estaba a un lado._ su esposa ya tiene firmada la salida, puede ir a pagar y venir por ella, ya sabe nada de sobresaltos, si es posible mantenerla en cama lo más posible es mejor, yo mañana iré a revisarla.

_ y mi hijo está bien? Esto lo dijo mirando de reojo a Bernardo.

_ si, solo cuídela.

Alberto González, un hombre que no le temía en nada a la familia de la Vega, solo los miró con furia y mucho más a Bernardo.

_ a ti. Dijo señalando a Bernardo con su dedo índice. _ que sea la última vez que tocas a mi esposa, porque no verás el sol para contarlo.

tú tu a mí no me amenazas, maldito fue mía primero.

_ si lo acepto, pero ahora es mía te vio la cara y ahora me está dando un hijo. Bernardo se iba a ir encima de Beto a darle un golpe, pero Cristóbal lo detuvo.

_ señores estamos en un hospital, respeten o serán sacados. Dijo el médico.

_ ni se te ocurra tocar a mi hermana, lo que le hiciste la vas a seguir pagando, creo que lo de anoche fue poco. Raúl un hombre que tenía mucha influencia en el país, muy callado, pero no tenía piedad con sus enemigos y mucho menos con los de la Vega, que eran los peores enemigos, no hablaba mucho solo actuaba, podía destruir a Bernardo en cualquier momento.

_ eres un maldito, fuiste tú. Dijo Bernardo

_ ja, ja, ja. Dio una sonrisa siniestra.

Don Carlos y Cristóbal no decían nada, ellos sabían que si a Raúl se le antojaba acababa con la reputación, con todo en unas pocas horas.

Beto fue a pagar, y Raúl fue a ver a su hermana.

_ fueron ellos padre. Dijo Cristóbal

_ si, así parecen, pero no va a quedar así, eso ténganlo por seguro.

La noche se había llevado una gran millonada, pérdidas muy costosas mucho ganado, se perdió otros habían amanecido golpeados y algunos otros estaban con partes de su cuerpo quebrados, había sido una noche muy difícil para los de la Vega, pero no se quedarían con eso.

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Comments

Ruth

Ruth

interesante

2024-04-12

1

Emy Prado

Emy Prado

me gusta

2024-04-07

1

Anonymous

Anonymous

/Drool/

2024-04-06

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